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A partir del próximo 1 de marzo, los trabajadores nicaragüenses de los diferentes sectores económicos recibirán un 10% de incremento en el salario mínimo. El ajuste salarial se logró por consenso entre los sectores que integran la Comisión Nacional de Salario Mínimo y fue anunciado por la Ministra del Trabajo, Alba Luz Torres.

Si un trabajador percibe menos de lo estipulado como salario mínimo en el sector económico en el que labora, su sueldo debe ser ajustado de forma inmediata, según manda la ley.

A continuación los nuevos salarios mínimos en cada sector económico:

Un crecimiento del PIB entre 3.0% y 4.0%, así como una inflación en un rango de entre 5.0% y 6.0% se espera para este año 2023 en Nicaragua, según la presentación Evolución y perspectivas económicas realizada por el presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes, recientemente.

Destacó «la fortaleza de la economía nicaragüense que descansa en la alta resiliencia del sector primario: agricultura, ganadería, pesca, minería y silvicultura, el cual presenta una base exportadora fortalecida que se ha visto incentivada por los buenos precios y mercados que han encontrado los productos nicaragüenses».

En su exposición, indicó que las actividades de servicios han entrado en una fase de mayor dinamismo, con altas tasas de crecimiento interanual en las actividades de hoteles y restaurantes, transporte y comunicaciones, intermediación financiera y comercio. Asimismo, por el lado del gasto, las exportaciones y el consumo privado lideraron el impulso económico en 2022, siendo las exportaciones un factor de fortaleza de la economía, en un contexto de buena demanda y altos precios internacionales de los productos exportables.

Agregó que hubo un incremento del empleo formal y una reducción del subempleo, sin embargo, aunque la tasa de desempleo abierto continúa disminuyendo, la tasa de participación laboral permanece por debajo de los niveles del primer trimestre de 2020, previo a la pandemia, lo que obedece a un fenómeno global asociado a los efectos de la pandemia del COVID-19, el cual se manifiesta en que hay una menor proporción de personas en edad de trabajar que se encuentran activas laboralmente.

“La tasa de empleo formal se ubicó en 24 por ciento de la población ocupada, aumentándose, mientras que la tasa de subempleo se redujo al 38.3 por ciento. Por el lado de la afiliación al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), el número de afiliados alcanzó 783,384 en diciembre de 2022”, detalló.

Asimismo, hubo un aumento de los flujos externos favorecidos por el contexto internacional, registrándose que el valor de las exportaciones totales de mercancías y zonas francas creció 15.5 por ciento entre enero y noviembre de 2022, respecto al mismo período de 2021. Por su parte, las remesas se incrementaron y se ubicaron en un monto de 3,225 millones de dólares en 2022. De igual manera, el crecimiento de la Inversión Extranjera ascendió a 1,160.6 millones de dólares al tercer trimestre y el turismo que ubicó en 411 millones de dólares en el mismo período.

Ante estos resultados de 2022, el presidente del Banco Central indicó que se espera que la dinámica positiva observada en el año 2022 que terminó, se mantenga en el año 2023 y a mediano plazo.

Un panorama sombrío para las economías a nivel mundial y aún más para la región de América Latina se vislumbra en el más reciente informe del Banco Mundial “Perspectivas económicas mundiales”, en cuyas previsiones, después de Europa, Latinoamérica es la región que menos crecerá en este 2023.

Según los datos del informe publicado recientemente, la economía mundial crecerá un 1,7% este año y un 2,7% en 2024. Para Latinoamérica se estima que el crecimiento se desacelere a un 1,3% en 2023, lo que es menos de la mitad del 3,6% de 2022, para recuperarse al 2,4% el año próximo.

Un comunicado de prensa del Banco Mundial indica que “Los países emergentes y en desarrollo se enfrentarán a varios años de crecimiento lento”.

Según el informe, “ Se prevé que con el crecimiento algo lento de Estados Unidos y China se reduzca la demanda de exportaciones, mientras que el aumento de las tasas de interés estadounidenses probablemente implique que las condiciones financieras seguirán siendo restrictivas”.

