Durante la pandemia se inició un sinnúmero de problemas que afectaron distintos sectores, desde las escuelas, el hogar, hasta las grandes industrias. Sin embargo, también se produjo la llamada crisis de los contenedores, donde el comercio mermó y salió de circulación gran parte de buques transportadores.
Con la reactivación progresiva de estos contenedores, hoy día no es posible suplir la demanda. Esta crisis es un problema que está afectando a todo el mundo, aquí te compartimos más.
Alrededor del 90 por ciento de todo el tráfico de carga que se mueve a nivel mundial se realiza por vía marítima, es decir, los contenedores son la principal manera en la que se transporta diferentes cargas, desde productos comerciales que se adquieren en supermercados, tiendas, hasta materias primas como textiles, electrodomésticos, etc.
A como te mencionamos al inicio de este artículo, este problema surgió a raíz de la pandemia, debido a que ese transporte sufrió un golpe histórico en su estabilidad y actualmente escasea, haciendo que traer productos sea cada vez más costoso, por lo que los precios están siendo volátiles.
Para brindarles un ejemplo, si antes de la pandemia, el precio de un flete (coste del alquiler de una embarcación con mercancía en ella), desde China a la Costa oeste de Estados Unidos costaba 2 mil dólares, ahora, oscila en los 20 mil dólares.
Según en el portal Forbes, el incremento vertiginoso del precio de los fletes se debe a una multiplicidad de factores, la gran mayoría de ellos asociados con la pandemia, pero lo más preocupante es que, aunque hay algunos síntomas de mejora, la verdad es que no es claro hasta cuando pueda extenderse esta crisis.
Todo este complejo escenario se está produciendo por una insólita escasez de espacio disponible para transportar productos de Asia a Occidente. Especialmente después de que en China, que es la principal potencia exportadora de transporte de carga, se desatara la última pandemia que ha enfrentado la humanidad.
En pocas palabras, no hay contenedores para transportar la creciente demanda de productos. ¿Por qué llegamos a esto? Porque durante el primer brote del Covid-19 se produjo un bloqueo global al comercio como consecuencia del cierre de fronteras y los esfuerzos de los gobiernos para tratar de contener el avance del virus en sus países.
Es decir que con las fronteras cerradas y la cuarentena, la demanda de productos también bajó, por lo que la economía tuvo un golpe muy grande. Muchas empresas cerraron y consecuentemente, el transporte marítimo mermó, disminuyeron los barcos de carga en circulación y menos contenedores, una situación que encareció los precios y que se mantuvo durante todo 2020.
El pico este año fue el 26 de agosto cuando el costo promedio del flete mundial llegó a los 10.300 dólares, un aumento del 500% frente al año anterior. Aumento que en gran parte se debió al cierre temporal del puerto chino de Ningbo-Zhoushan -que mueve el mayor volumen de carga en el mundo y la tercera mayor cantidad de contenedores- por un caso de COVID-19.
La peor situación se produjo en la ruta marítima entre Shanghái y Rotterdam, en Países Bajos, donde el costo del flete aumentó en un 659%. Por su parte, regiones como Sudamérica que hace un año promediaba fletes por 2.00 dólares hoy cuestan alrededor de 7.000 dólares promedio de acuerdo a estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo.