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En un mundo donde la sostenibilidad ambiental es una prioridad, garantizar la correcta instalación de tuberías de PVC se ha convertido en un elemento clave para preservar los recursos hídricos y la calidad del suelo. Más allá de ser un requisito técnico, el cumplimiento de las normativas representa un compromiso con la protección del medio ambiente, la salud pública y la eficiencia económica de las comunidades.

La instalación defectuosa de tuberías puede desencadenar problemas graves, desde fugas que desperdician agua potable hasta la contaminación del subsuelo y los cuerpos de agua superficiales debido a filtraciones de aguas residuales. Estos fallos, provocados por materiales de baja calidad o métodos de instalación inadecuados, comprometen la sostenibilidad de los sistemas y aumentan los costos de mantenimiento y reparación.

Por el contrario, implementar tuberías de PVC bajo estrictos estándares normativos asegura hermeticidad, durabilidad y un rendimiento óptimo. Esto no solo protege los recursos naturales, sino que también impulsa la estabilidad de las infraestructuras urbanas, reduciendo riesgos y costos a largo plazo.

Innovación para la Sostenibilidad
La industria de la construcción ha evolucionado hacia tecnologías más seguras y eficientes. Por ejemplo, los sistemas avanzados de tuberías que eliminan la necesidad de pegamentos, facilitan la instalación, minimizan errores y reducen las probabilidades de fugas, promoviendo un uso más consciente del agua, el recurso más valioso.

Es fundamental elegir sistemas de tuberías que cumplan con los más altos estándares de calidad y realizar instalaciones siguiendo las especificaciones del fabricante, explicó Raquel Jiron Nielsen, gerente de la categoría de construcción de Amanco Wavin Centroamérica. Esto no solo garantiza un mejor rendimiento, sino también una contribución directa a la sostenibilidad de nuestras comunidades.”

Una responsabilidad compartida
Cumplir con las normativas no es simplemente una formalidad. Es un acto de responsabilidad ambiental y social que fomenta el bienestar de las comunidades, protegiendo su entorno y promoviendo un futuro más estable y saludable.

Invertir en sistemas de tuberías de calidad, combinados con prácticas de instalación responsables, es esencial para avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible que equilibre las necesidades humanas con el respeto por el medio ambiente.

El huracán Rafael ha golpeado el occidente de Cuba con una fuerza devastadora. Clasificado como un huracán de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, Rafael tocó tierra en la provincia de Artemisa, recorrió el país y causó graves daños en viviendas, infraestructuras y el sector agrícola antes de abandonar el territorio por la costa norte de Pinar del Río. Las autoridades han iniciado una evaluación de los daños, y los primeros informes indican que más de cuatro millones de personas han sido afectadas.

Daños a infraestructura y viviendas

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, destacó las “grandes afectaciones” en las provincias de Artemisa, Mayabeque y La Habana, las cuales han visto destrozadas partes de su infraestructura y de sus viviendas. El primer ministro, Manuel Marrero, añadió que los daños en la infraestructura y agricultura han sido “muy fuertes”, mientras que el ciclón provocó un apagón total en el país, el segundo evento de “cero cobertura energética” en apenas dos semanas.

Crisis energética y desafíos en la recuperación

El Ministerio de Energía y Minas (Mined) explicó que la complejidad técnica para restablecer el Servicio Eléctrico Nacional (SEN) es enorme debido a los daños físicos en cables y postes provocados por los vientos que alcanzaron hasta 185 km/h. Las reparaciones serán particularmente difíciles en el occidente de la isla, donde se deben revisar exhaustivamente las líneas eléctricas e instalaciones. En el centro y oriente de Cuba, se han comenzado a crear subsistemas eléctricos para paliar la falta de energía.

Impacto en la agricultura y la economía

Rafael ha afectado severamente la agricultura cubana, una de las principales fuentes de sustento para el país. Las lluvias intensas, que alcanzaron hasta 200 milímetros, han destruido cultivos esenciales y dejado una estela de daños en campos y plantaciones. Estos daños se suman a los que dejó el huracán Óscar, que pasó por la isla hace apenas dos semanas, dañando 13,000 hectáreas de cultivos y destruyendo 12,000 viviendas.

Resiliencia y recuperación

El gobierno cubano ha iniciado un proceso de recuperación en las áreas más afectadas. Marrero concluyó su intervención con un mensaje de resiliencia: “Tengan la seguridad de que nos recuperaremos y saldremos adelante. ¡Hasta la victoria siempre!”. Las autoridades han solicitado tiempo para llevar a cabo las reparaciones y garantizar la seguridad de los ciudadanos en medio de esta compleja situación.

