Guatemala

Guatemala, crecimiento moderado y dinamismo del crédito pese a desafíos globales

En 2024, la economía de Guatemala ha mostrado una recuperación moderada y estabilidad en ciertos indicadores clave. Hasta septiembre de 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) ha tenido un crecimiento real de 3.3%, lo que refleja una economía que sigue en expansión a pesar de un entorno global incierto. Este crecimiento ha sido impulsado principalmente por los sectores del comercio, la construcción y los servicios financieros.
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A lo largo de 2024, la economía guatemalteca ha mostrado un desempeño sólido, pero no exento de retos. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real, estimado en un 3.3% para este año, refleja la resiliencia de la economía en un entorno global caracterizado por incertidumbre económica y volatilidad en los mercados internacionales. Sectores como el comercio, la construcción y los servicios financieros continúan liderando el crecimiento, lo que indica una base diversificada que sostiene la actividad económica del país.

Sin embargo, este crecimiento también debe ser analizado en el contexto de las presiones inflacionarias que ha enfrentado Guatemala. La inflación acumulada hasta septiembre se situó en un 4.54%, dentro del rango objetivo del Banco de Guatemala, pero superior a la del año anterior. Este incremento ha sido impulsado principalmente por el aumento de los precios de los alimentos y los combustibles, que ha afectado tanto a los consumidores como a las empresas. A pesar de los esfuerzos del Banco Central para controlar la inflación a través del ajuste en las tasas de interés, los desafíos persisten, en particular en un entorno global donde los precios de las materias primas siguen siendo volátiles.

El Banco de Guatemala ha respondido a estas presiones mediante un ajuste de las tasas de interés, que ahora se sitúan en un promedio ponderado de 18.19% para préstamos en moneda nacional. Este aumento, si bien es efectivo para frenar la inflación, plantea un reto importante para la inversión interna y el consumo, ya que encarece el crédito tanto para los hogares como para las empresas. En moneda extranjera, la tasa de interés es algo más baja, con un promedio de 7.92%, lo que sugiere que el país sigue siendo atractivo para ciertos tipos de inversión extranjera, aunque a un ritmo más moderado.

En cuanto al tipo de cambio, la estabilidad del quetzal frente al dólar, con un promedio de 7.80 quetzales por dólar, ha sido una de las fortalezas de la economía guatemalteca en 2024. Esta estabilidad ha sido respaldada por las robustas reservas internacionales, que a septiembre alcanzaron los 15,300 millones de dólares. Estas reservas no solo proporcionan un colchón ante posibles choques externos, sino que también refuerzan la confianza en la política cambiaria del país.

A pesar de estos indicadores positivos, la Inversión Extranjera Directa (IED) ha mostrado signos de contracción, con un total de 980.7 millones de dólares hasta septiembre de 2024. Este descenso puede atribuirse a varios factores, entre ellos la creciente competencia regional y ciertas percepciones de riesgo político, que afectan la capacidad del país para atraer flujos de capital. Sin embargo, es importante señalar que Guatemala sigue siendo un destino atractivo para inversiones a largo plazo, especialmente en sectores como la agroindustria y las tecnologías de la información.

Las remesas familiares continúan siendo un pilar clave de la economía guatemalteca, con un crecimiento interanual de aproximadamente el 10%, alcanzando los 13,700 millones de dólares. Este flujo de capital no solo sostiene el consumo interno, sino que también refuerza la estabilidad social en un contexto donde muchas familias dependen de estas transferencias para su subsistencia. En este sentido, las remesas no solo son un indicador económico, sino también un reflejo de las conexiones internacionales que influyen directamente en el bienestar de muchos hogares guatemaltecos.

De cara al futuro, se espera que Guatemala mantenga un crecimiento económico moderado, sostenido en gran medida por el consumo interno y el flujo constante de remesas. Sin embargo, la economía sigue enfrentando riesgos, particularmente relacionados con la inflación y el costo del crédito, que podrían frenar la inversión y el crecimiento del sector privado. Las políticas fiscales y monetarias del gobierno y el Banco Central seguirán siendo determinantes para asegurar la estabilidad económica y la confianza de los inversores, tanto locales como internacionales.

En resumen, la economía guatemalteca ha mostrado un desempeño robusto en 2024, con un crecimiento sostenido y una estabilidad cambiaria admirable. No obstante, la inflación, las altas tasas de interés y la reducción de la inversión extranjera directa son factores que deberán ser gestionados cuidadosamente para mantener el ritmo de crecimiento y fomentar un entorno más favorable para la inversión.

Fuente de información Banco de Guatemala 

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