Estamos en un momento cúspide para la ciencia. Los insectos, esas diminutas criaturas que comparten el planeta con nosotros, juegan un papel esencial en el equilibrio de los ecosistemas y la salud pública. Sin embargo, su influencia puede ser tanto beneficiosa como perjudicial. Hoy en día, los insectos nos obligan a dedicar más tiempo y esfuerzo en investigación científica para entenderlos mejor, minimizar sus impactos negativos y aprovechar sus beneficios, afirma José R. Loaiza, coordinador académico del Programa Centroamericano de Maestría en Entomología (PCMENT) de la Universidad de Panamá.
El especialista indica que el rol de los insectos en nuestra vida cotidiana va mucho más allá de lo que podemos ver a simple vista. Ellos son responsables de procesos esenciales como la polinización, llevada a cabo por abejas y avispas, pero también son los transmisores de enfermedades como el dengue y la malaria.
La ciencia ha avanzado significativamente en los últimos años, integrando estrategias de investigación convencionales con técnicas modernas. Sin embargo, uno de los desafíos más grandes sigue siendo la falta de especialistas en la región.
Un déficit de entomólogos en la región
La región centroamericana carece de suficientes entomólogos para enfrentar los retos que presentan los insectos en diversos sectores, desde la agricultura hasta la salud pública. El doctor Loaiza, comentó que en países como Panamá, los mosquitos transmisores de enfermedades han alcanzado cifras alarmantes. “Por primera vez en Panamá hemos registrado más de 13 mil casos de dengue en un solo año”, explica.
«Hoy más que nunca necesitamos más entomólogos, más científicos de los insectos, existe muy poca capacidad en la región centroamericana para formar», manifestó.
La falta de capacidad local para formar expertos en entomología es preocupante, ya que estos profesionales son esenciales para investigar y encontrar soluciones a los problemas causados por los insectos. Loaiza destaca que los insectos pueden ser utilizados como modelos para estudiar la perturbación del hábitat y como indicadores ecológicos que permiten comprender el impacto de las acciones humanas en los ecosistemas. Por ello, más que nunca, se necesita de una mayor inversión en investigación y formación de entomólogos.
La formación de nuevos entomólogos: Una respuesta necesaria
Para enfrentar estos desafíos, el Programa Centroamericano de Maestría en Entomología, que lleva más de 40 años formando especialistas en la región, se ha convertido en una plataforma clave. “El programa ha graduado a más de 115 entomólogos de 14 países, incluidos Nicaragua y otros países de América Latina”, explica Loaiza.
La maestría no solo prepara a los estudiantes en el campo teórico, sino también en la aplicación práctica de sus conocimientos. En palabras de Josiat Vega, becario del programa, “la maestría ha sido un punto de inflexión en mi carrera, abriéndome nuevas oportunidades de investigación en el campo de la entomología”.
Vega, quien se encuentra trabajando en un proyecto relacionado con el monitoreo de la mosca del gusano barrenador, recalca la importancia de la formación especializada. “El estudio de la entomología es crucial para sectores como la agricultura, la ganadería y la salud, donde los insectos pueden ser tanto plagas como aliados”, afirma. A través de herramientas modernas, los científicos pueden ahora investigar más rápido y con mejores resultados, algo que la maestría en entomología promueve activamente.
«Nuestra maestría es una de las pocas ofertas académicas a nivel de posgrado que forma entomólogos», dijo el doctor Loaiza.
Oportunidades de crecimiento para estudiantes
El programa de maestría no solo ofrece una formación sólida, sino también oportunidades internacionales. Los estudiantes centroamericanos han accedido a becas proporcionadas por agencias como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Agencia de Cooperación Alemana. Además, según el doctor Loaiza, la experiencia de estudiar en Panamá es enriquecedora en términos de conexiones y colaboraciones con instituciones de renombre mundial.
Los graduados del programa no solo contribuyen en sus países de origen, sino que también pueden continuar sus estudios a nivel de doctorado en Europa o Estados Unidos, gracias a las becas y alianzas que el programa ha establecido a lo largo de los años.
Un llamado a la investigación y al futuro de la ciencia
Loaiza enfatiza que, además de ser una carrera de gran impacto social, la investigación en entomología tiene un valor inmenso para el crecimiento personal de los estudiantes. “A través del conocimiento que generamos, podemos transformar la vida de las personas y resolver algunos de los problemas más importantes que enfrenta la sociedad hoy en día”, reflexiona.
Con el creciente interés de los gobiernos centroamericanos en invertir en investigación científica, los estudiantes tienen ante sí un panorama prometedor para desarrollarse como científicos y contribuir al bienestar de la región. La entomología, una rama de la biología que a menudo pasa desapercibida, es hoy más relevante que nunca.
El programa está recibiendo los documentos de admisión desde el 15 de agosto hasta el 1 de noviembre 2024 e el iniciarían a principios del 2025. Los nicaragüenses interesados deben tener una licenciatura en ciencias de la tierra, como biología, química, agronomía, medicina humana, medicina veterinaria o ciencias forestales, con un índice de excelencia. Así como contar con una experiencia sobre los insectos, detalló el doctor Loaiza.
La investigación científica le permite a uno crecer continuamente y desarrollarse, transformarse en un individuo con un impacto positivo en la sociedad, a través del conocimento que generamos. Podemos transformar la vida de las personas con este conocimiento, mejorar la calidad de vida de muchas personas y contribuir a resolver algunos de los problemas más importantes que en este momento atacan a la sociedad». En mi experiencia, muy personal, no cambiaría jamás las oportunidades que tuve para convertirme en un científico, creo que es una vida llena de dinámica, de nuevo conocimiento, de ser relevante en el momento en que nos encontramos y poder contribuir a resolver estos temas que tanto problema nos causan como sociedad. Exhorto a los chicos a optar en general a una carrera científica, la academia le permite a los chicos desarrollarse como seres humanos y como profesionales. Eso es muy grato y es fenomenal».
José R. Loaiza, coordinador académico del Programa Centroamericano de Maestría en Entomología (PCMENT) de la Universidad de Panamá.