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En la India, un país donde el sistema patriarcal sigue siendo palpable y la violencia de género, el matrimonio infantil y el analfabetismo femenino persisten como graves problemas sociales, ha surgido un grupo de mujeres valientes y decididas a cambiar esta realidad. Con el nombre de Gulabi Gang, que significa «Grupo Rosa» en hindi, estas mujeres han unido fuerzas.

El grupo se ha convertido en un movimiento social que surgió como respuesta a la creciente violencia contra las mujeres en la India, así como al abuso y la indiferencia por parte de las autoridades. Fue creado por Sampat Pal Devi, una trabajadora social de Uttar Pradesh, estado ubicado en el norte del país, con el objetivo de luchar contra la injusticia social que afecta especialmente al género femenino.

El origen de Gulabi Gang se remonta a 2006, cuando Sampat Pal Devi intervino para defender a una mujer que estaba sufriendo violencia por parte de su esposo. A pesar de pedirle al hombre que dejara de golpear a su esposa, no obtuve respuesta. Al día siguiente, Sampat Pal Devi se presentó con otras cinco mujeres y usaron palos de bambús laathis para golpear al agresor.

El movimiento comenzó a expandirse a otros estados del norte de la India, como Madhya Pradesh, donde se encuentran los distritos más pobres de la República.

Las mujeres usan una vestimenta de color rosa que las identifica, así como el uso de laathis como armas. El movimiento se especializa en abordar a los esposos que abusan de sus esposas. También combaten el matrimonio infantil, que aún es común en la India, así como la exigencia de dotes y llevan a cabo actividades educativas para combatir el alto índice de analfabetismo femenino en el país. Incluso han comenzado a distribuir alimentos en las zonas más pobres de Uttar Pradesh ya gestionar pensiones para viudas sin ingresos.

No se conoce con exactitud el número de miembros que conforman Gulabi Gang. Se estima que superan las 400 mil.  El movimiento es muy conocido y en el año 2012, se estrenó una película sobre el movimiento «rosa», lo que contribuyó aún más a su popularidad. Su fundadora, Sampat Pal Devi, lo autodefine como «una banda en busca de justicia».

Cada 28 de mayo se celebra el Día de la Higiene Menstrual con el objetivo de visibilizar la problemática que existe alrededor de este tema, a nivel global. Cada día, más de 300 millones de mujeres en todo el mundo experimentan la menstruación. Sin embargo, de acuerdo con el Banco Mundial, aproximadamente 500 millones de mujeres carecen de acceso a productos e instalaciones adecuadas para la higiene menstrual. Pero, ¿qué implica realmente esta «higiene menstrual»? Según UNICEF, implica «utilizar materiales limpios para absorber o recolectar la sangre menstrual, poder cambiarse de manera privada y frecuente, usar agua y jabón para mantener la higiene del cuerpo según sea necesario y tener acceso a instalaciones seguras y convenientes para desechar los materiales utilizados «. Además, también implica «entender los aspectos básicos del ciclo menstrual y cómo manejarlo con dignidad, sin molestias ni temores».

En todo el mundo, muchas organizaciones reclaman la reducción o eliminación de los impuestos a los productos de gestión menstrual porque aseguran que son «necesidades básicas» que usualmente se gravan con la misma tasa que los «artículos de lujo». Por otro lado, estas iniciativas suelen recibir cobertura mediática y ésto genera conversaciones más profundas sobre las actitudes sociales hacia la menstruación: según una encuesta, hay más de 5.000 eufemismos a nivel mundial para nombrarla.

El término «pobreza menstrual» surgió en los últimos años para describir, de acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, «la vulnerabilidad económica que enfrentan mujeres y niñas debido a la carga financiera planteada por los suministros para la menstruación», que incluye no sólo toallas y tampones sino también ropa interior y analgésicos. Según varios informes, muchas niñas de África no asisten a la escuela durante su período porque no pueden costear los productos menstruales o porque los establecimientos educativos carecen de baños o vestidores adecuados.

El siguiente gráfico de Statista se basa en un estudio de la organización WASH United que analizó la situación impositiva de los productos menstruales de países pertenecientes a la ONU. La infografía muestra los 27 países que tienen tasa cero o eliminaron impuestos a estos productos, entre ellos India, Colombia y México, y otros 16 que los redujeron, como es el caso de España, que a fines de 2022 redujo el IVA a los productos de higiene femenina del 10% al 4%.

Higiene menstrual, un desafío global

Fuente: Statista

Once jefas de Estado y de Gobierno, entre ellas la presidenta de Grecia, Katerina Sakelaropulu, han instado en un llamamiento conjunto a los talibanes a respetar los derechos de las mujeres y niñas afganas y abstenerse de actos de violencia contra ellas.

A diferencia de los llamamientos lanzados en varios países por periodistas, escritoras y artistas que piden a la comunidad internacional que mantengan sus puertas abiertas para que salgan del país todas las personas que lo deseen, en especial las mujeres, este mensaje se dirige exclusivamente a los talibanes.

«Estamos profundamente preocupadas por los acontecimientos actuales en Afganistán, incluidos los múltiples informes sobre violaciones de los derechos de las niñas y las mujeres en muchas partes del país. Hacemos un llamamiento a los gobernantes actuales y futuros en Afganistán para que respeten los derechos de las mujeres y las niñas y se abstengan de cualquier acción que restrinja sus derechos en áreas como el empleo, la educación, el acceso a la atención médica, la cultura o los cargos públicos. Instamos enérgicamente a las autoridades afganas a prevenir todas las formas de violencia contra las mujeres o las niñas», señalan las líderes en su manifiesto.

Las once políticas recalcan que, independientemente de las diferencias que pueda haber, «hombres y mujeres somos iguales y nuestros derechos son inalienables e incuestionables».

También prometen a las mujeres y niñas afganas que seguirán de cerca los acontecimientos en su país, que escucharán sus voces y seguirán apoyando sus derechos y oportunidades.

La iniciativa de este llamamiento salió de la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Caputová y la primer ministra de Islandia, Katrin Jakobsdóttir.

Además de Sakelaropulu lo han firmado las primeras ministras de Dinamarca, Mette Frederiksen; de Estonia, Kaja Kallas; de Lituania, Ingrida Simonyté; de Finlandia, Sanna Marin; de Noruega, Erna Solberg, de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, así como las presidentas de Georgia, Salome Zourabichvili y Moldavia, Maia Sandu.