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En el primer semestre de 2024, la economía de Honduras ha demostrado un crecimiento sostenido, impulsado por sectores clave y respaldado por un aumento en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE). Hasta mayo, el IMAE acumuló un incremento del 4.7%, reflejando la resiliencia de la economía hondureña en un contexto global de incertidumbre y conflictos geopolíticos. En términos interanuales (junio de 2023 a mayo de 2024), el IMAE creció un 3.2%, con un desempeño destacado en sectores como intermediación financiera, seguros y fondos de pensiones, que aumentaron un 15.1%, y en construcción privada, que creció un 12.8% debido a la inversión en infraestructura comercial y residencial. Otros sectores con desempeño positivo incluyeron electricidad y agua (7.1%), comercio (5.7%), hoteles y restaurantes (4.9%), y transporte y almacenamiento (2.1%).

El Producto Interno Bruto (PIB) de Honduras, al cierre del primer trimestre de 2024, fue de 61,640 millones de lempiras a precios de mercado, con un crecimiento interanual del 3.3%. Este crecimiento estuvo impulsado principalmente por la intermediación financiera, comercio y servicios de comunicación. Sin embargo, sectores como agricultura, ganadería, silvicultura y pesca experimentaron una contracción del 2.1% debido a problemas de escasez de mano de obra, enfermedades en cultivos y mayores costos de producción, factores que también afectaron a la industria manufacturera, la cual registró una baja del 0.2% en sus exportaciones, especialmente en productos de café hacia Alemania, Estados Unidos y México.

El flujo de remesas sigue siendo un soporte fundamental para el consumo interno y constituye una fuente de ingresos crucial para muchas zonas rurales y de alta dependencia en Honduras. En 2024, el Banco Central estima un crecimiento interanual del 3.0% en las remesas, impulsado principalmente por el mercado laboral en Estados Unidos, que representa la mayor fuente de estos ingresos.

Para el futuro, el Banco Central proyecta que la economía hondureña mantendrá un crecimiento de entre 3.5% y 4.5% para 2024 y 2025, sustentado en el consumo privado y mayores inversiones en sectores estratégicos. La inflación se prevé en un rango de 4% a 5%, moderada por los precios internacionales de combustibles y alimentos, en línea con las expectativas del Programa Monetario.

En conjunto, estos indicadores subrayan la capacidad de recuperación y el crecimiento sostenido de la economía hondureña, apoyada en sectores clave y en un flujo constante de remesas, aunque también enfrenta desafíos en áreas como la agricultura y manufactura, afectadas por condiciones adversas y retos en la exportación.

Fuentes: Banco Central de Honduras (BCH) – Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) 2024, Encuesta de Expectativas de Analistas Macroeconómicos Enero 2024 – Banco Central de Honduras, Producto Interno Bruto I Trimestre 2024 – Banco Central de Honduras, Programa Monetario 2024-2025 – Banco Central de Honduras

 

En 2024, la economía de Costa Rica ha mostrado un crecimiento moderado y sostenido, apoyado en su diversificación y en políticas monetarias enfocadas en controlar la inflación y facilitar el acceso al crédito. En el segundo trimestre, el PIB costarricense creció un 4.1% interanual, destacándose los sectores de servicios financieros, manufactura avanzada y alojamiento y servicios de comida. Esta estructura económica variada ha sido crucial para mantener la estabilidad y amortiguar los efectos de factores externos adversos.

El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) reflejó un dinamismo económico significativo, con un crecimiento interanual de 3.6% hasta abril y 4.2% en julio, impulsado en gran medida por el sector manufacturero en zonas francas y los servicios tecnológicos, especialmente en exportaciones de productos médicos y servicios informáticos. Este crecimiento demuestra que la economía costarricense sigue capitalizando su capacidad exportadora en sectores de alto valor.

Las remesas, aunque constantes, representan solo un 0.9% del PIB, reflejando una menor dependencia de estos ingresos en comparación con otras economías centroamericanas, permitiendo a Costa Rica enfocarse más en sectores productivos internos. A nivel de política monetaria, en septiembre el Banco Central redujo la Tasa de Política Monetaria (TPM) a 4.25% con el fin de aliviar las presiones inflacionarias y mejorar el acceso a crédito, lo cual apoya el financiamiento de la actividad económica del sector privado.

La Inversión Extranjera Directa (IED) alcanzó niveles históricos en el primer semestre de 2024, con un aumento del 42% respecto al año anterior, totalizando $1,188.9 millones en el primer trimestre. La manufactura avanzada, la tecnología y el turismo encabezaron estos flujos de inversión, y se observa un interés creciente en regiones fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM), lo que reafirma el atractivo de Costa Rica como destino para el capital extranjero en industrias de alto valor agregado.

En conjunto, Costa Rica mantiene un entorno económico estable y atractivo, caracterizado por un crecimiento sostenido en sectores clave, una IED en alza y políticas monetarias estratégicas que respaldan el desarrollo económico. A pesar de los desafíos globales, el país sigue consolidándose como un destino favorable para la inversión en América Latina, gracias a su resiliencia y enfoque en sectores de tecnología y servicios especializados.

