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Energías limpias

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La relación de Europa con la Energía Nuclear ha sido históricamente compleja y dinámica, oscilando entre el entusiasmo por sus posibilidades y las preocupaciones sobre su seguridad. No obstante, en los últimos años, ha resurgido un interés renovado en esta fuente de energía. La creciente demanda de electricidad, junto con la necesidad de reducir las emisiones de carbono y garantizar la seguridad energética, ha llevado a muchos países europeos a reevaluar su enfoque hacia la energía nuclear.

El año 2021 marcó un hito significativo para la energía nuclear en Europa. Con 13 países miembros de la UE involucrados activamente en la producción nuclear, el continente registró una producción total de 731,701 gigavatios hora (GWh), lo que representa un aumento del 7% con respecto al año anterior. Esta cifra representa más del 25% de la producción eléctrica total de la UE.

La relevancia de estos datos no debe subestimarse. En un momento en que la UE busca diversificar sus fuentes energéticas y reducir su dependencia de los combustibles fósiles, la energía nuclear se presenta como una alternativa potencialmente sostenible. Además, en el contexto de la creciente atención hacia la descarbonización y los ambiciosos objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, la energía nuclear se destaca como una fuente con bajas emisiones de carbono.

Sin embargo, según datos de Eurostat, la dependencia de Europa de la energía nuclear varía de un país a otro. Mientras naciones como Francia confían fuertemente en ella, otras como Italia han decidido no producirla debido a preocupaciones sobre la seguridad y el manejo de residuos nucleares.

En cuanto a los principales productores nucleares, Francia destaca como el líder en la UE, contribuyendo con un impresionante 52% al total europeo, equivalente a 403,195,482 GWh. Le siguen Alemania, Ucrania, Reino Unido y Suecia, todos con una participación significativa. Estos cinco países representan más del 83% de la energía nuclear producida en el continente.

España ha tenido una historia interesante en relación con la energía nuclear, siendo uno de los principales productores en Europa. En 2020, produjo 58,633 GWh, destacando su papel clave en la situación energética del país. A pesar de las preocupaciones globales sobre la seguridad nuclear, España ha adoptado un enfoque equilibrado que combina la necesidad de una fuente de baja emisión de carbono con las inquietudes sobre seguridad y gestión de residuos.

La energía nuclear constituye una parte significativa de su producción eléctrica total, lo que resalta el potencial de la energía nuclear como una solución sostenible en el mix energético europeo. Sin embargo, al igual que otros países, España enfrenta decisiones cruciales sobre el futuro de sus plantas nucleares y el camino a seguir ante los desafíos del cambio climático y la sostenibilidad.

El futuro de la energía nuclear en Europa sigue siendo motivo de debate. Por un lado, ofrece una respuesta de bajo contenido de carbono a la creciente demanda energética; sin embargo, plantea desafíos en términos de seguridad, manejo de residuos y costos. Además, el auge de las energías renovables, como la solar y la eólica, propone alternativas más sostenibles y potencialmente menos riesgosas.

La tarea de Europa será equilibrar las necesidades inmediatas de seguridad energética con los objetivos a largo plazo de sostenibilidad y reducción de emisiones. Dada la presión internacional hacia una mayor descarbonización, las decisiones de Europa en cuanto a la energía nuclear tendrán repercusiones globales.

La energía nuclear es un componente esencial en el abanico energético europeo, con varios países dependiendo de ella de manera significativa para su producción eléctrica. Será interesante observar cómo evoluciona esta tendencia en los próximos años, especialmente considerando los retos del cambio climático y la transición hacia fuentes de energía más limpias.

(Fuente: Comparador energético)

En tiempos de crisis energética y alza de los precios a nivel mundial, el desarrollo de fuentes alternativas se hace esencial para garantizar las necesidades energéticas de las naciones. Un 20% de la población mundial vive en 70 países con «excelentes condiciones» para el aprovechamiento de la energía solar, esto es, una producción a largo plazo de más de 4,5 kilovatios-hora (kWh)/kilowatios-pico (kWp) al día. Esto revela el informe “Global Solar Atlas” del Banco Mundial.

