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La planificación estratégica es un componente esencial para el éxito de cualquier emprendimiento. «Es como un mapa que guía al emprendedor desde su posición actual hacia donde desea llegar, brindandole una ruta que le permite identificar oportunidades y amenazas para alcanzar metas y objetivos, marcando la diferencia en el éxito de un proyecto», explica Ana María Aliaga, con 21 años de experiencia en gestión estratégica de emprendedores y pymes, con un Master en Administración de empresas en la Pontificia Universidad Católica de Chile, un diplomado de Economía y Finanzas para emprendedores de la Universidad de Santiago, Behavioral Financial Duke University.
La especialista enfatiza que, al elaborar una planificación estratégica, el punto de partida fundamental consiste en comprender a fondo la misión y la visión del emprendimiento, así como su propósito, siempre con la mirada puesta hacia el futuro. Además, es imprescindible adentrarse en el conocimiento del entorno empresarial: identificar dónde está la empresa, reconocer a sus competidores, evaluar sus fortalezas y debilidades, anticipar las amenazas y detectar las oportunidades. Es vital comprender el entorno político, legal y tecnológico, valorando si se presenta como un aliado favorable o un desafío desfavorable.
El rol desempeñado por la misión y, particularmente, por la visión, resulta sumamente significativo. La experta destaca que en muchos casos, los planes estratégicos se centran en el corto plazo, dando prioridad a las cuestiones urgentes e inmediatas, descuidando aspectos esenciales. Estas urgencias suelen surgir porque no se presta la debida atención a lo verdaderamente importante. Es por ello que subraya la importancia de una visión a largo plazo en la planificación estratégica.
La misión, por su parte, define el propósito y nunca se debe dejar de un lado los valores fundamentales de la empresa. «En muchas ocasiones, los clientes se sienten atraídos hacia los emprendedores debido a los valores que encarnan su empresa». Por lo tanto, es fundamental que los emprendedores se conozcan a sí mismos y sean conscientes de la cultura y los valores que representan, ya que esto permite a los clientes conocer y relacionarse mejor con la empresa, manifestó.
Diseñado a la medida
Agregó que este plan estratégico debe ser diseñado a medida para cada empresa, ajustándose con precisión a las particularidades de cada emprendimiento. Esto se debe a que la industria, el mercado, la misión, los productos, los servicios y la forma en que se satisfan las necesidades de los clientes son elementos altamente específicos. Por lo tanto, es imperativo que el análisis sea minucioso, incluyendo detalles como la industria en la que opera, el mercado al que se dirige, las condiciones competitivas únicas que enfrenta, y los recursos y capacidades que son distintivos y características de ese emprendimiento o empresa en particular.
Otro elemento de gran valor al elaborar este plan radica en establecer objetivos claros, alcanzables y cuantificables. Esto, a su juicio, forma la base sólida para una planificación estratégica precisa y efectiva.
Para asegurar que los objetivos y metas sean realistas, la ingeniera Aliaga recomienda una herramienta invaluable: la aplicación de la metodología SMART. Esta herramienta, que no solo es efectiva sino también accesible, se basa en la definición de objetivos que sean Específicos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y Temporales (SMART).
En otras palabras, los objetivos deben ser específicos para que estén claramente definidos, medibles para que se puedan cuantificar y evaluar, alcanzables para que sean factibles de lograr, relevantes para que estén alineados con la misión y visión de la empresa, y, por último, deben tener un tiempo definido para establecer un plazo claro para su consecución. La implementación de esta metodología garantiza que los objetivos sean realistas y en consonancia con la dirección estratégica de la empresa.
Innovar y adaptarse a los cambios
La experta subraya la importancia de la innovación y la creatividad en un plan estratégico, considerándolos esenciales para mantener la competitividad y lograr la diferenciación en productos y servicios.
La innovación no implica necesariamente la creación de algo completamente nuevo, sino que también puede involucrar la reformulación o la reutilización de recursos y la exploración de nuevas formas de llegar al cliente».
