América Latina y el Caribe enfrentan un mercado laboral “altamente complejo y cargado de incertidumbre” en este 2023, debido a la suma de múltiples crisis que impactan los mercados de trabajo. Así lo valoró la Oficina Regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al presentar una nueva edición de su Informe Panorama Laboral, en donde se analiza la situación del mercado de trabajo en 2023.
A pesar de que la tasa de desocupación regional promedio es significativamente menor que la de 2019, se hace necesaria la implementación de políticas que contribuyan a la creación de empleo formal y al sostenimiento de los ingresos laborales, indica.
La baja en la tasa de desocupación en 2022 fue impulsada por la creación de empleo, especialmente entre mujeres y jóvenes que habían sido ferozmente impactados en la crisis laboral por COVID-19.
Sin embargo, se prevé que el escaso dinamismo de la economía pronosticado para 2023 afectará negativamente la generación de nuevos empleos y hará que la tasa de desocupación registre variaciones, llegando a niveles de entre 7,2 y 7,5 por ciento, indica el informe
La recuperación laboral ha sido fuertemente traccionada por el aumento de las ocupaciones informales, que representaron entre 40 y 80 por ciento de los empleos generados, y se destaca que una de cada dos personas trabaja en la informalidad, lo que implica inestabilidad laboral, bajos ingresos y sin protección social. Además, los ingresos reales de las personas trabajadoras en la región están siendo afectados por una tasa de inflación regional que se habría ubicado por encima del 8 por ciento en 2022, causando una pérdida del poder adquisitivo de los salarios medios y mínimos.
El informe aborda el “fenómeno del trabajador pobre”, que significa que aun teniendo un trabajo, incluso uno formal, las personas pueden encontrarse en situación de pobreza. Se ha observado un aumento en el porcentaje de trabajadores pobres, que está estrechamente relacionado con la informalidad laboral. Los trabajadores informales tienen entre 3 y 4 veces más probabilidades de ser pobres que los trabajadores formales, y son responsables del 70% al 90% de la pobreza laboral total. Por lo tanto, es evidente que la calidad del empleo y los ingresos laborales insuficientes son los problemas más urgentes que enfrenta la región, lo que afecta tanto a los trabajadores como a sus familias.
“El impacto de la informalidad, sumado al de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, es fundamental para entender por qué debemos estar alertas al fenómeno del trabajador pobre”, dijo Roxana Maurizio, economista laboral de la Oficina Regional de la OIT y coordinadora de la edición del Informe Panorama Laboral.
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