Maestros y maestras, vocación de vida, espíritu del futuro y conocedores de la verdad. En Nicaragua cada 29 de junio se celebra el Día del maestro.
Hombres y mujeres dedicados a enseñar y transmitir conocimientos merecen la gratitud de aquellos que en su momento recibieron la lección y palabras de aliento.
Las personas dedicadas a la docencia son un ejemplo a seguir porque dedican su vida al estudio, al conocer más allá y transmitir esa información a un sinnúmero de personas, un maestro es una persona paciente, tolerante y bondadosa, ya que comparte lo que sabe para hacer que otras personas crezcan y perseveren en el mundo del estudio.
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Ser maestro va más allá de la educación formal, de una vocación, ser maestro es tener la capacidad de enseñar y transmitir sin esperar algo a cambio, sino el placer de haber ayudado a alguien con la sed de conocer y experimentar nuevas cosas.
Maestros son los padres y abuelos, maestros aquellas mujeres y hombres en aulas de clases que pasan horas con estudiantes quienes se vuelven parte de su familia, quienes marcan su vida con nuevas experiencias que a su vez los ayudan a ser mejores profesores (a).
Hay que reconocer que cada vez existen menos personas con en el entusiasmo de enseñar, ya que muchos (a) buscan una profesión que ayude a su economía y no está mal, pero en ocasiones es mucho más gratificante el saber que se está ayudando a alguien a llegar al éxito. En Nicaragua hacen faltan más personas con deseo de enseñar, de hacer que alguien pueda leer y escribir, al igual que centros de estudios donde se acojan a nuevos estudiantes. Este país requiere inversión educativa, ya que solo así se evitarán futuras afectaciones en el país.
¿Por qué se celebra el Día del Maestro Nicaragüense?
Esta celebración se realiza en honor al Maestro Enmanuel Mongalo y Rubio, desde el 29 de junio del año 1977.
Cuando en Rivas se realizó la primera batalla el 29 de junio de 1855 en contra de los filibusteros de William Walker, el maestro Enmanuel Mongalo tomó una antorcha encendida en dirección a la casona donde se encontraba Máximo Espinoza. La derrota de los filibusteros se logró debido al incendio que provocó al lanzar la antorcha sobre la casona y propagar el fuego. Enmanuel Mongalo se negó a aceptar una recompensa.
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Cuando terminó el ataque hacia los filibusteros Enmanuel Mongalo y Rubio se dedicó a dar clases en Granada. Desde en ese entonces se celebra anualmente el Día del maestro Nicaragüense.
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