Centroamérica con bajo crecimiento

Según los datos del informe “se prevé que el crecimiento en América Central se atenúe hasta el 3,2 % en 2023, a medida que la desaceleración de la economía estadounidense reduzca las exportaciones y el ingreso de remesas”.

Por otro lado, en el Caribe se espera una expansión más firme, del 5,6 %, pero esto será reflejo en parte de una recuperación largamente demorada tras la recesión provocada por la pandemia.

Según las previsiones del reciente informe para Centroamérica, se espera que Panamá sea la economía de mayor crecimiento este año en Centroamérica, con un 4.5%, le siguen Guatemala y Honduras con 3.1%, Costa Rica con 2.9%. Se prevé que Nicaragua y El Salvador alcancen un 2.0%.

Para el 2024 las previsiones ubican a Panamá a la cabeza con 4.5%, le siguen Honduras (3.7%), (Guatemala 3.5%) , Costa Rica (3.1%), Nicaragua (2.5%) y El Salvador (2.0%).

Tras la invasión militar de Rusia en Ucrania, países de todo el mundo han condenado las acciones del gobierno de Vladimir Putin. Muchas naciones adoptaron una lista creciente de sanciones con el fin de empujar al Kremlin de vuelta a la mesa de negociaciones.

Ante esta situación, en América Latina y el Caribe surge el interrogante sobre las posibles implicaciones que tendría el conflicto en la economía de la región. Los agricultores de varios países ya se muestran preocupados por el aumento vertiginoso de los precios de los fertilizantes, cuyo costo creció un 180% a nivel mundial.

Tal y como se puede ver en este gráfico elaborado por Statista con datos del Observatorio de la Complejidad Económica (OEC por sus siglas en inglés), los fertilizantes son el principal producto importado desde Rusia en América Latina. En conjunto, los fertilizantes nitrogenados, potásicos y mixtos representaron casi el 40% de todas las importaciones latinoamericanas provenientes de Rusia en 2019. El alza de los precios y una posible escasez a largo plazo podrían tener, por tanto, un impacto directo en la agricultura regional, afectando la producción de alimentos y de productos derivados de los cultivos.

Además, tanto Rusia como Ucrania exportan una amplia gama de metales a América Latina. En 2019, el acero semielaborado suponía el 15% de las importaciones procedentes de Rusia, convirtiéndolo en el primer metal y el segundo producto en general que este país vende a la región.

Fuente Statista

La situación económica mundial, el bajo dinamismo de economías como la norteamericana y las situaciones que se han venido viviendo desde 2020 auguran un panorama no tan alentador para las economías de Centroamérica. La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) presentó recientemente su informe de perspectiva económica del cierre del año y sus proyecciones para 2023, en el que se presagia desaceleración para el año venidero.

Explica que «luego del dinamismo mostrado en el primer semestre de 2022, la actividad económica de la región se ha desacelerado», implicando «el agotamiento del efecto rebote en la recuperación de 2021».

Grandes economías mundiales, como China, están creciendo a las tasas más bajas en los últimos 40 años, mientras que la de Estados Unidos se espera que no crezca ni siquiera al 1%, por lo que se espera que 2023 sea un año difícil, según declaraciones recientes del Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs.

Salazar-Xirinachs hizo una comparación del estado de la economía con el estado de un paciente:  «Lo que pasó en 2020, fue una especie de ataque cardiaco que nos dio, después de ese ataque el organismo está problematizado, tiene un síndrome de todo, un síndrome de poco espacio fiscal, de inflación».

Agregó que el crecimiento de 2021 fue algo extraordinario, algo que no es normal. «Es como cuando después de una gravedad se quita el dolor, el paciente se puede sentir muy bien pero no está bien, no podemos comparar porqué no seguimos creciendo como en 2021».

Según el organismo, la proyección de crecimiento para América Latina es de 1.3% y para Centroamérica será de 3.0%. Las economías de Centroamérica se verán directamente afectadas por el bajo dinamismo de los Estados Unidos, principal socio comercial y primera fuente de remesas, las cuales han mostrado resiliencia y han mantenido un nivel de flujo muy importante que ha tenido un impacto muy positivo en muchos países.

