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Las economías de la región experimentarán un modesto crecimiento en los próximos dos años, debido a un entorno económico global adverso y una situación regional «extremadamente compleja», según el reciente Informe Anual de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La CEPAL destaca que todas las subregiones registrarán un menor crecimiento en comparación con el año pasado: América del Sur crecerá un 1,2%, Centroamérica y México un 3,0%, mientras que el Caribe (excluyendo a Guyana) lo hará en un 4,2%. Esto representa una disminución con respecto al 2022, donde estas regiones crecieron en un 3,7%, 3,0% y 4,2%, respectivamente.

Según el «Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2023: El financiamiento de una transición sostenible: inversión para crecer y enfrentar el cambio climático», se prevé un crecimiento promedio del PIB regional del 1,7% para el 2023, seguido de una ligera disminución en 2024, donde se espera que el producto interno bruto regional alcance el 1,5%.

Para el año 2024, la CEPAL anticipa que el contexto internacional continuará siendo desfavorable, con el crecimiento del PIB y el comercio mundial por debajo de los promedios históricos. A nivel regional, se mantendrá la limitación en los recursos fiscales, aunque la disminución en la inflación brindará mayor espacio para las políticas monetarias.

La CEPAL proyecta un crecimiento promedio del 1,2% para América del Sur, 2,1% para Centroamérica y México, y 2,8% para el Caribe (sin incluir a Guyana).  Además, se prevé una desaceleración en el crecimiento del empleo, estimándose en un 1,9% en 2023 y un 1,1% en 2024.

El Estudio Económico destaca que el bajo crecimiento económico en estos años tendrá como resultado una desaceleración en la creación de empleo. Esto plantea preocupaciones sobre la calidad del empleo en un contexto de bajo crecimiento, ya que es probable que los trabajadores enfrenten mayor vulnerabilidad, menores niveles de protección social y se empleen en sectores menos productivos.

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un elemento fundamental para el progreso económico y social, en un mundo cada vez más impulsado por la tecnología y la innovación. En este contexto, América Latina se encuentra en un proceso de adaptación y desarrollo en este emocionante campo y el reciente Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) brinda luces sobre el estado de preparación de nuestros países en el ámbito de la IA.

Este primer índice, que fue desarrollado con la colaboración de destacadas instituciones y el respaldo de actores claves en la región, revela un panorama complejo, caracterizado por avances prometedores, desafíos apremiantes y un llamado urgente a la colaboración y la inversión en el potencial de la inteligencia artificial.

El Índice fue presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) durante el evento “IA para el desarrollo sostenible de América Latina”, celebrado en la sede de la CEPAL en Santiago de Chile, recientemente. Fue elaborado por Cenia con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe y la Organización de los Estados Americanos (OEA), además de contar con la asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el HAI de Stanford.

El estudio expone la situación de la IA en 12 países de la región: Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Colombia, Uruguay, Paraguay, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Brasil y México.

Para el análisis se consideraron cinco aspectos macro, junto con una serie de subelementos. Estos aspectos incluyen factores habilitantes (elementos necesarios para el desarrollo de una sólida infraestructura de IA en cada país), investigación, desarrollo y adopción, gobernabilidad (el nivel de desarrollo y madurez en el entorno institucional), percepción de la IA (los temas dominantes en las redes sociales y los medios digitales) y el futuro de la IA (las tendencias académicas y la visión de expertos sobre el impacto social).

Preparación de los países en Inteligencia Artificial

El país que lidera el ranking general es Chile, con una puntuación de 72.67 sobre 100, seguido por Brasil (65.31), Uruguay (54.99), Argentina (54.76), México (48.55), Colombia (47.62), Perú (45.55), Costa Rica (33.41), Panamá (24.66), Ecuador (22.17), Paraguay (18.82) y Bolivia (15.10).

Chile lidera la región en infraestructura de conectividad, incluyendo la implementación de tecnología 5G, respaldada por una política de Inteligencia Artificial (IA) en vigor durante 4 años y una inversión gubernamental en investigación y desarrollo en IA.

Brasil, en segundo lugar, destaca por su capital humano, disponibilidad de datos y gobernanza en IA; Uruguay sobresale en conectividad, superando el promedio regional en el uso de Internet y velocidad de descarga, además de tener fortalezas en la implementación de Data Centers y la demanda de servicios en la Nube.