Si bien sólo los países de África superan en conjunto este umbral, América Latina y el Caribe ocupan un cercano segundo lugar con unos 4,48 kWh/kWp diarios. Una gran parte de este potencial se encuentra aún sin explotar en países de menores ingresos. Como afirma el informe, estamos ante «una oportunidad única para proporcionar servicios de electricidad asequibles, fiables y sostenibles a una gran parte de la humanidad, donde la mejora de las oportunidades económicas y la calidad de vida son más necesarias».

Tal y como muestra este gráfico de Statista, Chile es el primer país de la región en cuanto a rendimiento práctico de una instalación de energía solar a escala comercial, con un promedio de 5,36 kWh/kWp/día. Le siguen Bolivia, México y Perú, que superan una media diaria de 4,90 kWh/kWp. En Centroamérica, El Salvador y Guatemala se situaron a la cabeza, mientras que en el Caribe el primer puesto es para Haití, por delante de la República Dominicana y Puerto Rico.

Nota: El análisis incluye el potencial teórico, la temperatura del aire, la configuración del sistema, el sombreado y el territorio, así como las limitaciones topográficas y de uso del suelo.

Fuente: Statista

Desde el estallido de la guerra en Ucrania, el suministro fiable de gas ruso a Europa parece ser cosa del pasado. Por ello, muchos países europeos se han esforzado por encontrar fuentes de energía alternativas. Aunque la UE ha acordado un plan para reducir el consumo de gas natural este invierno en un 15% en comparación con la media de los últimos cinco años, no se prevé abandonar el gas como fuente de energía a corto plazo.

Una de las respuestas de Europa a esta crisis es el aumento de las importaciones de gas natural licuado (GNL). Al evitar el uso de gasoductos desde el este, las terminales de GNL abren una mayor variedad de proveedores potenciales. Uno de los principales beneficiarios de este cambio ha sido hasta ahora Estados Unidos. En la primera mitad de 2022, Estados Unidos se convirtió en el mayor proveedor de GNL del mundo, con el 71% de sus exportaciones destinadas a la UE y el Reino Unido.

Alemania, por ejemplo, que había desarrollado una importante dependencia de las entregas de gas de Rusia, ha anunciado la construcción de cuatro terminales de importación de GNL desde el inicio de la guerra. Sin embargo, como muestra esta infografía realizada con datos de Gas Infrastructure Europe, éstas serán las primeras terminales del país. ¿De dónde vendrá el gas? En gran parte, de Qatar. La empresa estatal Qatar Energy anunció a finales de noviembre que había llegado a un acuerdo con empresas alemanas, lo que supone un acuerdo de 15 años para comprar dos millones de toneladas de gas líquido. Las entregas comenzarán a partir de 2026, con la venta del gas por parte de Qatar a la empresa estadounidense ConocoPhillips, antes de su entrega a una de las terminales alemanas ya construidas para entonces.

¿Cuánta electricidad proviene de energías limpias en América Latina?

Aunque esto puede ser una solución a medio plazo, el uso del gas natural licuado es controvertido. La Agencia Federal de Medio Ambiente alemana afirma que el aumento del uso del GNL, especialmente en comparación con el gas transportado por gasoducto, no puede justificarse desde una perspectiva de política climática y eficiencia energética. No obstante, la agencia afirma que una expansión de la infraestructura de GNL en el transcurso de la transición hacia una energía más limpia podría contribuir a mejorar la seguridad del suministro.

Fuente Statista 

En tiempos de crisis energética y alza de los precios a nivel mundial, el desarrollo de fuentes alternativas se hace esencial para garantizar las necesidades energéticas de las naciones. Un 20% de la población mundial vive en 70 países con «excelentes condiciones» para el aprovechamiento de la energía solar, esto es, una producción a largo plazo de más de 4,5 kilovatios-hora (kWh)/kilowatios-pico (kWp) al día. Esto revela el informe “Global Solar Atlas” del Banco Mundial.

