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La Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) ha emitido recomendaciones a los Estados Miembros de la subregión andina y el cono sur de América Latina debido al aumento de la actividad de los virus respiratorios a niveles prepandémicos y las hospitalizaciones asociadas, especialmente entre niños menores de 2 años.

Según la OPS/OMS, es crucial fortalecer e integrar la vigilancia de la influenza, el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) y el SARS-CoV-2. Además, se insta a los Estados Miembros a adoptar las medidas necesarias para la prevención y el control de los casos graves, asegurando una alta cobertura de vacunación en grupos de alto riesgo, un manejo clínico adecuado, la adecuada organización de los servicios de salud, el cumplimiento estricto de las medidas de control de prevención de infecciones, el suministro adecuado de antivirales y el tratamiento oportuno de las complicaciones asociadas.

Según el comunicado emitido por la OMS/OPS en Centroamérica se ha observado un aumento en la actividad de la influenza durante la última semana epidemiológica, aunque se ha mantenido en niveles medios de circulación.

Durante las cuatro semanas anteriores, los virus de influenza predominantes han sido del tipo A, principalmente A(H1N1)pdm09, con cocirculación de influenza B/Victoria. Por otro lado, la actividad del Virus Respiratorio Sincitial (VRS) ha permanecido baja. En cuanto al SARS-CoV-2, su actividad se ha mantenido baja y ha disminuido en las últimas semanas, indica.

En relación a las enfermedades respiratorias agudas graves (IRAG) y las enfermedades tipo influenza (ETI), se ha observado una baja actividad en la subregión, especialmente entre el grupo de menores de 5 años de edad, principalmente asociado al SARS-CoV-2 .

Sin embargo, se destaca un aumento de la actividad de la influenza en Panamá, con predominio del subtipo A(H1N1)pdm09. Además, se ha informado un porcentaje moderado de positividad del SARS-CoV-2 en Panamá, Guatemala y Honduras, aunque en general las detecciones han sido bajas en las últimas semanas.

Ante esta situación, la OPS/OMS hace un llamado a los Miembros de la subregión a intensificar las medidas de prevención y control de los virus respiratorios, fortaleciendo la vigilancia, aumentando la cobertura de vacunación en grupos de riesgo, asegurando un manejo clínico adecuado y garantizando el suministro de medicamentos antivirales y el tratamiento oportuno de las complicaciones asociadas.

Hoy, 31 de mayo, se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, una fecha dedicada a concienciar a la población sobre los peligros del consumo de tabaco y destacar la necesidad de un cambio en el cultivo de esta planta. Desde que la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) instituyera esta jornada en 1987, se ha buscado promover una mayor comprensión de los efectos negativos que el tabaco tiene en la salud de las personas.

El tabaquismo sigue siendo la principal causa de muerte prevenible en los países desarrollados, según los datos proporcionados por la OMS. Además, se ha demostrado que el consumo de tabaco está relacionado con la aparición de diversos tipos de cáncer, como de pulmón, laringe, faringe, riñón, estómago e hígado. Estas alarmantes estadísticas subrayan la importancia de tomar medidas para disuadir a las personas de consumir tabaco y promover estilos de vida saludable.

En este contexto, el Día Mundial Sin Tabaco también busca poner en evidencia las prácticas de las empresas tabacaleras, que a menudo incitan al consumo y obstaculizan los esfuerzos por cambiar el enfoque del cultivo de tabaco hacia actividades más sostenibles y saludables.

Este año, la campaña Cultivemos alimentos, no tabaco de la OPS, cobra especial relevancia. Esta iniciativa tiene como objetivo movilizar a los gobiernos para que pongan fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y destinen los recursos ahorrados a programas de sustitución de cultivos que beneficien a los agricultores, mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición.

Al cultivar tabaco, no solo se pone en peligro la salud de los agricultores y la nuestra propia, sino que también se contribuye a la crisis alimentaria mundial y se promueve la desertificación y la degradación del medio ambiente, indica el organismo de la salud.