 

Fuentes:

  • Banco Central de Costa Rica (BCCR)
  • Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica (COMEX)
  • Datos del Banco Mundial y del informe IV Trimestral del BCR

A lo largo de 2024, la economía guatemalteca ha mostrado un desempeño sólido, pero no exento de retos. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real, estimado en un 3.3% para este año, refleja la resiliencia de la economía en un entorno global caracterizado por incertidumbre económica y volatilidad en los mercados internacionales. Sectores como el comercio, la construcción y los servicios financieros continúan liderando el crecimiento, lo que indica una base diversificada que sostiene la actividad económica del país.

Sin embargo, este crecimiento también debe ser analizado en el contexto de las presiones inflacionarias que ha enfrentado Guatemala. La inflación acumulada hasta septiembre se situó en un 4.54%, dentro del rango objetivo del Banco de Guatemala, pero superior a la del año anterior. Este incremento ha sido impulsado principalmente por el aumento de los precios de los alimentos y los combustibles, que ha afectado tanto a los consumidores como a las empresas. A pesar de los esfuerzos del Banco Central para controlar la inflación a través del ajuste en las tasas de interés, los desafíos persisten, en particular en un entorno global donde los precios de las materias primas siguen siendo volátiles.

El Banco de Guatemala ha respondido a estas presiones mediante un ajuste de las tasas de interés, que ahora se sitúan en un promedio ponderado de 18.19% para préstamos en moneda nacional. Este aumento, si bien es efectivo para frenar la inflación, plantea un reto importante para la inversión interna y el consumo, ya que encarece el crédito tanto para los hogares como para las empresas. En moneda extranjera, la tasa de interés es algo más baja, con un promedio de 7.92%, lo que sugiere que el país sigue siendo atractivo para ciertos tipos de inversión extranjera, aunque a un ritmo más moderado.

En cuanto al tipo de cambio, la estabilidad del quetzal frente al dólar, con un promedio de 7.80 quetzales por dólar, ha sido una de las fortalezas de la economía guatemalteca en 2024. Esta estabilidad ha sido respaldada por las robustas reservas internacionales, que a septiembre alcanzaron los 15,300 millones de dólares. Estas reservas no solo proporcionan un colchón ante posibles choques externos, sino que también refuerzan la confianza en la política cambiaria del país.

A pesar de estos indicadores positivos, la Inversión Extranjera Directa (IED) ha mostrado signos de contracción, con un total de 980.7 millones de dólares hasta septiembre de 2024. Este descenso puede atribuirse a varios factores, entre ellos la creciente competencia regional y ciertas percepciones de riesgo político, que afectan la capacidad del país para atraer flujos de capital. Sin embargo, es importante señalar que Guatemala sigue siendo un destino atractivo para inversiones a largo plazo, especialmente en sectores como la agroindustria y las tecnologías de la información.

Las remesas familiares continúan siendo un pilar clave de la economía guatemalteca, con un crecimiento interanual de aproximadamente el 10%, alcanzando los 13,700 millones de dólares. Este flujo de capital no solo sostiene el consumo interno, sino que también refuerza la estabilidad social en un contexto donde muchas familias dependen de estas transferencias para su subsistencia. En este sentido, las remesas no solo son un indicador económico, sino también un reflejo de las conexiones internacionales que influyen directamente en el bienestar de muchos hogares guatemaltecos.

De cara al futuro, se espera que Guatemala mantenga un crecimiento económico moderado, sostenido en gran medida por el consumo interno y el flujo constante de remesas. Sin embargo, la economía sigue enfrentando riesgos, particularmente relacionados con la inflación y el costo del crédito, que podrían frenar la inversión y el crecimiento del sector privado. Las políticas fiscales y monetarias del gobierno y el Banco Central seguirán siendo determinantes para asegurar la estabilidad económica y la confianza de los inversores, tanto locales como internacionales.

En resumen, la economía guatemalteca ha mostrado un desempeño robusto en 2024, con un crecimiento sostenido y una estabilidad cambiaria admirable. No obstante, la inflación, las altas tasas de interés y la reducción de la inversión extranjera directa son factores que deberán ser gestionados cuidadosamente para mantener el ritmo de crecimiento y fomentar un entorno más favorable para la inversión.

Fuente de información Banco de Guatemala 

Los resultados del Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua, correspondientes al segundo trimestre de 2023, muestran un robusto crecimiento en la actividad económica del país, según los datos publicados recientemente por el Banco Central de Nicaragua.

De acuerdo al comunicado oficial del BCN, el PIB experimentó un crecimiento interanual del 4.0 por ciento en el segundo trimestre, marcando un aumento significativo en comparación con el 3.6 por ciento registrado en el trimestre anterior. Esta positiva tendencia contribuyó a que el crecimiento acumulado del PIB durante el primer semestre del año alcanzara un 3.8 por ciento, con un crecimiento promedio anual del 3.3 por ciento, según las estimaciones preliminares en la serie de datos originales.

