En las dunas del inclemente desierto de Arabia Saudita, donde la arena se extiende hasta el horizonte y desafía a cualquier intruso, se forja una historia de tenacidad y pasión sobre dos ruedas. Es la historia de un intrépido corredor del Dakar; de un verdadero veterano de esta carrera, que es la más extrema y desafiante; de un “Piloto Leyenda”, como le han llamado. Su nombre es Francisco Arredondo y es un orgullo para Centroamérica y Latinoamérica. El guatemalteco se enfrenta, por decimoquinta vez a esta dura competencia, con la confianza inquebrantable de un guerrero del desierto.
Francisco Arredondo, de 46 años, forma parte del Puma Energy Rally Team desde el año pasado, cuando su tenacidad lo ubicó como el quinto mejor latinoamericano en esa legendaria carrera. Este año competirá en la 46ª edición, que se llevará a cabo del 5 al 19 de enero de 2024 en Arabia Saudita, en donde participarán 778 competidores y 434 vehículos. La dura travesía inicia en Al Ula e incluye 4,727 kilómetros de desafíos, en 14 jornadas, culminando en la meta final en Yanbú.
El pseudónimo «Piloto Leyenda» no podría ser más acertado. Los comienzos de nuestro corredor centroamericano en el Dakar nos transportan a una época en la que la tecnología era solo un sueño y la competencia se libraba con mapas de papel y un inquebrantable coraje.
Latinoamericano pionero en esa carrera tan exigente
Su bautizo en esta desafiante carrera ocurrió en el año 2004, en la ruta original del Dakar. En aquella edición, él y un único compañero latino, el chileno Carlos De Gavardo, se aventuraron en un territorio desconocido, sin localizadores satelitales y con instrucciones en francés que apenas comprendían.
Aquella competición, impregnada de una esencia europea, marcó un hito en la historia del Dakar. La idea de que este evento legendario llegaría algún día a Latinoamérica era, en ese momento, inconcebible, según rememora nuestro experimentado piloto.
Su primer compañero latino en esa inolvidable experiencia ya no está entre nosotros, pero su legado vive a través de su hijo, quien también participa en el Dakar. Correr al lado de este destacado piloto chileno y ahora con su hijo representa una de las mayores satisfacciones que los años de experiencia le han brindado. «El Dakar es más que una carrera de motos, es una aventura, una carrera humana», comenta con entusiasmo y con notoria humildad.
«Pero el mundo da vueltas», reflexiona, recordando cómo el terrorismo sacó el Dakar de África, llevándolo a Sudamérica en 2009 y, ahora, al inexplorado terreno de Arabia Saudita. Ahora corren otros tiempos, en el capítulo 3 de esta odisea, las hojas de ruta en papel han sido reemplazadas por navegación digital, marcando cambios tecnológicos significativos. El “Piloto Leyenda” ha vivido estos cambios y evolución marcados por la tecnología y el contexto. “Es una situación única», agrega con una chispa de emoción en sus ojos.
Una carrera extrema
Se trata de 14 días de competencia con un día de descanso y unas “especiales”. Este año habrá una especie de maratón de 48 horas, a las 4:00 de la tarde se apaga el reloj y los competidores deberán encontrar dónde dormir con grupos distintos. Todo ello en un lugar como en Empty Quarter, un mar de arena en Arabia, pero estas travesías no son desconocidas para Arredondo. “La segunda semana vamos a correr hacia el final para llegar a la costa del Mar Rojo, cerca de Yambú. es una semana igual de dura y habrá competidores de todo el mundo, gente de mucha experiencia. El talento es increíble. A lo largo de estos años hemos cambiado a mucho talento. Es un orgullo formar parte de este equipo de Puma Energy Rally Team”, comenta.
El Dakar, una carrera que va más allá de las fronteras físicas, representa un desafío constante desde el primer kilómetro. Este año, con la confianza depositada en los combustibles de Puma, el equipo Puma Energy Rally se prepara para una competencia en la que la fiabilidad de sus motocicletas, los productos Puma y el equipo los llevará a la meta.
La aventura comenzó mucho antes del rugido de los motores, durante el arduo trabajo de todo un año, enfrentando diferentes terrenos, altitudes y climas para entender tanto a la máquina como a sí mismos. Cuenta que algunas veces se prevé que no habrá tanto calor y justo en esos días el cuerpo puede deshidratarse mucho más que cuando hay mayores temperaturas, por lo que es primordial comprender y prepararse para estas condiciones.
