El futuro del “todo incluido”,15 años de aprendizajes desde el Caribe
El Caribe ha sido, durante décadas, sinónimo de playas idílicas y hoteles bajo el concepto de “todo incluido”. Pero lo que antes era una fórmula casi homogénea de sol, buffet y entretenimiento, hoy atraviesa una transformación profunda que responde a nuevas generaciones de viajeros más exigentes, digitales y conscientes.
Un ejemplo de esta evolución es la historia de Royalton Hotels & Resorts, compañía que en 2025 celebra 15 años de trayectoria. Lo que inició como un proyecto audaz en Barbados bajo el nombre de Blue Diamond Resorts se ha convertido en un portafolio de más de 24 propiedades en siete países. Su presidente, Jordi Pelfort, lo resume así: “Hace quince años no queríamos replicar lo existente, queríamos diseñar un todo incluido que creciera junto al viajero”.
Viajeros que buscan historias, no habitaciones
El cambio de paradigma es evidente; hoy el huésped no solo compra una estancia, compra experiencias que conecten con su estilo de vida. Resorts familiares con parques acuáticos, retiros de bienestar o espacios exclusivos. Este giro refleja un fenómeno global, los viajeros buscan viajes significativos, flexibles y auténticos.
Jordi Pelfort, presidente de Royalton Hotels & Resorts
Pelfort cree que su futuro estará marcado por una mayor personalización, un propósito más profundo y una integración más intuitiva entre el servicio y la tecnología. “Los viajeros de hoy quieren más que solo valor; buscan flexibilidad, conexión emocional y experiencias auténticas”, señala. “La próxima etapa del todo incluido estará definida por marcas capaces de equilibrar consistencia con creatividad. Y allí es precisamente donde estamos enfocados como compañía”.
Tecnología invisible, hospitalidad visible
La tecnología también ha cambiado las reglas del juego, lo que en sus inicios fueron brazaletes RFID o televisores inteligentes, hoy se expande a aplicaciones móviles, inteligencia artificial y automatización que permiten gestionar estancias en tiempo real; sin embargo, el reto es que lo digital no opaque lo humano. “La clave es que la tecnología opere en segundo plano y la experiencia del viajero siga siendo intuitiva y cálida”, señalan desde la compañía.
El modelo se globaliza
Si bien el Caribe sigue siendo la cuna del todo incluido, la tendencia apunta hacia nuevos mercados. Estados Unidos y Europa comienzan a mirar este formato con otros ojos, especialmente cuando se combina con propuestas de bienestar, estilo de vida y gastronomía de autor, en ese sentido, el “all inclusive” podría dejar de ser una etiqueta geográfica y convertirse en un estándar global adaptado a distintas culturas.
Propósito y sostenibilidad, nuevos ejes
Otra señal del cambio es la creciente importancia del turismo responsable, como parte de su aniversario, Royalton anunció una campaña de 15 acciones de impacto comunitario y sostenibilidad. Esto conecta con una demanda clara de los viajeros, alojarse en marcas que no solo ofrecen lujo, sino también compromiso con su entorno.
¿Qué nos dice este caso sobre la industria?
Más allá de nombres propios, la evolución de Royalton refleja un cambio estructural, el modelo todo incluido ya no se define por cantidad, sino por calidad y propósito.
El reto está en equilibrar consistencia con creatividad, eficiencia con autenticidad.
Los Comentarios están inhabilitados