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Cada año se producen millones de toneladas de plástico en todo el mundo. Tras su ciclo de vida, la mitad de los residuos plásticos se recicla, incinera o deposita en vertederos, pero gran parte del resto acaba en los océanos y puede tardar hasta 500 años en degradarse. ¿Cómo termina todo este plástico allí? La mayoría procede de los ríos. Nuestro gráfico, basado en datos del trabajo de investigación de Lourens J.J. Meijer y su equipo, muestra los diez países con mayor contaminación por plástico en las aguas que los rodean, que posteriormente terminan en el océano.

Se podría pensar que los países que producen o consumen más plástico son también los que más contaminan, pero no es así. Según el estudio, los países con áreas geográficas pequeñas, costas más largas, alta pluviosidad o sistemas deficientes de gestión de residuos son más propensos a verter plástico al océano. China, por ejemplo, produce diez veces más residuos plásticos que Malasia, pero el informe calcula que el 9% de todos los residuos plásticos de Malasia acaban en el mar, frente al 0,6% de China.

Los autores del estudio estiman que más del 75% del plástico que se acumula en los océanos procede de la «mala gestión de residuos» en países asiáticos como India, Malasia, China, Indonesia, Myanmar, Vietnam, Bangladesh, Tailandia y Filipinas —un archipiélago de más de 7.000 islas con 36.289 kilómetros de costa y 4.820 ríos—, que concentra el 35% del plástico del océano. El único país no asiático entre los diez primeros es Brasil.

Fuente Statista 

En un momento en el que el calentamiento global supone una amenaza creciente para los recursos hídricos, el hecho de que un país cuente con un gran sistema fluvial natural es un factor importante para su resistencia a los retos climáticos del próximo siglo.

Puede resultar chocante pensar que hay países en el mundo que no tienen ríos. Como muestra nuestro mapa, se trata principalmente de países situados en regiones desérticas —sobre todo en la península arábiga— donde no hay suficientes precipitaciones ni fuentes de agua para crear verdaderos ríos. Sin embargo, dentro de estos territorios pueden formarse ocasionalmente arroyos o flujos de agua estacionales (llamados wadis).

Además, otros Estados son simplemente demasiado pequeños para tener un río natural permanente, como muchas islas pequeñas o las ciudades-Estado de Mónaco y el Vaticano. Según este criterio, 20 Estados soberanos no tienen ríos que pasen por su territorio, a los que se suman 22 dependencias y otros territorios, como Gibraltar, Macao, San Martín o las Bermudas.

Fuente Statista

Según un estudio de la organización benéfica de medio ambiente EarthWatch Institute, la mayoría del plástico que acaba en los océanos procede de los ríos. Una buena razón para realizar un análisis centrado en los efectos que el uso de este material tiene en los ecosistemas hídricos. Tal y como muestra este gráfico de Statista, según los resultados del estudio, con datos de Europa, las botellas constituyen hasta un 14% del plástico encontrado en estas masas de agua en el Viejo Continente, los envoltorios de comida, el 12%, y las colillas, el 9%. Alrededor del 37,5% del plástico presente en el agua dulce de Europa está asociado al consumo de los ciudadanos en su vida diaria.

El plástico puede tardar hasta 500 años en degradarse en el fondo marino y por ello son varias las iniciativas que en los últimos años se están llevando a cabo para frenar la contaminación por plásticos. Es el caso del Día Internacional Libre de las Bolsas de Plástico, que se celebra cada 3 de julio, o la Directiva sobre Plásticos de un Solo Uso que aprobó la UE en 2019 y que entra en vigor mañana, que obliga a los estados miembros de la Unión Europea a aplicar una serie de medidas para eliminar los plásticos de un solo uso.

Una persona come, bebe y respira entre 78.000 y 211.000 partículas de microplásticos (las partículas plásticas que miden menos de cinco milímetros) al año. La investigación «Human Consumption of Microplastics«, publicada en Environmental Science & Technology, presenta un análisis de 26 estudios de todo el mundo y calcula la cantidad media de microplásticos que se encuentran en consumibles comunes, como el agua, la cerveza, el azúcar y la sal, entre otros.

La ciencia lleva un cuarto de siglo estudiando los microplásticos, y sabemos que las partículas pueden ser transportadas por todo el cuerpo a través del riego sanguíneo, pero, ¿cuán dañinas son para nuestro organismo? Diversos estudios han demostrado que los microplásticos causan reacciones alérgicas y muerte celular, pero hasta ahora no hubo estudios epidemiológicos que documenten, en un gran grupo de personas, una correlación entre el consumo de microplásticos y los problemas de salud.

La mayor cantidad de microplásticos entra en nuestro organismo a través del agua embotellada. Según cuatro estudios distintos, el número medio de partículas por litro es de 94. La cerveza ocupa el segundo lugar, con 32, pero el tercer puesto es el más alarmante: el aire inhalado por los seres humanos, según dos estudios realizados en Francia y Turquía, contiene una media de 9,80 partículas de microplásticos por m³. Como referencia, el Manual de Factores de Exposición de la EPA indica que una persona de entre 31 y 51 años inhala una media de 16 m³ de aire al día.

Fuente Statista