Si bien sólo los países de África superan en conjunto este umbral, América Latina y el Caribe ocupan un cercano segundo lugar con unos 4,48 kWh/kWp diarios. Una gran parte de este potencial se encuentra aún sin explotar en países de menores ingresos. Como afirma el informe, estamos ante «una oportunidad única para proporcionar servicios de electricidad asequibles, fiables y sostenibles a una gran parte de la humanidad, donde la mejora de las oportunidades económicas y la calidad de vida son más necesarias».

Tal y como muestra este gráfico de Statista, Chile es el primer país de la región en cuanto a rendimiento práctico de una instalación de energía solar a escala comercial, con un promedio de 5,36 kWh/kWp/día. Le siguen Bolivia, México y Perú, que superan una media diaria de 4,90 kWh/kWp. En Centroamérica, El Salvador y Guatemala se situaron a la cabeza, mientras que en el Caribe el primer puesto es para Haití, por delante de la República Dominicana y Puerto Rico.

Nota: El análisis incluye el potencial teórico, la temperatura del aire, la configuración del sistema, el sombreado y el territorio, así como las limitaciones topográficas y de uso del suelo.

Fuente Statista

La energía es el motor de la humanidad.  Sin ella no podríamos echar a andar la vida tal y como la conocemos. Sin embargo, hasta ahora hemos utilizado mayoritariamente la energía proveniente de combustibles fósiles, como el petróleo, el gas y el carbón, los cuales generan grandes cantidades de CO2, dañando al planeta. Es por eso que cada vez se hace más urgente y necesario obtener energías limpias, la esperanza de un futuro más sostenible que permita continuar en marcha sin agotar recursos.

En Nicaragua contamos con una serie de recursos naturales que nos han permitido explotarlos para generar energías renovables, con proyectos de energía eólica, geotérmica, hidroeléctrica y biomasa. Pero hay una energía renovable a nuestra disposición, de la que nadie habla: la del mar. Esta energía tiene un gran potencial y proyección.

Sara Fernández, especialista en Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Agencia Servicios de Luz, indicó que hay estimaciones que calculan que el debido aprovechamiento de este tipo de energía podría cubrir hasta el 20% de la demanda energética de toda Europa.

Destacó que existen distintas formas para aprovechar este tipo de energía renovable:  recogiendo la energía cinética producida por las corrientes marinas; aprovechando la energía que se produce por el movimiento de las olas; utilizando el descenso y ascenso de las mareas para permitir la entrada y salida del agua de las instalaciones que generan esta energía y así obtener electricidad; aprovechando las distintas temperaturas del mar, donde difiere entre la superficie y el fondo, para que con este intercambio de temperaturas se pueda crear energía.

Costas del pacífico nicaragüense con potencial

En el año 2017 las costas del pacífico de Nicaragua fueron visitadas por el oceanógrafo Tarmo Soomere, presidente de la Academia de Ciencias de Estonia, quien realizó un estudio desde León hasta San Juan del Sur. El científico determinó que las olas de nuestras costas tienen la suficiente frecuencia y potencia para producir energía.

El matemático y científico marino, que en ese momento realizó  una visita a la Academia de Ciencias de Nicaragua, afirmó que el país podría producir entre 5 y 10 kilovatios por metro de línea costera.

En el mundo existen diversos proyectos que se enfocan en utilizar al menos dos fuentes de energía renovable para obtener un mejor resultado. Este es el caso de la energía eólica flotante anclada al fondo marino mediante elementos flexibles, que se basa en la captación de energía por medio del viento, enfocando esta captación de energía en altamar para que así se pueda generar mayor potencia y electricidad, gracias a los vientos más fuertes, destaca la especialista.

 

Al producir cerca del 60% de su electricidad a partir de fuentes verdes, en América Latina y el Caribe se encuentra una de las redes eléctricas más limpias del mundo. Si bien la energía eólica y la solar han tenido un notable desarrollo en años recientes, la energía hidroeléctrica sigue generando la mayor parte de la electricidad en la región.

