La contraseña es ese código secreto al que todos acudimos en el momento que tomamos nuestro teléfono móvil para hacer una llamada o nos sentamos en la computadora para escribir un correo y, es que ahora todo, absolutamente todo, tiene una contraseña lo que hace que muchas personas se sientan abrumadas cuando deben crear una que sea fácil de recordar, pero difícil de adivinar. La contraseña es la llave que abre o da acceso a un sistema, dispositivo o servicio, es esa llave única con la cual mantenemos “seguros” nuestros activos y nuestra información. Lamentablemente con el paso del tiempo y con el crecimiento de servicios, sistemas y dispositivos, nos hemos visto en la necesidad de tener muchas contraseñas para cada uno de esos elementos que debemos salvaguardar. Esto nos plantea un gran reto para nosotros como usuarios, pues no queremos poner en riesgo ni exponer nuestra información. Nadie tiene una sola llave para abrir la casa, el carro, la oficina, el locker del gimnasio y hasta la caja de seguridad del banco, si la perdemos o alguien obtiene una copia tendría acceso a todo. Tampoco podemos tener llaves comunes o compartidas con otros. De la misma forma debemos manejar nuestras contraseñas.
Es usual que para crear nuestras contraseñas usemos nuestros elementos o información del dominio público, como nombres, apellidos, números de cedula, DNI, pasaporte, etc. que facilitan que otros descifren nuestro secreto. ¿Quieres tener una contraseña segura?, sigue estas efectivas recomendaciones: no uses la misma para todos los dispositivos o servicios; no uses números correlativos al final, cuando esta expire, es decir, Contraseña01, Contraseña02 etc.; no compartas tu contraseña con nadie; usa siempre, siempre un segundo factor de autentificación. Este último es quizás lo más importante; un segundo factor de autentificación es un servicio disponible en prácticamente TODOS dispositivos, aplicaciones y páginas existentes y consiste en añadir un elemento más de seguridad como puede ser un mensaje de texto (SMS) a tu celular o un código de verificación vía correo electrónico, si alguien sin autorización intenta acceder a tus sistemas o dispositivos. Si tu contraseña tiene tus datos personales, si usas la misma para todos tus accesos, si la compartes con otros y si no tienes un segundo factor de autentificación, lamento decirte que tu información y tus datos son más que vulnerables porque tu contraseña es el “secreto peor guardado”.
Panamá; 13 de julio del 2020.
Juan Carlos Paris Balleza