Los resultados del ajuste estacional destacan un crecimiento del 1.5 por ciento en la serie desestacionalizada del PIB con respecto al trimestre previo. Además, la serie de tendencia ciclo revela crecimientos del 1.6 por ciento en comparación con el primer trimestre de este año, un 4.2 por ciento en la variación interanual y un sólido 3.1 por ciento en la tasa promedio anual, indica el BCN.

Desde la perspectiva de la producción, este crecimiento se debe al desempeño excepcional de diversas actividades económicas, entre las que destacan hoteles y restaurantes con un crecimiento interanual del 22.6 por ciento, seguido por electricidad (16.4%), construcción (8.8%), intermediación financiera y servicios conexos (6.2%), transporte y comunicaciones (4.6%), comercio (4.4%), entre otras.

Por otro lado, desde el enfoque del gasto, el PIB en el trimestre se vio impulsado principalmente por el aumento de la demanda interna, con un crecimiento del consumo del 4.5 por ciento y una inversión en crecimiento del 12.7 por ciento. Estos factores se contrarrestaron en cierta medida por la disminución de la demanda externa neta, que experimentó una reducción en las exportaciones del 2.8 por ciento y un crecimiento en las importaciones del 8.2 por ciento.

Finalmente, a precios corrientes, el PIB trimestral en la serie original reflejó un crecimiento interanual del 11.8 por ciento y un sólido 12.7 por ciento en promedio anual.

El Banco Central de Nicaragua valora positivamente estos resultados que indican un crecimiento sostenido de la economía del país durante el segundo trimestre de 2023.

En 2028, cuatro de los seis países con mayor PIB a valores de paridad de poder adquisitivo del mundo serían asiáticos, relegando a las economías europeas (a excepción de la alemana) a puestos inferiores, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El crecimiento económico de China e India ha sido pronunciado desde los años noventa, mientras que Indonesia ha entrado más recientemente en el grupo de las diez mayores economías del mundo y se espera que alcance el puesto número seis en 2028. En cuanto a Japón, las previsiones indican que se aferraría al cuarto puesto, mientras que Rusia descendería al séptimo.

La floreciente clase media asiática es una de las razones del cambio continental en el PIB. Aunque China ha sido el referente de crecimiento del mercado durante gran parte del siglo XXI, el país se enfrenta ahora al envejecimiento de la población, que pondrá freno al consumo. Se espera que Indonesia, junto con Filipinas y Malasia, aumenten considerablemente su población activa en los próximos años, lo que contribuirá a un incremento de la renta media disponible, según el Foro Económico Mundial.

Como muestra nuestro gráfico, sólo tres países europeos estarían entre las diez primeras potencias económicas del mundo en 2028. Según las proyecciones del FMI, se espera que Alemania se mantenga en el quinto lugar, mientras que Francia y el Reino Unido ocuparían el noveno y el décimo lugar, justo detrás de Brasil.

 

Fuente Statista 

𝑵𝒐𝒕𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒓𝒕𝒂𝒔:

Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Estados Unidos representa algo más de la cuarta parte de la economía mundial y sigue siendo la primera potencia económica, con un PIB de 25 billones de dólares en 2022. China le sigue de cerca, con un PIB de 18,3 billones de dólares, es decir, casi el 20% del total mundial.

Muy por detrás, Japón, Alemania e India completan los cinco primeros puestos, con un PIB de entre 3,5 y 4,3 billones de dólares. En conjunto, las diez potencias económicas que aparecen en nuestro gráfico representan alrededor del 70% del PIB mundial.

Fuente Statista

La actividad económica correspondientes al tercer trimestre de 2018, según se infiere del informe trimestral del Producto Interno Bruto (PIB) , la economía nicaragüense registró una disminución de 4.8 por ciento interanual y una reducción de 0.5 por ciento en promedio anual.

En el enfoque del gasto, la variación interanual del PIBT estuvo determinado por impulsos de la demanda externa neta y contrarrestado por la demanda interna.

En el tercer trimestre, en la demanda externa neta se observó disminución en las exportaciones (-2.9%) y en las importaciones (-26.1%). Por su parte, en la absorción se registró reducción en el consumo (-6.3%) y en la formación bruta de capital (-28.7%).

Por el enfoque de la producción, la evolución interanual del PIBT estuvo asociado a aumentos en el valor agregado de agricultura (11.0%), explotación de minas y canteras (10.6%), pesca y acuicultura (9.7%), electricidad (6.8%), industria manufacturera (5.5%), agua (5.1%), salud (3.2%), y enseñanza (2.4%), principalmente; y contrarrestado por las disminuciones en hoteles y restaurantes (-36.9%), comercio (-18.2%), construcción (-10.3%), intermediación financiera (-8.2%), y transporte y comunicación (-7.0%), entre otros.

Cabe destacar que, la evolución subyacente interanual se ubicó en -5.5 por ciento, mientras que la variación promedio anual de la serie de tendencia ciclo alcanzó -0.6 por ciento. Asimismo, la serie desestacionalizada mostró una disminución de 1.1 por ciento con relación al segundo trimestre del año 2018.

Adicionalmente, el informe señala que, a precios corrientes, el PIB trimestral reflejó un crecimiento interanual de 1.1 por ciento y 4.8 por ciento en promedio anual en la serie original.