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¿Cuáles son los medicamentos que realmente funcionan para el coronavirus? ¿Qué dice la ciencia? ¿Cuáles son los más eficaces? Hay un estudio bastante completo que responde estas preguntas con evidencia científica y que el público puede consultar para conocer en detalle qué dice la ciencia sobre determinado medicamento que se usa para el tratamiento de coronavirus.

Se trata de Científicamente comprobado, el reciente estudio que realizó la Fundación Epistemonikos y Salud con Lupa, en el cual analizan la evidencia científica para confirmar la eficacia o perjuicio del uso de medicamentos o tratamientos con diversos pacientes que han sufrido cuadros leves, moderados y graves de la infección por coronavirus.

El estudio revisó cada semana la evolución de la evidencia disponible para 47 de los tratamientos y medicamentos más usados y se elaboró una clasificación de siete niveles para indicar cuán listos están estos tratamientos para su uso. Los niveles van desde “Tratamiento estándar” hasta “La ciencia no lo avala” describen cuán idóneas son las terapias.

La evidencia y la clasificación son actualizadas semanalmente y cada medicamento contiene una detallada y completa descripción: qué tipo de medicamento es, por qué es relevante para el covid 19, en qué caso se está investigando y lo que dice la evidencia.

La dexametasona, Hidrocortisona, Molnupiravir, Nirmatrelvir, MetilPrednisolona, Baricitinib, Tocilizumab son los medicamentos que figuran como listos para uso.  Tofacitinib, Filgrastim, Peginterferón Lambda, Sarilumab, Anakinra, Bebtelovimab figuran como medicamentos prometedores.

Entre los medicamentos clasificados como neutros están: Budesonida Inhalada, Ruxolitinib, Proxalutamida, Melatonina, Remdesivir, Ibuprofeno, Fluvoxamina, interferon, Enoxaparina, Sildenafil, Ribavirina, Celulas madres, Ribavirina, Heparina, Tixagevimab/Cilgavimab.

7 niveles de clasificación

Según la clasificación, el tratamiento estándar es accesible, efectivo y seguro, respaldado por evidencia certera. Si se da la posibilidad de elegir entre este u otros tratamientos similares, este constituye la mejor alternativa.

Listo para su uso indica que «al comparar los beneficios del tratamiento con los riesgos, costos y otros factores contextuales, en la mayoría de los casos la balanza se inclina a favor de utilizar el tratamiento. Está respaldado por evidencia certera».

Prometedor «es un tratamiento sobre el cual aún no podemos asegurar con certeza que los beneficios sean mayores que los riesgos y costos, aunque sí cuenta con resultados iniciales alentadores. Aún no está listo para uso, pero sí se justifica continuar la investigación».

Neutro «es un tratamiento sobre el cual aún no podemos asegurar nada, ya sea porque la certeza de la evidencia es muy baja, porque los estudios han tenido resultados mixtos o porque los datos no son confiables. Sí se justifica continuar la investigación».

Poco prometedor indica que «es un tratamiento sobre el cual aún no podemos asegurar nada, ya sea porque la certeza de la evidencia es muy baja, porque los estudios han tenido resultados mixtos o porque los datos no son confiables. Sí se justifica continuar la investigación».

Uso no apropiado indica que «existe evidencia contundente que respalda que se trata de un tratamiento que no genera beneficios, que genera beneficios que no superan los riesgos, o que genera beneficios que son mínimos frente a un costo demasiado alto.No debería ser utilizado en ningún contexto clínico. Solo se justifica continuar con su investigación en poblaciones o circunstancias distintas a las que han arrojado resultados negativos».

La ciencia no avala indica que «es una intervención que no se evalúa en estudios clínicos porque el conocimiento científico ya establecido aporta información suficiente sobre sus riesgos o sobre la improbabilidad de encontrar beneficios».

Alrededor del mundo, las prácticas de medicación poco seguras y los errores de medicación representan un gasto anual estimado de 42,000 millones de dólares. Por ello, es necesario que la industria farmacéutica, distribuidores de productos farmacéuticos, cadenas de farmacias y las autoridades responsables de la creación e implementación de políticas sanitarias, den prioridad a garantizar el acceso a la salud de los ciudadanos sin descuidar la seguridad del paciente.