Colombia se destaca por su madurez en regulación y avances en ciberseguridad, pero enfrenta desafíos en infraestructura de conectividad, educación en computación y la inversión gubernamental en I+D en IA.

La región, con grandes retos y desafíos

Tras el minucioso análisis, los resultados del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) reflejan una América Latina diversa en lo que respecta a la Inteligencia Artificial (IA). La región presenta una variabilidad considerable: mientras algunos países destacan por su alta productividad científica, otros enfrentan obstáculos en la transferencia de tecnología.

Existen naciones que poseen abundancia de datos de alta calidad, pero carecen de la infraestructura tecnológica necesaria para aprovechar plenamente este recurso valioso. Como resultado, el panorama revela que ningún país sobresale de manera uniforme en todas las dimensiones evaluadas por el índice.

Un fenómeno común en la región es la migración de talento. La mayoría de aquellos que emigran de América Latina lo hacen con el propósito de estudiar y mejorar sus habilidades, con la intención de regresar y contribuir al desarrollo local. Sin embargo, es relevante destacar que los investigadores que publican representan menos del 5 % de la comunidad académica en su totalidad.

La conectividad también desempeña un papel crucial en el progreso. La penetración de Internet y el uso de dispositivos electrónicos superan el 70 % en promedio en toda la región. Sin embargo, la velocidad de descarga varía considerablemente tanto dentro de los países como entre ellos.

Según el informe, la penetración relativa de las habilidades tecnológicas y disruptivas asociadas a la IA en América Latina es menor (2.16%) que en el resto del mundo (3.59%).

Asimismo, indica que la mayoría de los sectores productivos de la región tienen brechas significativas en comparación con los países desarrollados y que, aunque la presencia de habilidades en IA ha aumentado en América Latina en los últimos años, el ritmo de crecimiento ha sido más lento que en otras partes del mundo.

El estudio también resalta la falta de infraestructura adecuada para el procesamiento de datos en la región, a pesar de la abundancia de datos disponibles. Por ejemplo, no existe en la región la infraestructura necesaria para procesar y entrenar los modelos de vanguardia en IA, como los modelos de lenguaje de gran escala o los modelos multimodales actuales.

En lo que respecta a la inversión en IA en América Latina, el informe pone de manifiesto que esta continúa notablemente por debajo de las necesidades. Mientras que la inversión privada en aplicaciones e infraestructura para la IA alcanzó la impresionante cifra de US$190,000 millones a nivel mundial el año pasado, en América Latina apenas se aproximó a los US$8,200 millones.

“Nos encontramos en medio de una aceleración tecnológica que estamos tratando de comprender, en la cual la Inteligencia Artificial emerge como una nueva fuerza transformadora con un potencial tan elevado que no es exagerado afirmar que podría alterar el curso de la humanidad”.
José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL.

“La CEPAL, en su papel de secretaría técnica del eLAC y con el respaldo de la Unión Europea a través de la Alianza Digital Unión Europea-América Latina y el Caribe, continuará apoyando a los países de la región para avanzar en la construcción de entornos habilitadores, vinculando los esfuerzos de Transformación Digital con los de desarrollo productivo, y buscando establecer una gobernanza de datos que permita trazar el camino hacia un desarrollo sostenible e inclusivo”, agregó.

La situación económica mundial, el bajo dinamismo de economías como la norteamericana y las situaciones que se han venido viviendo desde 2020 auguran un panorama no tan alentador para las economías de Centroamérica. La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) presentó recientemente su informe de perspectiva económica del cierre del año y sus proyecciones para 2023, en el que se presagia desaceleración para el año venidero.

Explica que «luego del dinamismo mostrado en el primer semestre de 2022, la actividad económica de la región se ha desacelerado», implicando «el agotamiento del efecto rebote en la recuperación de 2021».

Grandes economías mundiales, como China, están creciendo a las tasas más bajas en los últimos 40 años, mientras que la de Estados Unidos se espera que no crezca ni siquiera al 1%, por lo que se espera que 2023 sea un año difícil, según declaraciones recientes del Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs.