Las criptomonedas, criptodivisas o monedas digitales empiezan a tener relevancia y a crecer en América Latina y el Caribe. En concreto, empresas emergentes vinculadas a las criptomonedas y tecnologías de blockchain como Bitso (México), Mercado Bitcoin (Brasil) y Ripio (Argentina) han logrado posicionarse fuertemente a nivel regional en temas de intercambio de monedas digitales e incluso, en el caso de Ripio, han creado su propia criptomoneda.

En Centroamérica, El Salvador adoptó en septiembre del año pasado al Bitcoin como moneda oficial junto con el dólar, convirtiéndose en el primer país a nivel mundial en hacerlo. Además, el Gobierno salvadoreño inició un proceso de desarrollo de infraestructuras para el uso de esta criptodivisa, que le ha convertido en el tercer país con más cajeros bitcoin del mundo, únicamente por detrás de Estados Unidos y Canadá.  Hasta el año pasado, en ese país centroamericano habían 204 cajeros automáticos de Bitcoin.

Sin embargo, la divisa digital no ha tenido la acogida esperada. Según una encuesta realizada en agosto de 2021, el 70% de los salvadoreños sigue usando únicamente el dólar como moneda y gran parte de los encuestados considera que los mayores beneficiados de la entrada en vigor de la Ley Bitcoin serán los ricos, los inversionistas y el Gobierno. Asimismo, el 20.6% de los salvadoreños no sabe lo que es un Bitcoin.

La ciudad con más cajeros automáticos de Bitcoin en América Latina es San Juan, Puerto Rico, mientras que el país con mayor volumen de Bitcoin es Venezuela. Colombia no se queda atrás, aproximadamente un 21% del volumen total de bitcoin disponible en América Latina y el Caribe se encuentra en carteras digitales colombianas, siendo el segundo país con mayor cantidad en la región.

Esta no es la única moneda digital que resulta atractiva en Colombia, donde también hay  interés hacia el ethereum, de acuerdo con los resultados de Google Trends. Además, la aplicación Binance (donde se comercian varios activos digitales) registró un total de 3.764 usuarios activos diarios en febrero de 2021, siendo así la aplicación de almacenamiento de criptomonedas con mayor número de usuarios activos en Colombia.

¿Estamos preparados para mitigar riesgos por delitos financieros relacionados a la criptomonedas?

No obstante, esa rápida adopción de criptomonedas en América Latina y el Caribe, no significa que los gobiernos estén preparados para mitigar riesgos por delitos financieros, según el Estudio “Cryptocurrencies: A Financial Crime Risk within Latin America and the Caribbean” (“Criptomonedas: Un riesgo de delitos financieros en América Latina y el Caribe”) realizado por Global Financial Integrity (GFI).

A medida que existe un número creciente de usuarios de criptomonedas, los gobiernos de la región no han logrado prevenir, detectar, investigar y enjuiciar de manera eficiente los delitos financieros que pueden surgir a partir de esta actividad.

La Investigación, realizada por GFI analiza los beneficios de las criptomonedas, sus potenciales riesgos asociados a la protección financiera de los consumidores e inversionistas, así como los crímenes financieros presentes en el ecosistema cripto. También incorpora las respuestas de gobiernos, sector privado, academia y sociedad civil; principalmente alrededor de la dinámica cambiante de la región. El informe incluye cinco países (Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador y México), seleccionados por su número de usuarios de criptomonedas, así como por sus aspectos regulatorios y contextos nacionales.

Tom Cardamone, presidente y CEO de GFI, dijo que “al igual que otros productos financieros o activos, el uso de criptomonedas se ha convertido en una dificultad cuando no están debidamente reguladas. Este informe levanta las alarmas alrededor de potenciales signos de lavado de dinero y otros delitos financieros asociados en la región”. “La integridad financiera y la transparencia son claves”, agregó.

El reporte argumenta que los gobiernos de la región deben ser conscientes de que las criptomonedas y sus productos no se pueden eliminar ni ignorar. Estas representan nuevos servicios financieros que llegaron para quedarse y que deben ser regulados para proteger a los usuarios e inversionistas de riesgos inherentes que no están mayormente regulados o sólo lo están parcialmente.

