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Alcachofas

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Es una hortaliza que no tiene tanta popularidad en Nicaragua, como la espinaca, se encuentra en supermercados tanto frescas como en enlatados y ofrece grandes beneficios a la salud, según expertos nutricionistas y estudios científicos. Hablamos de la Alcachofa, de la cual se puede aprovechar su corazón floral y sus hojas. Se puede preparar en omelet, pastas o ensaladas.

Una de las grandes virtudes que se le atribuyen es un alto contenido de hierro, antioxidantes e insulina, según un estudio realizado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

Al contener antioxidantes, el consumo de alcachofas brinda una protección contra el envejecimiento prematuro y el deterioro de las células, ya que combaten a los radicales libres, que son moléculas que dañan a las celulas de nuestro cuerpo. 

Este fruto también contiene fibra, aportando beneficios como la disminución del colesterol en sangre, asociado a riesgos de ataque al corazón y accidentes cerebrovasculares; brinda una sensación de llenura que permite no comer en grandes cantidades y propicia la pérdida de peso. Igualmente se puede utilizar como laxante y para aliviar el estreñimiento.

Su alto contenido en insulina y hierro la hace una importante fuente de energía y el fruto ideal para las personas que padecen o desean prevenir la  anemia. Asimismo, es baja en calorías, baja en grasas y con un alto contenido de proteínas vitaminas y minerales, como magnesio, fósforo y potasio.

Otros estudios han indicado que una sola alcachofa proporciona 25% del consumo diario de vitamina C. Asimismo, la National Foundation for Cancer Research, afirma que las personas con un alto consumo de vitamina C proveniente de frutas y verduras podrían tener un menor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer del pulmón, del seno y del colon.

¿Cómo consumirla?

Como hemos dicho anteriormente, se puede comer, igual que la espinaca, en omelet, con huevos revueltos, en ensalada o con las pastas. Para ello, es preferible utilizar su corazón, por su agradable sabor, aunque también se pueden comer sus hojas. También se puede tomar como té, poniendo a cocer las alcachofas para luego tomar el agua.

La alcachofa procede del norte de África y sur de Europa y llegó hasta nuestras tierras traída por los navegantes españoles y franceses. En Nicaragua la podemos encontrar en conservas.