Cada 22 de marzo, el mundo se une para celebrar el Día Mundial del Agua, una ocasión para reflexionar sobre la importancia crucial de los recursos hídricos en nuestro planeta. Este año, bajo el lema «Agua para la paz», se destaca tanto el potencial pacificador del agua como su capacidad para desencadenar conflictos cuando escasea o está contaminada.
Según datos proporcionados por Statista, los conflictos relacionados con el agua han experimentado un preocupante aumento en los últimos años. Cita datos de Pacific Institute que indican que de 2020 a 2023, se registraron 543 conflictos a nivel mundial donde el agua fue utilizada como arma o fue el motivo de la violencia, casi igualando el total de la década pasada. Asia ha sido la región más afectada, con 773 tensiones relacionadas con el agua desde el inicio del siglo. Este aumento se atribuye en gran medida al cambio climático y sus efectos en los patrones de lluvia, exacerbando el riesgo de sequía y desencadenando disputas por el acceso al agua.
Es por eso que este año, Naciones Unidas eligió el tema «Agua para la paz», subrayando la importancia de la cooperación en la gestión del agua para promover la armonía y la estabilidad mundial. La página oficial de Naciones Unidas, para el Día Mundial del Agua, revela que más de 3000 millones de personas dependen del agua que atraviesa fronteras nacionales, sin embargo, solo 24 países tienen acuerdos de cooperación para todos los recursos hídricos compartidos.
El organismo indica que es esencial reconocer que el agua no es simplemente un recurso para explotar o competir, sino un derecho humano fundamental que influye en todos los aspectos de la vida.
La salud pública, la prosperidad económica y la integridad ambiental están intrínsecamente ligadas al buen funcionamiento y la gestión equitativa del ciclo del agua. Por lo tanto, el Día Mundial del Agua nos insta a unirnos en torno al agua y utilizarla como catalizador para la paz y el desarrollo sostenible. Al cooperar en la gestión del agua, podemos generar un efecto en cascada positivo, promoviendo la armonía, la prosperidad y la resiliencia ante los desafíos comunes que enfrentamos como sociedad global, indica el organismo.
Este año, más que nunca, es imperativo que los países reconozcan la importancia crucial de la cooperación en materia de agua para garantizar un futuro estable y próspero para las generaciones venideras. Desde los niveles internacionales hasta los locales, debemos actuar con determinación para equilibrar las necesidades de todos en relación con el agua y construir un mundo donde el agua sea un símbolo de paz y unidad en lugar de conflicto y división.