El paso del huracán Rafael ha dejado a Cuba en una situación crítica, con graves afectaciones en la infraestructura, la energía y la agricultura. Los cubanos se enfrentan ahora al arduo proceso de reconstrucción, confiando en el apoyo de las autoridades para restablecer la normalidad en el país. Este evento natural subraya la vulnerabilidad de la isla ante fenómenos climáticos extremos y la necesidad de una infraestructura resiliente para enfrentar futuros desastres.

Fuentes: Agencia EFE | Instituto Meteorológico de Cuba (Insmet) | Ministerio de Energía y Minas

Una persona come, bebe y respira entre 78.000 y 211.000 partículas de microplásticos (las partículas plásticas que miden menos de cinco milímetros) al año. La investigación «Human Consumption of Microplastics«, publicada en Environmental Science & Technology, presenta un análisis de 26 estudios de todo el mundo y calcula la cantidad media de microplásticos que se encuentran en consumibles comunes, como el agua, la cerveza, el azúcar y la sal, entre otros.

La ciencia lleva un cuarto de siglo estudiando los microplásticos, y sabemos que las partículas pueden ser transportadas por todo el cuerpo a través del riego sanguíneo, pero, ¿cuán dañinas son para nuestro organismo? Diversos estudios han demostrado que los microplásticos causan reacciones alérgicas y muerte celular, pero hasta ahora no hubo estudios epidemiológicos que documenten, en un gran grupo de personas, una correlación entre el consumo de microplásticos y los problemas de salud.

La mayor cantidad de microplásticos entra en nuestro organismo a través del agua embotellada. Según cuatro estudios distintos, el número medio de partículas por litro es de 94. La cerveza ocupa el segundo lugar, con 32, pero el tercer puesto es el más alarmante: el aire inhalado por los seres humanos, según dos estudios realizados en Francia y Turquía, contiene una media de 9,80 partículas de microplásticos por m³. Como referencia, el Manual de Factores de Exposición de la EPA indica que una persona de entre 31 y 51 años inhala una media de 16 m³ de aire al día.

Fuente Statista

 

Se estima que 931 millones de toneladas de alimentos acabaron en los contenedores de basura de hogares, minoristas, restaurantes y otros servicios alimentarios de todo el mundo en 2019, según el Índice de desperdicio de alimentos 2021, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Esa cifra supone el 17% del total de la comida consumible a nivel mundial.

La mayor parte de este desperdicio proviene de los hogares, pues 569 millones de toneladas, es decir, un 61% sobre el total alimentos desechados, corresponden a la categoría de residuos domésticos. Los servicios de alimentación también son culpables de desechar cantidades significativas de alimentos, en concreto, 244 millones de toneladas al año, mientras que el informe calcula que los establecimientos minoristas son responsables del desperdicio de 118 millones de toneladas.

El PNUMA apunta que el desperdicio de alimentos tiene importantes efectos ambientales, sociales y económicos. Destaca que, por ejemplo, entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están asociadas con alimentos que no se consumen, si se toman en cuenta las pérdidas que suceden antes del nivel del consumidor.

Gráfico: 

alimentos desechadosPero ¿qué tan derrochadores son los países cuando se trata de alimentos? Las cifras absolutas más altas de desperdicio de alimentos se registraron, como es lógico, en los dos países con más de mil millones de habitantes.

Se calcula que China desperdicia 91,6 millones de toneladas de alimentos al año, mientras que India desecha 68,8 millones de toneladas. Estados Unidos está un poco más abajo en la clasificación, con 19,4 millones de toneladas de residuos alimentarios, mientras que en América Latina, Brasil y México producen aproximadamente 12 millones de toneladas anuales. España, por su parte, genera 3,61 millones.

El panorama es bastante diferente cuando se trata de residuos producidos per cápita. Por ejemplo, un hogar medio de la India desecha 50 kg de alimentos al año, mientras que en Estados Unidos esa cifra se eleva a 59 kg. A pesar de parecer que el nivel de desperdicio total de alimentos es relativamente bajo en comparación con otros países, con 2,6 millones de toneladas al año, el índice muestra que Australia tiene un alto nivel de desperdicio per cápita, con 102 kg por hogar al año. En comparación, se calcula que los residuos domésticos de Rusia ascienden a 4,9 millones de toneladas al año y que los residuos per cápita sólo alcanzan los 33 kg.

Gráfico: 

estadistica por paisFuente Statista