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Cada año, el 16 de septiembre, se conmemora el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono. En este año en particular, la celebración se ha visto realzada por una noticia alentadora: un nuevo informe publicado por las Naciones Unidas estima que la recuperación completa de la capa de ozono se espera entre los años 2040 y 2066. Este hito representa un logro sin precedentes y subraya el éxito del Protocolo de Montreal, considerado uno de los mayores triunfos en la historia de los acuerdos ambientales internacionales.
La fecha de esta efeméride, que se estableció por primera vez en 1994, coincide con el día en que se firmó el Protocolo de Montreal en 1987. Este acuerdo marcó un paso significativo hacia la protección de nuestra Capa de Ozono y ha demostrado ser un modelo ejemplar de cooperación global en la lucha contra la degradación ambiental.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la Capa de Ozono funciona como un escudo solar natural al absorber la radiación ultravioleta (UV) y brindar una protección esencial a seres humanos, animales y plantas contra los dañinos rayos solares. La ausencia de esta Capa de Ozono implicaría que las personas estarían expuestas a una radiación ultravioleta 70 veces más intensa que la exposición actual, lo que aumentaría significativamente la incidencia de quemaduras solares, cáncer de piel y problemas oculares en la población.
A pesar de que el agujero en la Capa de Ozono no tenga un vínculo directo con el aumento de la temperatura global, las medidas adoptadas en el Protocolo de Montreal han desempeñado un papel crucial en la mitigación de los efectos del calentamiento global. Según datos divulgados por las Naciones Unidas, los acuerdos de Montreal han contribuido a reducir la temperatura media del planeta en 0,5ºC, y se anticipa que esta cifra se reducirá aún más en otros 0,5ºC para finales del siglo XXI.
El desafío reside, según la comunidad científica, en que ciertas sustancias, como los hidrofluorocarbonos, que no estaban inicialmente prohibidas por el Protocolo de Montreal, resultan inofensivas para la capa de ozono pero altamente perjudiciales para el fenómeno del calentamiento global. Es por eso que recientemente se han incluido en la lista de sustancias prohibidas a través de una nueva enmienda internacional que ha entrado en vigor recientemente. Esta medida es un paso importante en la lucha contra el cambio climático, ya que aborda un aspecto importante de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
«Nunca se destacará lo suficiente hasta qué punto el Protocolo de Montreal ha contribuido a la mitigación del cambio climático. Esta norma se ha convertido en un verdadero defensor del medio ambiente”, señaló Meg Seki, Secretaria Ejecutiva de la Secretaría del Ozono del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
«El éxito obtenido gracias a la eliminaciónprogresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono nos muestra lo que puede y debe hacerse ―con carácter de urgencia― para abandonar los combustibles fósiles, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar, por lo tanto, el aumento de las temperaturas”, afirmó el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, en un comunicado.
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