Los objetivos de la campaña incluyen concienciar a las comunidades dedicadas al cultivo de tabaco sobre los beneficios de abandonar esta práctica y adoptar cultivos sostenibles, apoyar la lucha contra la desertificación y la degradación ambiental, reducir el cultivo de tabaco, y denunciar las tácticas de la industria tabacalera que obstaculizan los esfuerzos por alcanzar medios de vida sostenibles.

Según datos de la OPS, hay más de 124 países que producen tabaco como cultivo comercial, y destinan a esa actividad una superficie estimada de 3,2 millones de hectáreas de tierra fértil. Los tres principales productores de hoja de tabaco (China, el Brasil y la India, por orden de producción) concentran más del 60% de la producción mundial. A medida que se endurecen las normativas de los países de ingreso mediano y alto, las empresas tabacaleras se dirigen cada vez más a los países africanos para aumentar su producción de hoja de tabaco.

La iniciativa conjunta Agricultura sin tabaco ha sido implementada en Kenia por la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en colaboración con los Ministerios de Salud y de Agricultura. Su objetivo principal es crear un entorno propicio y favorable para que los agricultores puedan sustituir el cultivo de tabaco por otras formas de subsistencia. Hasta ahora, alrededor de 1,500 agricultores han optado por cultivar frijoles ricos en hierro, sin embargo, existen otras alternativas igualmente beneficiosas al tabaco, como el sorgo, el mijo y la papa. Esta iniciativa busca promover un ecosistema de producción y comercialización de cultivos diversificados.

Aunque fue desplazado de los titulares de los medios de comunicación, por la guerra entre Rusia y Ucrania, el coronavirus sigue haciendo estragos. En muchos países del mundo se experimenta un nuevo repunte de casos: Las nuevas infecciones aumentaron un 8% en la semana del 7 al 13 de marzo respecto a la semana anterior. En total, se registraron 11 nuevos millones de casos.

La mayor subida se dio en la región del Pacífico occidental, incluyendo Corea del Sur y China, donde los casos crecieron un 25% y las muertes un 27%.  Mientras que África experimentó un incremento del 12% de nuevas infecciones y un 14% más de muertes.

Recientemente también se habla del Deltacron, lo que ha generado la creencia de que se trata de una nueva variante. Es por eso que el doctor Sylvain Aldighieri, de la Organización Panamericana de la Salud, aclaró que «no existe una nueva variante llamada Deltacrón» e indicó que «debe evitarse usar esta terminología» que se refiere a una recombinación de las variantes Delta y Omicrón.

«La recombinación es un fenómeno natural descrito en diferentes virus como un mecanismo de mutación para intercambiar material genómico. Esto puede ocurrir cuando dos virus de la misma especie pero genéticamente diferentes infectan la misma célula en el mismo individuo», explicó Aldighieri.

Los primeros casos de deltacrón se detectaron en Francia en enero de 2022. Desde entonces, ha sido registrada en Bélgica, Alemania, Dinamarca, Países Bajos y, más recientemente, en Reino Unido, Estados Unidos y Brasil.

«Actualmente no hay evidencia de patrones de transmisión crecientes o cambios en los resultados clínicos debido a este evento de recombinación. Aunque no se espera una amenaza específica para la salud pública, la vigilancia genómica debe mantenerse y fortalecerse para detectar temprano cualquier cambio en el comportamiento del virus», agregó.

La variante que sigue siendo dominante actualmente es el ómicron, la cual apareció en todo el mundo a finales de 2021. A finales de febrero, la OMS aclaró que el sublinaje BA.2 debe continuar considerándose como una variante de preocupación y permanecer clasificada como ómicron.

No hay evidencia de que BA.2 cause una enfermedad más severa ni que alguna otra variante esté empujando el aumento global de casos.