Salazar-Xirinachs hizo una comparación del estado de la economía con el estado de un paciente:  «Lo que pasó en 2020, fue una especie de ataque cardiaco que nos dio, después de ese ataque el organismo está problematizado, tiene un síndrome de todo, un síndrome de poco espacio fiscal, de inflación».

Agregó que el crecimiento de 2021 fue algo extraordinario, algo que no es normal. «Es como cuando después de una gravedad se quita el dolor, el paciente se puede sentir muy bien pero no está bien, no podemos comparar porqué no seguimos creciendo como en 2021».

Según el organismo, la proyección de crecimiento para América Latina es de 1.3% y para Centroamérica será de 3.0%. Las economías de Centroamérica se verán directamente afectadas por el bajo dinamismo de los Estados Unidos, principal socio comercial y primera fuente de remesas, las cuales han mostrado resiliencia y han mantenido un nivel de flujo muy importante que ha tenido un impacto muy positivo en muchos países.

América Latina tiene ante sí, nuevos y desafiantes retos dentro del contexto global actual. “Las economías de la región enfrentan una coyuntura difícil en 2022 en un contexto externo de incertidumbre, inflación y desaceleración de la actividad económica y el comercio”, reflejó el Informe Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) a mediados del año.

Según el informe de la CEPAL, la región enfrenta contextos internos caracterizados por una fuerte desaceleración económica, aumentos de la inflación y una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales, lo que aumentará los niveles de pobreza y pobreza extrema. Así, 7,8 millones de personas se sumarían a los 86,4 millones cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo.

En su más reciente informe Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022, presentado en agosto de este año, la CEPAL destaca que la complejidad del panorama económico de 2022 se extenderá a los años venideros.

Las economías de América Latina y el Caribe comenzaron a experimentar un incremento de la tasa de inflación en 2021, año que cerró con una inflación anual en la región de 6,6%, para aumentar a 8,1% en abril de 2022, según datos del informe Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?.

La CEPAL prevé que la pobreza y la pobreza extrema se elevarán por sobre los niveles estimados para 2021. La incidencia de la pobreza regional alcanzaría un 33,7% (1,6 puntos porcentuales más que el valor proyectado para 2021), mientras que la pobreza extrema alcanzaría un 14,9% (1,1 puntos porcentuales más que en 2021).

Asimismo, proyecta que América del Sur crecerá un 2,6% (en comparación con un 6,9% en 2021), Centroamérica y México un 2,5% (en comparación con un 5,7% en 2021) y el Caribe —la única subregión que crecerá más que en 2021— un 4,7%, sin incluir Guyana (en comparación con un 4,0% en el año anterior).

El Estudio Económico 2022 indica que la inflación sigue en aumento con un promedio regional de 8,4% a junio de 2022, que equivale a más del doble del valor promedio registrado en el período 2005-2019.

En junio de 2022 las economías de América del Sur presentaban en promedio el mayor nivel de inflación (8,8%), seguidas por las economías de Centroamérica y México (7,5%) y las del Caribe de habla inglesa (7,3%), ocasinando que los bancos centrales aumenten sus tasas de política monetaria y reduzcan los agregados monetarios.

Recomendaciones de la CEPAL

La CEPAL recomienda que para responder a la coyuntura y dinamizar un crecimiento sostenible e inclusivo se requerirán políticas fiscales y monetarias procrecimiento y propone

seguir utilizando la política fiscal como elemento central de la política de desarrollo, lo que requiere fortalecer los ingresos públicos para ampliar el espacio fiscal.

Reducir la evasión, reorientar gastos tributarios y fortalecer la progresividad de la estructura tributaria.

Para contener las presiones inflacionarias, fundamentalmente impulsadas por factores de oferta, la política monetaria debe utilizar el más amplio espectro de herramientas disponibles. Esto requiere combinar el uso de la tasa de política monetaria con instrumentos macro prudenciales y cambiarios, a fin de enfrentar la inflación minimizando los efectos negativos sobre el crecimiento y la inversión, recomienda el organismo.

Sostener el bienestar de los sectores más pobres y mantener la seguridad alimentaria como una prioridad. Para ello no se debe restringir el comercio internacional de alimentos y fertilizantes pues hacerlo aceleraría la inflación y dañaría a los más pobres, advierte la CEPAL.