Los datos se dieron a conocer en el marco del Día Mundial de la Seguridad del Paciente, que se conmemora cada 17 de septiembre y en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca brindar información relevante en torno a la seguridad y salud de los pacientes, teniendo este año como reto global “una medicación sin daño”.

La seguridad del paciente es una disciplina de la asistencia médica que surgió con el desarrollo y la complejidad de los sistemas de atención de salud. Ésta tiene como objetivo prevenir y reducir riesgos, errores o daños en los pacientes durante la prestación de asistencia sanitaria.

Gilberto Castañeda, Doctor en Aplicaciones Farmacéuticas por la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica y Biólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, destacó que “a pesar que diversos factores humanos como la fatiga, condiciones ambientales, desconocimiento, y la escasez de personal en la cadena de suministro y manejo de medicamentos pueden  incidir  en que los errores de medicación sean más frecuentes, estos pueden llegar a ser fácilmente evitables”.

Los errores de medicación pueden producirse en diferentes etapas del proceso de administración médica y expendio de medicamentos;  con la pandemia de Covid-19 se presentó un aumento significativo en los daños asociados a éste tipo de errores, derivado de temas concretos tales como la automedicación, el desabasto, la intercambiabilidad y el poco apego a la prescripción médica, ya sea por parte de los pacientes o los dependientes de farmacias que buscan ofrecer una variedad de productos disponibles en el mercado.

“Es importante prestar atención a la prescripción médica, ya que ésta se basa en la experiencia y el conocimiento que el médico tiene sobre la vida y la salud del paciente, recetando aquellos medicamentos que tengan la mejor eficacia y seguridad”, agregó el Dr. Castañeda.

Cuidado con el intercambio de marca

La intercambiabilidad o intercambio de una marca de medicamento por otra constituye uno de los principales errores de medicación. Los casos más frecuentes de intercambiabilidad se dan con la sustitución de medicamentos innovadores por genéricos subestándar y es aquí donde las farmacias y sus encargados juegan un papel esencial ya que pueden llegar a recomendar diferentes productos reemplazando lo prescrito por el médico, pudiendo ser esto derivado de un mejor precio o promoción, dejando por un lado el objetivo terapéutico del profesional de la salud.

“Los pacientes se acercan a las farmacias confiados en que ahí conocen los diferentes medicamentos que recetan los doctores; sin embargo, muchas veces los encargados de éstas ofrecen medicamentos diferentes a los prescritos. En el caso de medicamentos como la levotiroxina, indicada, principalmente, para pacientes con hipotiroidismo, no deben ser cambiados debido a su naturaleza hormonal”, agregó el especialista en aplicaciones farmacéuticas.

Cada padecimiento y cada paciente debe contar con un tratamiento personalizado que cumpla con las metas de control orientadas a la mejora y preservación del bienestar y salud. Además, se debe poner atención y apegarse lo más estrictamente posible a estos, ya que un tratamiento deficiente o un medicamento de baja calidad, pueden ocasionar falta de eficacia y tener consecuencias graves y costosas.

Actualmente, son muchos los comprometidos en el trabajo del cuidado del paciente, desde médicos, enfermeras, radiólogos, camilleros, técnicos de laboratorio e incluso farmacéuticos y/o dependientes de farmacia involucrados en el manejo y dispensación de fármacos.

Los especialistas en salud hacen un llamado para que los pacientes mantengan una línea de comunicación clara y abierta con los médicos, aclarando todas sus inquietudes para no quedarse con preguntas sin responder. “Ya sea sobre la medicación, tratamientos, alimentos a consumir o hábitos saludables, el paciente debe sentir la confianza de expresar todas sus dudas para con ello asegurarse que le brinden en la farmacia el medicamento de calidad recetado por el profesional de la salud”, finalizó el Dr. Gilberto Castañeda.

Merck, compañía líder en ciencia y tecnología, pone especial énfasis en la  farmacovigilancia, una rama importante en el monitoreo de la calidad y efecto de los medicamentos, y se une al objetivo de la OMS a través de su campaña “Medicación sin daño” que busca reducir en un 50 por ciento los daños graves que puedan ocasionar las prácticas de medicación poco seguras y los errores de medicación durante los próximos 5 años.