Fue en el año 496 cuando el Papa Gelasio I instauró el 14 de febrero como día de la fiesta de San Valentín y, aunque las celebraciones fueron variando con los siglos, fue en la Edad Media cuando el concepto del amor cortés marcó la forma romántica moderna de esta festividad. Pese a que su interpretación actual en ocasiones tiene más que ver con las cifras de ventas de bombones, flores y tarjetas de felicitación que con el verdadero afecto, la ocasión ofrece motivos más que suficientes para observar el estado de las relaciones en el mundo.
Según los datos del Statista Consumer Insights, China destaca en términos de personas que tienen una relación o están casadas. El 82% de los encuestados afirman estar en pareja, y las cifras se inclinan en gran medida hacia las parejas casadas. En un país donde muchas jóvenes solteras sufren una enorme presión familiar, social y gubernamental para que se casen, apenas un 16% de las personas encuestadas afirman estar en situación de soltería, el porcentaje más bajo de los países incluidos en este gráfico. En el extremo opuesto está Perú, donde la proporción de personas solteras entrevistadas llega al 37%.
En España, el 70% de los residentes entrevistados tiene pareja o está casado, mientras que el 21% sigue buscando su alma gemela… o no, porque, ¿quién dice que todo el mundo quiere tener una relación? Estar soltero el Día de San Valentín también puede significar ahorrar dinero, no tener presión sobre qué regalar o simplemente pasar una noche tranquila. Esto no quiere decir que los solteros no sean buenos para la economía en torno al 14 de febrero, como atestigua la popularidad de sitios y apps de citas como Tinder, Badoo, etc. Lo que es seguro es que, independientemente de la situación sexo-afectiva de cada cual, simplemente ignorar este día es también, por descontado, una opción.
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