Para mitigar los riesgos asociados al uso de criptomonedas en un contexto no regulado, GFI recomienda a los gobiernos:

  • Implementar medidas para comprender mejor el ecosistema cripto en cada país
  • Desarrollar una regulación sustantiva e integral que brinde claridad y previsibilidad para los usuarios e inversionistas
  • Promover educación en la materia
  • Promover el debate y el intercambio de información entre todos los sectores de la sociedad
  • Potenciar las iniciativas del sector privado y de la sociedad civil
  • Seguir los protocolos nacionales e internacionales de conocimiento de su cliente (KYC) y ALD/CFT
  • Seguir las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) sobre nuevas tecnologías, activos virtuales (VAs) y proveedores de servicios de activos virtuales (VASPs)
  • Aprender de las experiencias de otros países
  • Fortalecer la capacidad de enjuiciamiento de los delitos financieros relacionados con criptomonedas.

(Con información tomada de https://es.statista.com/ y https://gfintegrity.org)

En el marco de la apertura de su Oficina de Representación, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), realizó por primera vez su sesión de Directorio en el país el pasado 2 noviembre, una jornada donde países miembros de la multilateral analizan y aprueban iniciativas de impacto positivo en el desarrollo social, económico y ambiental.

“La relación de nuestro Banco de Desarrollo crece y se fortalece día a día abriendo paso a nuevas oportunidades, en esta ocasión hemos podido acercar a Argentina y la región centroamericana.”, expresó el presidente ejecutivo del BCIE, Dr. Dante Mossi.

En el Directorio se aprobaron iniciativas vinculadas al sector salud y desarrollo social como; el Programa de Apoyo al Plan de Construcción «Casa Amor» por US$25 millones que permitirá a los pacientes asistir a sus citas de diagnóstico y tratamiento en Argentina; y el Programa de Abastecimiento de Ambulancias por US$30 millones que prevé beneficiar a más de 9 millones de dominicanos a través de la adquisición de 200 nuevas ambulancias. Entre otros programas y proyectos en beneficio de sus países socios Guatemala y El Salvador.

Además, en los próximos días la delegación visitará el Hospital del Bicentenario de Ituzaingó, como parte del seguimiento al “Programa Atención de la Población Adulta Mayor”, con el cual se espera beneficiar a más de 5 millones de personas, con un mejor acceso a la salud a través de infraestructura, equipamiento y medicamentos.

El BCIE ha beneficiado a la población argentina, a través de las nueve operaciones actualmente aprobadas y que buscan apoyar sectores como ciencia y tecnología, agricultura, equidad de género, transformación digital de pymes; entre otros, las cuales suman un total de US$394.0 millones.

Fuente BCIE 

América Latina tiene ante sí, nuevos y desafiantes retos dentro del contexto global actual. “Las economías de la región enfrentan una coyuntura difícil en 2022 en un contexto externo de incertidumbre, inflación y desaceleración de la actividad económica y el comercio”, reflejó el Informe Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) a mediados del año.

Según el informe de la CEPAL, la región enfrenta contextos internos caracterizados por una fuerte desaceleración económica, aumentos de la inflación y una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales, lo que aumentará los niveles de pobreza y pobreza extrema. Así, 7,8 millones de personas se sumarían a los 86,4 millones cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo.

En su más reciente informe Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022, presentado en agosto de este año, la CEPAL destaca que la complejidad del panorama económico de 2022 se extenderá a los años venideros.

Las economías de América Latina y el Caribe comenzaron a experimentar un incremento de la tasa de inflación en 2021, año que cerró con una inflación anual en la región de 6,6%, para aumentar a 8,1% en abril de 2022, según datos del informe Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?.

La CEPAL prevé que la pobreza y la pobreza extrema se elevarán por sobre los niveles estimados para 2021. La incidencia de la pobreza regional alcanzaría un 33,7% (1,6 puntos porcentuales más que el valor proyectado para 2021), mientras que la pobreza extrema alcanzaría un 14,9% (1,1 puntos porcentuales más que en 2021).

