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El Salvador

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El Salvador, el más pequeño de los países centroamericanos, es la nación con menor crecimiento económico de la región este año, según las proyecciones de organismos internacionales, que lo ubican con una variación del Producto Interno Bruto (PIB) entre 2.4% y 2.6%, lo que podría significar una desaceleración económica para el país.

El Banco  Mundial, en su sitio web, lo ubica como un país con un “crecimiento económico modesto en las últimas décadas, con un crecimiento del PIB anual que superó el 3 por ciento solo dos veces entre 2000 y 2020”.

Sin embargo, destaca que el país logró una disminución significativa de la pobreza y la desigualdad, ya que la tasa de pobreza (basada en una línea de pobreza de US$5,5 por persona por día) disminuyó del 39 por ciento en 2007 al 22,3 por ciento en 2019. La pobreza extrema, medida en US$1,9 por día, disminuyó del 13 por ciento en 1995 al 1,5 por ciento en 2019. Impulsado por un crecimiento favorable a los pobres y más prosperidad compartida, El Salvador se convirtió en el país más igualitario de América Latina y el Caribe.

El país también está registrando una baja en las inversiones. Los datos más actualizados de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), indican que en 2018 recibió $412 millones en Inversión Extranjera Directa, el monto más bajo de Centroamérica; en 2019 fue de $696.3, el segundo más bajo; para 2020 y 2021 los datos preliminares, lo ubican en el penúltimo lugar.

Datos del Banco Mundial indican que la pobreza en El Salvador aumentó en 4,6 puntos porcentuales entre 2019 y 2020. “Sin embargo, las estimaciones indican que la pobreza habría aumentado hasta en 7,6 puntos porcentuales sin las medidas de mitigación implementadas por el Gobierno”. Se espera que la economía de El Salvador crezca un 2,4 por ciento en 2022 y un 2,0 por ciento en 2023, según el organismo.

Una de las principales amenazas para el desarrollo social y el crecimiento económico en El Salvador es el crimen y la violencia, según el BM. “La tasa de homicidios cayó de 103 por cada 100 mil habitantes a 20 por cada 100 mil habitantes entre 2015 y 2020, la más baja en dos décadas, pero sigue siendo alta en relación con otros países”, detalla.  

El país también tiene otras amenazas como el riesgo de eventos naturales adversos y su vulnerailidad a los impactos del cambio climático, indica. No obstante, “A pesar de estos desafíos, El Salvador tiene un gran potencial para impulsar un crecimiento económico dinámico, inclusivo y resiliente. El país puede continuar priorizando el aumento de las inversiones en capital humano para fomentar su acumulación y fortalecer la eficacia del sistema de protección social. El Salvador también puede mejorar la inversión pública y privada, promover el acceso a empleos de alta calidad y fomentar un sector privado más dinámico, competitivo e innovador. Para reducir las vulnerabilidades, el país también puede promover una política fiscal sostenible y equitativa, fortalecer la resiliencia al riesgo de desastres y pandemias y consolidar la gobernanza y las instituciones”, manifiesta el organismo en su sitio web.