«La carrera no se termina hasta que no se termina», recalca, destacando la imprevisibilidad del Dakar. Desde especiales aparentemente fáciles hasta maratones de 48 horas en el vacío del desierto, cada kilómetro cuenta. Y en este viaje, la humildad es clave para reconocer que el desierto siempre es peligroso y que ganarse cada kilómetro es esencial, enfatiza.
Relata que en el Dakar, las sorpresas pueden llegar desde el primer día, y no siempre son las que esperas. “Algunas veces, la carrera apenas comienza y ya hay ocho pilotos fuera de la competencia, el año pasado, cuatro de los favoritos salieron en la primera etapa, con fracturas y todo. Es una carrera realmente complicada, donde cada kilómetro cuenta” y donde la línea entre el éxito y la derrota es más delgada de lo que uno podría imaginar, dice.
Indica que tampoco se debe asumir que la experiencia garantiza el éxito. En el desierto el peligro siempre está presente y hay que estar atento, cada kilómetro debe ganarse con atención y determinación. La carrera no se termina hasta que no se termina, y ese lema resuena fuertemente en cada rincón de este desafiante terreno. En el Dakar, la victoria no es solo para el más rápido, sino para aquellos que comprenden la naturaleza impredecible de la competencia y están dispuestos a enfrentarla con humildad y valentía.
La verdad es que la competencia no tiene piedad. No importa cuánta experiencia tengas, siempre hay desafíos inesperados. La clave está en reconocer que no es una carrera individual, es un esfuerzo de equipo. Sin el respaldo de un equipo como Puma Energy, nada de esto sería posible. Trabajamos juntos, nos apoyamos mutuamente. Nadie quiere quedar fuera, pero la realidad es que es una lucha constante. A veces, todo sale bien, pero en otras ocasiones, vemos a personas que han trabajado muy duro, pero algo sale mal, comenta.
Con toda su experiencia, recuerda con cariño los momentos memorables: paisajes espectaculares, camaradería única y, sobre todo, el compartir éxitos con su familia y equipo al llegar a la meta.
Aunque el Dakar ha dejado cicatrices y momentos difíciles, este corredor destaca la importancia de la seguridad, la evolución tecnológica y la responsabilidad en la traza de la ruta para evitar accidentes a altas velocidades.
La tristeza de perder seres queridos
Así como hay momentos memorables, los corredores también enfrentan el Dakar con un historial marcado por desafíos implacables. Arredondo indica que esta competencia se ha convertido en leyenda y ha cobrado su precio en experiencias difíciles. «Como equipo, hemos perdido a seres queridos y hemos atravesado momentos duros como competidores y amigos. La seguridad se ha convertido en nuestra máxima prioridad, reflejada en decisiones cruciales que han transformado nuestra participación», dijo.
Explicó que como organización, como federación internacional de motociclismo han tomado importantes decisiones en favor de la seguridad, como descender de una potente motocicletas 690, que se utilizaba en los años 90, a modelos más pequeños, sacrificando velocidad por una mayor seguridad.
También se incorporó tecnología de airbag que se despliega en caso de caídas, brindando una protección vital, especialmente para el cuello. El acceso al Dakar se ha vuelto más complejo, exigiendo una preparación meticulosa. Cada trazo de ruta requiere cuidado meticuloso, y la adopción de rutas técnicas con mayor navegación se ha convertido en un escudo contra los accidentes, especialmente aquellos que suelen ocurrir a altas velocidades.
La seguridad, como pilar fundamental, impulsa a avanzar en esta legendaria travesía con la conciencia de que cada decisión y cada innovación tecnológica contribuyen a preservar la integridad de los corredores en la ruta desafiante del Dakar.
Un guatemalteco en el Monte Everest
Francisco Arredondo, el apasionado guatemalteco de la aventura y la adrenalina, no se limita a las carreras en motocicleta en condiciones extremas. En el 2008, añadió otra hazaña a su lista al escalar el Monte Everest. Este desafío resalta la versatilidad y determinación de Arredondo, quien encuentra su pasión en conquistar límites tanto en la tierra como en las alturas.
Con el rugido de su moto resonando en el vasto desierto, nuestro corredor se lanza a su decimoquinta travesía en el Dakar. Un guerrero del desierto, un piloto con la experiencia de mil kilómetros, un embajador del equipo Puma Energy Rally que enfrenta cada desafío con determinación, con mucha humildad y con el espíritu indomable de un aventurero. La arena del desierto es testigo de su historia, una historia que se teje entre dunas y kilómetros interminables, una historia de pasión, perseverancia y el eterno espíritu del Dakar.