También recomienda considerar acciones como mantener o aumentar los subsidios a alimentos, implementar acuerdos de contención de precios de la canasta básica con productores y cadenas de comercialización, y reducir o eliminar aranceles a la importación de granos y otros productos básicos.

A mediano plazo, son necesarias políticas agrícolas e industriales que fortalezcan el apoyo a la producción agropecuaria, así como aumentar la eficiencia en el uso de fertilizantes, priorizando los biofertilizantes. La política industrial es clave para reducir la dependencia de la importación de fertilizantes en el mediano plazo.

Ante la regionalización de la economía mundial, la región no puede continuar actuando de manera fragmentada. Es necesario aumentar el papel de la articulación regional en las respuestas a la crisis: formular e implementar respuestas de América Latina y el Caribe en su conjunto o de sus bloques de integración”.

Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL, durante la presentación del Informe Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?

(Efe)»Son muchos desafíos, todo el mundo los conoce, pero hay un reto fundamental en el tema del cambio climático, Honduras es uno de los países más afectados en el mundo por los efectos del cambio climático», subrayó Segura.

El diplomático español afirmó que la Unión Europea «quiere apoyar» a Honduras a adaptarse al cambio climático y «cumplir sus compromisos» con el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de 2015.

«La Unión Europea y sus Estados miembros han apostado muy fuerte por la lucha contra el cambio climático, como el motor de recuperación económica y el horizonte que queremos alcanzar», explicó.

En ese sentido, indicó que la UE destinará «más recursos» a Honduras, considerado uno de los países más vulnerables a los embates de la naturaleza, y la región centroamericana para paliar los efectos del cambio climático.

«Tenemos muchos compromisos en materia de reducción de gases de efecto invernadero, adaptación de la agricultura, educación por parte de la sociedad», enfatizó Segura.

RECUPERACIÓN ECONÓMICA

La recuperación de la economía hondureña tras la pandemia de covid-19, que deja en el país cerca de 9.700 muertes y más de 363.000 contagios en 18 meses, es otro de los retos de Honduras, señaló.

El diplomático recordó que la UE lleva «muchos años» apoyando a Honduras en la creación de «empleo digno, estable y de calidad» que contribuya a convertir el «círculo vicioso de la pobreza en un círculo virtuoso».

Según el Banco Central de Honduras, la actividad económica del país centroamericano creció un 12,6 % entre enero y julio pasado, una mejoría impulsada por el dinamismo y adaptación progresiva de los hogares y las empresas a la «nueva normalidad» impuesta por el coronavirus.

La economía de Honduras se contrajo un 9 % en 2020 debido al impacto de la crisis sanitaria por la pandemia, una situación agravada por el paso devastador de las tormentas tropicales Eta e Iota, que azotaron Centroamérica en noviembre pasado.

Alrededor de 500.000 personas perdieron su trabajo en 2020 como consecuencia del parón provocado por la covid-19 y los efectos de Eta e Iota en Honduras, cuyas pérdidas superan los 4.100 millones de dólares, según estimaciones de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal).

CIFRAS PREOCUPANTES DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Segura dijo que Honduras también tiene un «reto enorme» en materia de derechos humanos, un tema «fundamental» para la Unión Europea, que financia en el país programas orientados a fortalecer el sistema Nacional de Protección de Derechos Humanos.

«Tenemos un compromiso fuerte con los defensores de derechos humanos, lo que queremos es lo mismo que para nuestros ciudadanos: que los derechos humanos básicos se respeten en el país, se puedan defender sin violencia, sin criminalización», subrayó.

La igualdad de género es una tarea pendiente en Honduras, señaló el diplomático, quien considera que el país tiene «datos muy preocupantes» sobre violencia contra mujeres y niñas.

Destacó que el compromiso de la Unión Europea en la lucha contra la violencia contra mujeres y niñas en Honduras «es firme, innegociable y seguiremos apoyando» todos los esfuerzos para fortalecer la institucionalidad para «luchar contra esta lacra».

La violencia de género es «otra pandemia que azota al país», indicó Segura, quien señaló que en Honduras las violaciones a los derechos humanos tienen «causas profundas y estructurales».

Según cifras del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), el país registra este año la muerte violenta de al menos 200 mujeres y más del 90 % de esos crímenes siguen impunes.