Celebridades de todo tipo, comentaristas de moda, modelos, fitness, veteranos de videojuegos, entre otros, tienen la capacidad de conectar con una audiencia en redes sociales mayor que la de los programas más famosos de televisión, estos pueden llegar a convertirse en prescriptores válidos para las marcas.
El fin de esta regulación, respaldada por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y el Ministerio de Consumo, es que las audiencias o seguidores de estos «influencers» se den cuenta que están consumiendo publicidad, por medio de una indicación explícita, inmediata y adecuada.
El propio Código propone el uso de determinados indicadores tales como ”publicidad”, “publi”, “en colaboración con” o “patrocinado por”, tanto en la publicación inicial del contenido, como cuando el influencer lo comparta.
El código de Conducta sobre el uso de influencers en la publicidad se aplicará a partir del 1 de enero de 2021. Todos los anunciantes adheridos deberán establecer en sus contratos con influencers la necesidad del cumplimiento de las normas allí contenidas.
Y de forma complementaria, los anunciantes también deberán favorecer la adhesión de los influencers al Código.
El Código consta de siete páginas y su versión PDF está disponible en este enlace, si bien puede resumirse en cuatro recomendaciones.
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