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En la COP29, que se celebra en Bakú, el Secretario General de la ONU, António Guterres, hizo un llamado urgente a los principales emisores de gases de efecto invernadero para que asuman su responsabilidad frente a la crisis climática. Durante su intervención en la Cumbre de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, Guterres denunció lo que calificó como una «injusticia colosal» hacia estas naciones, que enfrentan amenazas existenciales a pesar de no ser responsables de la situación.

Bakú es la capital de Azerbaiyán, un país ubicado en la región del Cáucaso, entre Europa oriental y Asia occidental. Azerbaiyán limita al norte con Rusia, al noroeste con Georgia, al oeste con Armenia, al sur con Irán y al este con el mar Caspio. La ubicación estratégica de Bakú en la costa occidental del mar Caspio la convierte en un importante centro cultural, económico y de transporte en la región.

Los países insulares, que emiten una fracción de los gases contaminantes, se ven afectados de forma desproporcionada por el aumento del nivel del mar y eventos climáticos extremos como huracanes y ciclones. “Tienen todo el derecho a estar enojados, yo también lo estoy”, afirmó Guterres, subrayando que los países del G20 generan el 80% de las emisiones globales y deben tomar medidas urgentes para proteger a estas naciones vulnerables.

La ambición climática de los países insulares
Guterres destacó que los pequeños estados insulares han mostrado liderazgo y ambición en la lucha contra el cambio climático, siendo los primeros en implementar medidas para mitigar los efectos del calentamiento global. “El mundo debe seguirlos y apoyarlos”, señaló el líder de la ONU, proponiendo tres prioridades fundamentales para apoyar a estas naciones:

  1. Limitar el calentamiento a 1,5 °C: Exhortó a los mayores emisores a reducir sus emisiones globales en un 9% anual hasta 2030, eliminando progresivamente el uso de combustibles fósiles y cumpliendo los compromisos adquiridos en la COP28.
  2. Apoyar el Fondo de Pérdidas y Daños: Guterres instó a los países a realizar contribuciones significativas a este fondo, que está destinado a brindar apoyo a los estados más afectados por el cambio climático.
  3. Impulsar una reforma financiera global: Subrayó la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional, incluyendo el alivio de deuda para los países en desarrollo y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible con un estímulo de 500.000 millones de dólares anuales.

Exigir justicia climática
Para concluir, Guterres llamó a los líderes de las pequeñas naciones insulares a utilizar su “autoridad moral” para exigir acciones en la COP29 y en foros internacionales. Propuso un nuevo objetivo de financiamiento climático que contemple las necesidades de los países insulares, con mecanismos claros de accesibilidad, transparencia y responsabilidad. Guterres también instó a movilizar fondos innovadores, como impuestos sobre la aviación, el transporte marítimo y la extracción de combustibles fósiles, para generar recursos relevantes.

“Exijan justicia. Exijan, liderazgo”, concluyó Guterres, recalcando que los países insulares merecen el apoyo mundial para enfrentar una crisis climática que no crearon, pero que amenaza su futuro y el de sus poblaciones.

Fuente: ONU