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Consumo de carne

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La demanda mundial de carne ha crecido más del doble en las últimas décadas, pero mientras el apetito por este alimento crece, también lo hace el cuestionamiento a su consumo, debido a sus efectos sobre el planeta y la salud, incrementando las alternativas de alimentos y el estilo de vida vegano

En los últimos años muchos especialistas han advertido que los recursos del planeta no darán abasto para la creciente población mundial, lo que podría ocasionar una escasez alimentaria. Ante esta situación, una de las medidas que podrían cambiar el rumbo es modificar el patrón alimentario para hacerlo más sostenible mediante la reducción o eliminación de la ingesta de productos de origen animal.

Sin embargo, la demanda mundial de carne es cada vez mayor. Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indica que la producción mundial de carne se ha quintuplicado desde la década de 1960.

La demanda de diferentes tipos de carne aumentó especialmente en los países asiáticos, siendo Asia el mayor mercado productor de carne, con especial atención a la carne de cerdo y de ave.

El consumo mundial de carne en 2021 superó en más del doble el registrado en 1990, situándose por encima de los 328 millones de toneladas métricas. Por tipo de carne, es la procedente de las aves la que más ha aumentado en este periodo, pasando de 34,6 toneladas en 1990 a cerca de 132,5 millones en 2021.

En España se consume casi 50 kilos de carne por persona, anualmente

En medio de este crecimiento del consumo de carne, hay quienes abogan y hasta hacen campañas para cambiar esta realidad. El año pasado, el ministro de Consumo Español, Alberto Garzón, realizó la campaña Menos carne, más vida, en contra del consumo excesivo de carne en España, por cuestiones sanitarias y medioambientales.

Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2020 los españoles consumieron de media casi 50 kilos de carne por persona, cifra que está muy lejos de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 21 kilos per cápita al año. Esto equivale a un total de 2.305 millones de kilos consumidos por los hogares españoles en 2020, un 10,5% más que en 2019.

Las comunidades autónomas de España que más carne consumieron el año 2020 fueron Castilla y León (57,5 kg per cápita al año), Navarra (56,2 kg), Aragón (55,4 kg), Baleares (53,9 kg), Castilla-La Mancha (53,3 kg) y País Vasco (53,1 kg).

La campaña del ministro español recibió fuertes críticas de parte de la industria cárnica, miembros de la oposición y hasta de su propio, sin embargo, nutricionistas y ecologistas defienden que comer demasiada carne es perjudicial para la salud humana y del planeta.

Preven potencial crecimiento de sustitutos de la carne

Precisamente los efectos nocivos de la producción cárnica en el medio ambiente y la salud de los consumidores han abierto una oportunidad de negocio para productos sustitutos de los alimentos que derivan de animales, según cálculos la consultora Kearney.

Solo la carne cultivada en laboratorio a través de células animales podría alcanzar una cuota de mercado sobre las ventas del 35% en 2040, lo que puede parecer una previsión relativamente optimista si se tiene en cuenta que todavía se encuentra en fase de experimentación. Los productos sustitutos veganos, por su parte, absorberían el 25% de los ingresos. Según esta previsión la carne tradicional solo generaría la cuota restante, del 40%.

Acorde a las últimas previsiones del sector, se espera que el valor de mercado de los alimentos basados en proteína vegetal que representan una alternativa a aquellos de proteína animal se quintuplique hasta 2030.

Más allá de simples sustitutos de la carne o la leche, en la actualidad también se encuentran disponibles en el mercado alternativas para otros alimentos como el pescado, los huevos o los productos de repostería.

Esto está estrechamente relacionado con el también creciente estilo de vida vegano, vegetariano y otras variantes que en la última década ha venido creciendo y que está relacionado al deseo de paliar la escasez de recursos, llevar un modo de vida más sostenible, frenar la emisión de gases de efecto invernadero, evitar el sufrimiento animal o simplemente cuidar la alimentación.

Estilo de vida vegetariano va ganando terreno

El cuestionamiento al consumo de alimentos de origen animal ha hecho que las grandes ciudades opten por brindar alternativas culinarias acordes con este estilo de vida. Según el Índice de Ciudades Vegetarianas publicado por la compañía Nestpick, Londres es la mejor ciudad para los vegetarianos.

El estudio evalúa la disponibilidad de restaurantes y eventos vegetarianos y veganos, así como los niveles de precios de la comida vegetariana, ya sea en supermercados o restaurantes, en 75 ciudades. El índice clasifica a cada ciudad en una escala de 10 a 100, donde cuanto más alta es la puntuación, mejor es la ciudad para los vegetarianos.

«Con más y más personas que buscan reducir su consumo de carne, las ciudades deben satisfacer estas necesidades con diversas ofertas vegetarianas si quieren atraer a los jóvenes talentos, en particular a los milenial, a la generación Z y a las generaciones futuras», afirma Omer Kucukdere, fundador y CEO de la empresa.

A la capital y mayor ciudad de Inglaterra y del Reino Unido le siguen, ocupando el segundo y tercer puesto del ranking, dos ciudades alemanas, Berlín y Múnich, respectivamente. El Top 8 se completa con cuatro urbes europeas más, entre las que se encuentra la española Palma de Mallorca, y una estadounidense. Madrid (puesto 29) y Barcelona (55) son las otras dos metrópolis españolas presentes en el índice. La primera ciudad latina de la clasificación es Ciudad de México, en el puesto 49 y con una puntuación de 91,96. Bogotá (puesto 57), en Colombia, y Buenos Aires (71), en Argentina, también figuran en el ranking, que cierra la brasileña São Paulo, en el puesto número 75.

Con información de Statista