Guatemala pasa en este momento por uno de los peores escenarios de la pandemia desde que se registró oficialmente el primer caso positivo el 13 de marzo de 2020, con 12.098 fallecidos y 403.248 contagios de la covid-19 a la fecha, según datos oficiales.
Así lo advierte la asesora de Emergencias en Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la doctora Liz Parra, en una entrevista con Efe.
Parra explicó que en las últimas semanas se han triplicado los ingresos en cuidados intensivos, hay poca disponibilidad de camas en los hospitales y existe un cansancio acumulado en el personal de salud.
«Guatemala está atravesando una de las circunstancias más difíciles desde el inicio de la pandemia», esgrimió la doctora.
Parra enfatizó que «en un contexto de baja cobertura de vacunación y con diferencias significativas de la cobertura de vacunación en grandes ciudades y en zonas rurales, la probabilidad de que el virus se siga transmitiendo si no se adoptan medidas de control de la transmisión, es muy alta».
La representante de la OMS hace así referencia a que en cinco meses del plan de inmunización, Guatemala apenas roza el 10% completo de su Plan Nacional de Vacunación, que contempla a 10,5 millones de personas de las 16,3 millones que habitan el país centroamericano.
Según cifras oficiales, 1,3 millones de personas en Guatemala han sido inmunizadas con el esquema completo (dos dosis), a las que se suman más de 2 millones con una dosis de vacunas anticovid-19.
Parra también resalta que en Guatemala existe presencia de las variantes de preocupación, incluyendo la delta, que ha afectado al país en los últimos meses.
PROYECCIONES AL ALZA
«Las proyecciones que tiene el Ministerio de Salud y que se reflejan en la actualización de las alertas del semáforo que publica en su página web y que comparten con la OPS/OMS, muestran una tendencia de incrementos significativos de casos si es que no se adoptan medidas urgentes», menciona la asesora.
De hecho, el jueves por la noche el presidente Alejandro Giammattei anunció un nuevo estado de calamidad que supone un toque de queda nocturno (de las 20.00 horas a las 4.00 horas del día siguiente) durante las próximas cuatro semanas, a falta de que sea ratificado por el Congreso.
La normativa planteada por Giammattei llega mientras el país enfrenta desde junio la tercera ola de la enfermedad y mantiene las cifras más altas de muertes y contagios en Centroamérica.