Enfatizó que es fundamental comprender que la innovación no se limita a cambios drásticos; durante la pandemia, muchos emprendedores demostraron que la innovación puede ser sutil y efectiva al adaptarse con simples ajustes, ejemplificó. Aquellos que lograron adaptarse a las cambiantes necesidades del mercado y del cliente pudieron subsistir, mientras que los que no lograron innovar se encontraron en una posición más vulnerable. En este sentido, la innovación se convierte en una herramienta clave para el éxito.
No dejes de un lado la gestión de riesgos
Ana María Aliaga enfatiza un punto crítico que a menudo se pasa por alto en la planificación estratégica, incluso en el caso de las grandes empresas: la gestión de riesgos y desafíos. Advierte que es un error común dejar de considerar estos aspectos, cuando en realidad los riesgos y desafíos deben formar parte integral de la planificación estratégica, ya que su potencial impacto y probabilidad de ocurrencia pueden ser evaluados y anticipados.
Esto permite la toma de decisiones proactivas para prevenir problemas en lugar de reaccionar ante ellos. La preparación para afrontar posibles riesgos implica la creación de planes de mitigación que deben ser documentados y listos para su implementación en caso de necesidad.
Además, subraya la necesidad de ser flexible y adaptarse a los cambios, especialmente aquellos sobre los cuales no se tiene control. La planificación estratégica no debe ser considerada como algo estático, sino como un proceso en constante evolución, algo que tiene vida. En un entorno empresarial en constante cambio, es esencial observar cerca lo que sucede en el entorno y estar dispuesto a ajustar la estrategia de acuerdo con las circunstancias, dijo.
Recomendaciones
- Enfoque y Pasión: Mantener la misión y visión en el corazón del negocio, con un enfoque claro en lo que se quiere lograr.
- Autoconocimiento Empresarial: Tener una comprensión sólida de la posición actual, el destino deseado y el camino intermedio.
- Análisis del Entorno: Realizar un análisis exhaustivo del entorno empresarial, considerando factores internos y externos.
- Objetivos SMART: Establecer objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales para una planificación estratégica precisa.
- Innovación y Creatividad: Fomentar la innovación y la creatividad en productos, servicios y procesos para diferenciarse en el mercado.
- Gestión de Riesgos: Prepararse para los riesgos, desarrollando planes de mitigación y documentándolos para su implementación en caso necesario.
- Flexibilidad y Adaptabilidad: Ser flexible y estar dispuesto a adaptarse a los cambios en el entorno empresarial.
- Evaluación Continua: Evaluar de forma constante el progreso y los resultados obtenidos, ajustando la estrategia según sea necesario.
- Valentía y Resiliencia: No temer cambiar el modelo de negocio si es necesario para sobrevivir y alcanzar el éxito.
Recomendaciones bibliográficas
La experta recomienda la siguiente bibliografía
«El Modelo Delta: Reinventando la Estrategia de tu Empresa», de Arnoldo Hax es una obra significativa en el campo de la estrategia empresarial. Hax es un experto reconocido en el área de la planificación estratégica y este libro refleja sus amplios conocimientos y experiencia en el tema. «Este libro ofrece una visión moderna de la estrategia empresarial y su enfoque centrado en el cliente es particularmente relevante en el mercado actual».
“Estrategia Competitiva», de Michael E. Porter es una obra clave en el campo de la estrategia empresarial, publicada en 1980. El libro introduce tres conceptos principales que se han convertido en fundamentos del pensamiento estratégico: Cinco Fuerzas de Porter, Cadena de Valor, Estrategias Genéricas Competitivas
«Estos conceptos han demostrado ser herramientas valiosas para el desarrollo y análisis de la estrategia empresarial».
«Administración estratégica: Teoría y casos», de Arthur A. Thompson es un recurso esencial para comprender la gestión estratégica. Cubre análisis del entorno competitivo, formulación de estrategias a nivel corporativo y de negocio, ejecución de estrategias y cambio estratégico. Los temas incluyen análisis PESTEL, cinco fuerzas de Porter, cadena de valor, y estrategias de diferenciación, de costos bajos y de enfoque. El libro mezcla teoría con casos prácticos de diversas industrias, proporcionando una visión amplia de cómo se aplica la teoría de la gestión estratégica en la práctica. «Es útil para estudiantes de administración de empresas, emprendedores y gerentes».
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