Estadios que fusionan arquitectura tradicional nipona y contemporánea, islas artificiales en la bahía de Tokio o carreteras con vistas al icónico monte Fuji son algunos de los escenarios que acogerán las competiciones olímpicas.
Las sedes de los Juegos de Tokio se reparten más allá de la capital e incluyen velódromos, parques, campos de golf y estadios de otras prefecturas del centro y el norte del país, además de parajes naturales como playas de la costa del Pacífico o las aguas que rodean a la isla de Enoshima, un popular destino turístico.
Los Juegos incluirán, además, por primera vez deportes «urbanos» como el ‘skate’ y baloncesto 3×3 que se desarrollarán en instalaciones inspiradas en sus orígenes callejeros, aunque, como sucederá con casi todos los deportes, no podrán contar con espectadores debido a las restricciones por la pandemia.
El escenario central de los Juegos será el nuevo Estadio Olímpico de Tokio, diseñado por el prestigioso arquitecto nipón Kengo Kuma y cuya estructura cubierta con listones de madera evoca la sobriedad y la sostenibilidad de la arquitectura tradicional japonesa.
El coliseo tokiota, que acogerá las ceremonias de apertura y cierre y competiciones de atletismo y fútbol, cuenta con 68.000 asientos que estarán vacíos por decisión de los anfitriones, salvo por la limitada presencia de invitados VIP y miembros de comités y federaciones.
En la playa de Tsurigasaki, alejada unos 80 kilómetros del bullicio de Tokio, se celebrará la primera competición olímpica de surf, que pondrá los focos del deporte mundial sobre un lugar hasta ahora solo conocido por los amantes de este deporte en Japón.
El parque Marino de Odaiba, otra playa aunque artificial y cuyas aguas contaminadas por su cercanía a la metrópolis han generado preocupación entre las federaciones internacionales, será escenario de las pruebas de natación de larga distancia y triatlón.
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