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Cuidado de la piel

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En la búsqueda constante por mantener una salud óptima, es esencial prestar atención a las señales que nuestro cuerpo nos envía. A menudo, los síntomas aparentemente simples pueden ser indicios de condiciones médicas más profundas. La resequedad de la piel, la persistente comezón y otros malestares, aparentemente inconexos, podrían en realidad estar señalando hacia un factor subyacente más significativo: los trastornos tiroideos. Así lo advierte Merck, la compañía líder en ciencia y tecnología, en el marco del Día Mundial del cuidado de la piel, que se celebra cada 25 de agosto.

La tiroides tiene una importante función en la vida de las mujeres, y así mismo tienden a ser entre 5 y 8 veces más propensas que lo hombres en desarrollar un trastorno tiroideo,según la Asociación Americana de Tiroide, por lo que al presentarse un funcionamiento irregular, puede dar pie a diversos padecimientos entre los que se encuentran el hipertiroidismo y el hipotiroidismo.

El padecer hipotiroidismo tiene un impacto significativo en la piel, ya que puede desarrollar síntomas como la sequedad cutánea, palidez, hinchazón facial y piel fría al tacto, estos síntomas pueden causar malestar y afectar el autoestima, impactando negativamente en la calidad de vida de quienes lo padecen, aunque en muchas otras ocasiones se subestiman o se asocian a otras causas.

Al respecto la Dra. Mayra Sherezade Hasbun, Presidente de la Sociedad Dominicana de Endocrinología (SODENN), comentó que “además de los síntomas clásicos como fatiga, aumento de peso y estreñimiento, el hipotiroidismo también puede manifestarse en la piel. La piel seca, áspera y escamosa es una manifestación común de esta condición, ya que la disminución de producción de hormonas tiroideas afecta la capacidad del organismo para mantener un equilibrio óptimo de humedad en la misma.”

De igual manera, la especialista agregó que algunas personas con hipotiroidismo pueden experimentar palidez facial y una sensación de frío en la piel, incluso en climas templados. Estos cambios cutáneos pueden ser un indicativo temprano de un desequilibrio hormonal subyacente, por lo que es importante estar atento a cualquier alteración en la piel y buscar una evaluación médica adecuada que pueda descartar la presencia de hipotiroidismo.

Es esencial que las personas que padecen esta condición comprendan la importancia del cuidado cutáneo adecuado para mantener la piel saludable y prevenir problemas adicionales, por lo que, además del tratamiento médico, los especialistas en endocrinología brindan las siguientes recomendaciones prácticas para el cuidado de la piel en personas que sufren hipotiroidismo:

1. Hidratación: Mantener la piel bien hidratada es fundamental para aliviar la sequedad cutánea. Se recomienda utilizar cremas hidratantes con ingredientes suaves y naturales para ayudar a retener la humedad, además de tomar suficiente agua.

2. Protección solar: Dado que la piel hipotiroidea puede ser más sensible al sol, es importante usar protector solar de amplio espectro con un factor de protección alto para evitar daños cutáneos adicionales.

3. Limpieza suave: Optar por limpiadores suaves y sin productos químicos agresivos para evitar irritaciones en la piel.

4. Dieta saludable: Una dieta equilibrada, rica en nutrientes como el yodo y selenio, puede favorecer la salud de la piel, así como el bienestar general.

“El diagnóstico oportuno a partir de revisiones periódicas y a través de la prueba en sangre TSH, permitirá a quienes lo padecen acceder a un tratamiento adecuado con Levotiroxina que puede ayudar a estabilizar los niveles hormonales y mejorar los síntomas del hipotiroidismo, lo que también puede tener un impacto positivo en la salud de la piel», agregó la Dra. Hasbun, especialista en endocrinología.

Por su parte, Merck en su compromiso con la salud y el bienestar, invita a las mujeres centroamericanas a visitar la página web “midetutiroides” así como sus redes sociales facebook e instagram que cuentan con información detallada sobre diferentes padecimientos tiroideos, como el hipotiroidismo, además de un cuestionario en línea que determina el riesgo de padecer esta enfermedad. La herramienta ofrece valiosos recursos y ayuda a comprender mejor la tiroides y cómo mantener una piel saludable a pesar de esta condición.

Una piel tersa y sana requiere de ciertos cuidados, especialmente durante esta época del año, cuando es más vulnerable al sol y a las altas temperaturas.

Durante el verano nuestra piel está expuesta al calor, el sol, las altas temperaturas, el cloro de las piscinas, la sal del mar y el sudor, enfrentando deshidratación y quemaduras, propiciando la aparición de manchas y arrugas.

Aquí te indicamos algunas recomendaciones para cuidar de tu piel en este verano.

Limpieza

Es uno de los cuidados básicos del cuidado de la piel. Por eso, no basta con bañarse al levantarse, también hay que hacerlo después de cada baño en la piscina o en el mar, así como cuando las actividades diarias no han hecho sudar en cantidad.

Hidratación

Es primordial para evitar la deshidratación de la piel y se debe hacer tanto por fuera como por dentro. Para ello, los especialistas recomiendan tomar al menos dos litros de agua al día y complementar con la hidratación externa, mediante cremas hidratantes sobre la piel, especialmente en las zonas más secas del cuerpo, como talones, codos y rodillas.

Protección solar

Usar filtros solares es muy importante y no se debe aplicar únicamente cuando se va a tomar el sol. Los filtros  protegen de quemaduras y, a largo plazo, de melanomas. Los  bloqueadores solares deben tener filtro UVA y UVB, un factor de protección mínimo de 30 y aplicarse cada dos horas aún si te quedas en casa.

Ropa adecuada

Usa ropa holgada, clara y de algodón para evitar al sudoración excesiva. Tampoco olvides usar gafas, sombrero o gorra.

Alimentación

Las verduras frescas y las frutas son fundamentales durante el verano, ya que favorecen la hidratación. Evita las bebidas gaseosas y la cafeína.

Cuidado con el sol

Evita exponerte al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, horario en que los rayos solares son más fuertes.