En 2021, la totalidad de la producción eléctrica de Paraguay provino de la explotación hídrica, así como tres cuartas partes de la de Costa Rica. Ambos países encabezan la generación de electricidad verde en Latinoamérica, como muestra este gráfico de Statista realizado con datos del think tank medioambiental Ember. Brasil es el quinto país latinoamericano que más apuesta por las energías limpias para producir electricidad, con más del 81%, detrás de Uruguay (84%) y Ecuador (82%).

Aun con las enormes posibilidades de desarrollo de las energías renovables, algunos países latinoamericanos optan por la explotación del gas natural para producir electricidad. En México, el gas pasó de suponer menos del 20% de la producción eléctrica a comienzos de siglo a más de la mitad en 2021. Argentina, por su parte, experimentó un aumento de unos diez puntos porcentuales en la electricidad basada en combustibles fósiles en el mismo periodo, representando casi el 70% de la electricidad generada el año pasado.

Fuente STATISTA 

Guatemala, la economía más grande de la región, con desafíos

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desarrolló un informe en donde cuentan como la región latinoamericana ha crecido y superado un sinfín de desafíos que hoy, están mejorando la calidad de vida de millones de latinoamericanos y caribeños.

A pesar que Latinoamérica nos ha dado noticias no tan alentadoras, pues se dieron problemas desde el cambio climático hasta los conflictos armados.

Energía limpia toma fuerza

300 días de energía limpia. Por cuatro año consecutivo, el país centroamericano, Costa Rica cerró el año 2018 generando más del 98% de su energía a partir de fuentes renovables.

Sus cinco embalses han sido la base de este éxito medioambiental, seguidos de la energía eólica, la geotermia y en menor medida de la biomasa y el sol.

A los avances en generación de energía se unen los de consumo: 200 autobuses eléctricos se sumaron al transporte público de Santiago de Chile. Por otra parte, la ciudad colombiana de Medillín está preparando la compra de otros 55 autobuses.

Disminuye la violencia

En 2011, Honduras tenía la tasa de homicidios más alta del mundo: 93 personas asesinadas por cada 100 mil habitantes. En este país la sensación de inseguridad y la desconfianza en la policía eran muy altas.

«Actualmente,  tras una ambiciosa reforma policial, la tasa de homicidios se ha reducido a más de la mitad y, aunque queda mucho trabajo, los hondureños ya reportan sentirse más seguros y su confianza en la policía se ha triplicado» señala el informe.

El de Honduras no es un caso aislado: Ecuador ha reducido la tasa de homicidios de 17,6 por cada 100.000 habitantes a 5,8 en tan sólo seis años gracias a una estrategia integral de seguridad respaldada por un aumento importante del presupuesto.

Participación laboral de las mujeres ha sido uno de los mayores impulsores del empleo

El movimiento feminista fue, sin duda, uno de los protagonistas del 2018 a lo largo y ancho de toda América Latina y el Caribe.

En  la última década, la participación laboral de las mujeres ha sido uno de los mayores impulsores del empleo en la región, especialmente en empleos formales y asalariados.

Entre 2000 y 2016, el porcentaje de mujeres que trabajan o buscan empleo de forma activa ha pasado del 58% al 65%.

Su mayor empoderamiento y autonomía económica tienen un importante impacto en el desarrollo económico de los países.

Guatemala, la economía con grandes desafíos

Más patrimonio, más historia

En el último año, Latinoamérica ha dado algunos de los pasos más importantes a nivel mundial en conservación medioambiental. El trabajo realizado por Belize para preservar el segundo arrecife de coral más grande del mundo ha recibido el reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y Chile ha declarado casi un tercio de sus aguas áreas marinas protegidas.

En tierra, Colombia ha creado el mayor parque nacional natural del país en la región amazónica de la Serranía de Chiribiquete; mientras que México ha conseguido no solo frenar la desaparición de jaguares, sino aumentar un 20% su número desde 2010. Ahora 14 países de la región se han sumado al plan de conservación de estos felinos junto a Naciones Unidas.