Asimismo, proyecta que América del Sur crecerá un 2,6% (en comparación con un 6,9% en 2021), Centroamérica y México un 2,5% (en comparación con un 5,7% en 2021) y el Caribe —la única subregión que crecerá más que en 2021— un 4,7%, sin incluir Guyana (en comparación con un 4,0% en el año anterior).

El Estudio Económico 2022 indica que la inflación sigue en aumento con un promedio regional de 8,4% a junio de 2022, que equivale a más del doble del valor promedio registrado en el período 2005-2019.

En junio de 2022 las economías de América del Sur presentaban en promedio el mayor nivel de inflación (8,8%), seguidas por las economías de Centroamérica y México (7,5%) y las del Caribe de habla inglesa (7,3%), ocasinando que los bancos centrales aumenten sus tasas de política monetaria y reduzcan los agregados monetarios.

Recomendaciones de la CEPAL

La CEPAL recomienda que para responder a la coyuntura y dinamizar un crecimiento sostenible e inclusivo se requerirán políticas fiscales y monetarias procrecimiento y propone

seguir utilizando la política fiscal como elemento central de la política de desarrollo, lo que requiere fortalecer los ingresos públicos para ampliar el espacio fiscal.

Reducir la evasión, reorientar gastos tributarios y fortalecer la progresividad de la estructura tributaria.

Para contener las presiones inflacionarias, fundamentalmente impulsadas por factores de oferta, la política monetaria debe utilizar el más amplio espectro de herramientas disponibles. Esto requiere combinar el uso de la tasa de política monetaria con instrumentos macro prudenciales y cambiarios, a fin de enfrentar la inflación minimizando los efectos negativos sobre el crecimiento y la inversión, recomienda el organismo.

Sostener el bienestar de los sectores más pobres y mantener la seguridad alimentaria como una prioridad. Para ello no se debe restringir el comercio internacional de alimentos y fertilizantes pues hacerlo aceleraría la inflación y dañaría a los más pobres, advierte la CEPAL.

También recomienda considerar acciones como mantener o aumentar los subsidios a alimentos, implementar acuerdos de contención de precios de la canasta básica con productores y cadenas de comercialización, y reducir o eliminar aranceles a la importación de granos y otros productos básicos.

A mediano plazo, son necesarias políticas agrícolas e industriales que fortalezcan el apoyo a la producción agropecuaria, así como aumentar la eficiencia en el uso de fertilizantes, priorizando los biofertilizantes. La política industrial es clave para reducir la dependencia de la importación de fertilizantes en el mediano plazo.

Ante la regionalización de la economía mundial, la región no puede continuar actuando de manera fragmentada. Es necesario aumentar el papel de la articulación regional en las respuestas a la crisis: formular e implementar respuestas de América Latina y el Caribe en su conjunto o de sus bloques de integración”.

Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL, durante la presentación del Informe Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?

El Producto Interno Bruto de Panamá (PIB) creció un 9,8 % en el segundo trimestre de 2022, comparado con el mismo lapso de 2021, según datos públicos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).

El crecimiento se le atribuye al desempeño positivo de los sectores comercio, que creció 15.9%; construcción, con un crecimiento de 15.6%; transporte y comunicaciones, que registró un crecimiento de 16.2%.

Los datos del INEC muestran la recuperación de la economía de Panamá, país que se vio seriamente afectado por la pandemia, pues, según datos del Banco Mundial, antes de la pandemia crecía a un ritmo cuatro veces mayor que el promedio regional y lo llevó a la categoría de país de ingreso alto, pero las afectaciones lo llevaron a cambiar su categoría a ingresos medianos. “Ha sido el país de América Central más afectado por la pandemia”, indica el organismo.

La Construcción, uno de los sectores más importantes en la economía panameña se detuvo entre marzo y septiembre del 2020, mientras que los aeropuertos se mantuvieron cerrados entre marzo y octubre, ocasionando que en ese año el PIB cayera un 17.9%, el desempleo alcanzara el 18,5 % y el índice de pobreza aumentara 14,8 %. No obstante, Panamá logró recuperar su categoría de ingreso alto en el 2021, con un crecimiento del 15,3% del PIB.

Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas de ese país, a agosto, los ingresos corrientes aumentaron un 13,5% en comparación con agosto de 2021; los ingresos tributarios casi 21% respecto a agosto de 2021, mientras que el impuesto a las ventas (ITBMS) creció casi 25%. Los ingresos por peajes del Canal de Panamá han aumentado de manera sostenida desde 2019, y crecieron 5% en agosto de 2022 en comparación con el mismo período de 2021.

A pesar de haber sido uno de los países de la región más golpeados por la pandemia, en dos años ha mostrado una recuperación importante y según sus proyecciones, espera cerrar este 2022 con un crecimiento de 5%.

Costa Rica, un país de ingreso medio alto y considerado exitoso en términos de desarrollo, parece ser el ejemplo a seguir en la región centroamericana.

El Banco Mundial lo ubica como un país con crecimiento económico sostenido en los últimos 25 años y líder mundial por sus políticas y logros ambientales, que han ayudado al país a construir su Marca Verde.

El vecino del sur, que también tiene una de las tasas de pobreza más bajas de América Latina y el Caribe, ha tenido sólidos indicadores de desarrollo humano en las últimas décadas, ascendiendo en las clasificaciones mundiales por encima de los demás países de la región.

Sin embargo, la economía tica no escapará a las tensiones tensiones geopolíticas, indica el BM. “A través de una demanda externa más débil y un aumento de las presiones inflacionistas derivadas de la subida de los precios de los productos básicos (alimentos, energía y transporte). La inflación alcanzará el 5,7% en 2022 y 5.6% en 2023 debido a las persistentes presiones inflacionistas externas y a la reducción de la capacidad ociosa interna, preve el organismo”.

No obstante, el país ya ha demostrado, en otras circunstancias, la fortaleza para enfrentar situaciones adversas. Durante la pandemia, sus “ingresos colapsaron en medio de un aumento de los gastos a medida que el gobierno buscaba mitigar el impacto de la pandemia. Las tasas de desempleo casi se duplicaron, superando el 20 por ciento a mediados de 2020, y los ingresos familiares disminuyeron a pesar de la respuesta de emergencia del gobierno. Como resultado, la tasa de pobreza (US$6,85, en PPA de 2017) aumentó a 19,8 %” ese año.

Ante ello, “un sólido desempeño económico en 2021 y la disciplina del gasto permitieron una consolidación fiscal más rápida de lo esperado y comenzaron a mejorar los resultados sociales y del mercado laboral. El Producto Interno Bruto (PIB) se recuperó un 7,8 por ciento en 2021 después de la mayor caída en cuatro décadas en 2020. Un fuerte repunte en la fabricación, particularmente de equipos médicos, y una recuperación gradual en los servicios y la agricultura elevaron el PIB por encima de los niveles anteriores a la crisis. La tasa de pobreza (US$6,85, en PPA de 2017) se redujo rápidamente a 14,3 % en 2021 a medida que la economía se recuperaba”, indica el Banco Mundial en su sitio web.

Para este año, las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), indican que el PIB de Costa Rica crecerá un 3,2% y un 2,6% en 2023.  

El Banco Central de Costa Rica en su Informe Mensual de Coyuntura económica a Septiembre 2022 indica que el índice mensual de actividad económica (IMAE) registró una variación del 3,3% en julio 2022, lo que significa una desaceleración de 0,7 puntos porcentuales, respecto al mes previo y de 9,8 p.p. en relación con julio de 2021, cuando la producción del país registró el crecimiento más alto del 2021 (13,1%).

Detalla que el menor ritmo de crecimiento de la actividad económica se explica principalmente por las caídas registradas en la industria de la construcción, la agropecuaria y la administración pública. Aunado a lo anterior, si bien las actividades de transporte, alojamiento y restaurantes registraron crecimientos significativos, éstos son inferiores a los del año anterior, indica el informe.

“La inflación está contrarrestando los efectos del crecimiento económico y poniendo bajo presión el poder adquisitivo de los grupos de menores ingresos. A pesar de las medidas de asistencia social compensatorias, se prevé que la pobreza (línea de US$6,85, PPA de 2017) aumente modestamente al 14,4 % en 2022”, refleja el BM.