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Debido a que el nivel de digitalización y los requerimientos tecnológicos de los nuevos dispositivos y aplicaciones son cada vez mayores, la elección de una adecuada velocidad de internet es una decisión crucial para garantizar una experiencia en línea óptima.

Ya sea para el trabajo remoto, disfrutar del streaming, hacer videollamadas o simplemente navegar por internet, contar con la velocidad de conexión correcta es esencial. Pero, ¿cómo puedes determinar cuál es la velocidad adecuada para tus necesidades? En este artículo, exploraremos cómo medir la velocidad de Internet y los factores claves a considerar al momento de contratar un plan de Internet. Así podrás asegurarte de que tu conexión en línea sea rápida y confiable.

¿Cómo se mide la Velocidad de Internet?

Al hablar de internet, la unidad que se utiliza para expresar la velocidad de transferencia de datos en una red son los bits por segundo, generalmente expresados en megabits por segundo (Mbps) o gigabits por segundo (Gbps), cuando hablamos de valores más grandes.

Esta unidad es empleada para medir dos tipos de velocidad que se encuentran presentes al mismo tiempo en una conexión a la red. En primer lugar, tenemos la velocidad de descarga, que se refiere a la velocidad con la que un dispositivo puede recibir datos desde internet, y en segundo lugar la velocidad de carga, es decir, la velocidad a la que se pueden enviar los datos desde el equipo hacia la red.

Es importante mencionar que cuando habla de la velocidad de un paquete de internet comercial, el valor al que se hace referencia es la velocidad de descarga, pues de manera general la velocidad de carga suele ser inferior, esto se debe a que de acuerdo a las necesidades típicas de los usuarios no es necesario con valores superiores.

Aunque de manera reciente esta tendencia ha comenzado a cambiar por el mayor nivel de digitalización que vivimos y son cada vez más el número de personas que necesitan contar con servicios de internet simétrico, es decir, con las mismas velocidad de carga y descarga.

Otro valor relevante en la medición de la velocidad de internet es la latencia, la cual se refiere al retraso general que existe en la comunicación de datos por el tiempo que estos tardan en viajar por la red. La unidad de medida de la latencia es el ping y consiste en los milisegundos que tarda un paquete de datos en viajar entre dispositivos. Esto significa que entre menor sea la latencia de una conexión, más fluida y estable será la navegación por internet.

Contar con la velocidad de Internet correcta es esencial. Factores a tener en cuenta para contratar la Velocidad Adecuada

Determinar un único valor de velocidad ideal para todos los usuarios es una tarea imposible, pues esta dependerá de distintos factores que irán variando de acuerdo a las necesidades de cada usuario. Sin embargo, es posible crear una pequeña guía con los factores más importantes a tener en cuenta al momento de determinar cuál es la mejor velocidad.

  1. Número de Usuarios y Dispositivos: en primer lugar es necesario tener una idea de cuantos usuarios y dispositivos se conectarán a la red al mismo tiempo, sobre todo en los horarios punta. Existen distintas opiniones al respecto, pero de forma general se puede considerar que cada equipo conectado a la red necesitara de por lo menos 5Mbps libres, por lo que a medida que el número aumente la velocidad necesaria también lo tendrá que hacer.
  2.  Tipo de Actividades en Línea: no todas las actividades en línea requieren de la misma velocidad de internet, pues mientras que para enviar un correo o mensajes solo de texto pueden ser suficiente 1 Mbps, los juegos en línea y transmisión de contenido en streaming requieren en promedio más de 20 Mbps. Por lo que a mayor complejidad de las tareas y mayor presencia de contenido audiovisual, la velocidad a contratar también tendrá que aumentar.
  3. Actualizaciones y Descargas: existen ciertos software que requieren de una constante actualización o la descarga de archivos muy pesados para funcionar, tareas que normalmente se llevan a cabo en segundo plano, pero que están consumiendo parte del ancho de banda. Por lo que si contamos con programas de este tipo, es importante considerar que la velocidad no solo dependerá de las aplicaciones que usemos al momento, sino también de las que se continúen ejecutando por detrás.
  4. Internet simétrico: cómo mencionamos anteriormente son cada vez más las personas que necesitan contar con la misma velocidad tanto de carga como de descarga, para ellos existen los servicios de internet simétrico. Este tipo de internet debe ser considerado por aquellas personas que empleen el servicio para teletrabajar, hacer videollamadas, gestionar servidores o transmitir audio y video en vivo.
  5. Ubicación: debido a que la cobertura de los distintos tipos de internet no es uniforme en todas partes, en muchas ocasiones la decisión de la velocidad de internet a contratar queda limitada por las opciones disponibles. Por suerte, actualmente y gracias al avance, la de tecnología, contamos con una mayor cobertura de internet por cableado de fibra óptica y otras alternativas inalámbricas que nos permiten alcanzar cada vez mejores velocidades incluso en áreas remotas.

Es así como a medida que analizamos cada uno de los puntos anteriores, podemos acercarnos cada vez más a la velocidad ideal de internet para nosotros y encontrar un paquete que se adapte a nuestras necesidades.
Por último, cabe destacar que las velocidades ofrecidas comercialmente son indicativas, pues son la velocidad máxima que nuestra red alcanzara bajo condiciones óptimas, pero que seguramente fluctuar a lo largo del día, por ello también debemos considerar pequeños márgenes de velocidad y no contratar una velocidad demasiado justa, pues de lo contrario seguiremos experimentando lentitud cuando la red esté saturada.