La quiebra del Silicon Valley Bank, cuyos principales clientes eran las empresas tecnológicas estadounidenses, ha causado temor y dudas sobre la salud del sistema bancario. Sin embargo, el Estado salió al rescate ayer domingo, cuando las autoridades federales de Estados Unidos intervinieron para garantizar que los ahorristas tengan acceso a sus fondos en SVB, y se hicieron cargo de una segunda entidad bancaria.
Hoy lunes, los principales índices bursátiles estadounidenses abrieron a la baja, pero luego pasaron a terreno positivo en un mercado volátil. First Republic Bank, con sede en San Francisco, se desplomó más del 70% y el analista Quincy Krosby expresó su preocupación respecto a que cada vez más minoristas se preocupen por la seguridad de sus bancos y depósitos, según declaraciones a medios internacionales.
Los clientes del Silicon Valley Bank podrán acceder hoy lunes a todo su dinero, tanto a los depósitos asegurados como a los no asegurados, lo que supone un gran alivio para sectores de la industria tecnológica que habían hecho del SVB su banco de referencia.
«Los depositantes tendrán acceso a todo su dinero a partir del lunes 13 de marzo», declararon el domingo en un comunicado conjunto el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal y la Federal Deposit Insurance Corp. «Ninguna pérdida asociada a la resolución del Silicon Valley Bank correrá a cargo del contribuyente».
”Los estadounidenses pueden confiar en que el sistema bancario es seguro. Sus depósitos estarán allí (disponibles) cuando los necesiten”, dijo Biden en declaraciones televisadas desde la Casa Blanca después de que ocurriera la quiebra. Aunque tranquilizó a los depositantes, el mandatario destacó la necesidad de una regulación más estricta para prevenir futuras crisis.
La mayoría de los observadores del mercado financiero son optimistas y no esperan una situación comparable a la crisis financiera de 2008, sin embargo, aumentan las probabilidades de una recesión.
Esta es la mayor quiebra de un banco estadounidense desde el año 2008, después de que sus clientes, la gran mayoría empresas tecnológicas emergentes, se preocuparan por el estado de la entidad y retiraran los depósitos.
La enorme pérdida de depositantes obligó a la compañía a vender con pérdidas una cartera de 21,000 millones de dólares de cara a poder obtener algo de liquidez. Todo ello ha originado una fuerte salida de dinero con continuas recomendaciones de gestoras para que los inversores salgan corriendo de la compañía.
Todo ello, ha causado incertidumbre y dudas respecto al sistema bancario. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen brindó declaraciones a CBS, ayer domingo, afirmando que el sistema bancario de Estados Unidos es seguro, está bien capitalizado y es resistente.
Fuente: Noticias de agencias internacionales