Turismo

Popoyo, un pedacito de paraíso en Nicaragua

Popoyo, un tesoro costero en el sur de Nicaragua que ha pasado a ser un destino turístico en ascenso. En este paraíso frente al mar, el sol, la playa, la determinación y colaboración de inversionistas y emprendedores ha transformado gradualmente el paisaje y ofrece a los visitantes una experiencia única de serenidad y autenticidad.
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Visitar Popoyo es sumergirse en un refugio paradisíaco, donde el sol, la playa, las olas del mar y los paisajes cautivan con su belleza y serena calma. Este rincón costero ofrece algo más que simples vacaciones; es una experiencia de desconexión total del bullicio urbano.

Recorrer las calles de Popoyo es adentrarse en una comunidad cálida y acogedora, donde hay rostros conocidos, se siente confianza, seguridad y las preocupaciones se disipan. Surfistas desfilan con sus tablas y pasan el día entero montando las olas, bañistas deambulan por las orillas del mar, y en cada rincón se respira una serenidad que solo la naturaleza intacta puede proporcionar. Aquí, el tiempo se desliza con calma, y el apresurado ritmo de la ciudad queda olvidado. Popoyo no solo es un destino, es un remanso de tranquilidad y autenticidad.

Infraestructura turística florece

Esta localidad costera, ubicada en el municipio de Tola, departamento de Rivas, Nicaragua, ha experimentado un notable crecimiento turístico y de inversiones en los últimos 10 años, convirtiéndose en un auténtico imán para visitantes de todo el mundo. Esta tendencia ha sido impulsada principalmente por la expansión de opciones de alojamiento, desde campamentos hasta hoteles y resorts.

Los primeros hoteles de la zona fueron Magnific Rock, Buena Onda y Rancho Santana.  Actualmente, en la zona hay diversas opciones y el turismo se ha convertido en el principal motor económico de la zona.

La temporada alta en Popoyo va de noviembre a marzo, cuando turistas canadienses, franceses, alemanes y estadounidenses buscan escapar del crudo invierno en sus países.  Estas playas también son visitadas por los surfistas de La Florida, USA, por la temporada de surf que empieza en marzo y se extiende hasta agosto, indicó Manuel Bonds, inversionista canadiense, copropietario del hotel Café con Leche.

La diversidad de turistas ha contribuido a la vitalidad de la zona. Popoyo ha pasado de ser un destino poco conocido a un lugar imprescindible en el mapa turístico mundial, gracias a la visión y el esfuerzo continuo de empresarios inversionistas que contribuyen a la floreciente comunidad de Popoyo.

El compromiso de la comunidad para apoyar las inversiones y el crecimiento es evidente y ha marcado un cambio significativo. La oferta va desde el exclusivo resort Magnific Rock, hasta puestos de comida y pulperías locales, pasando por bares, restaurantes como La Loma del Sabor, fritangas y campamentos. El buen servicio, la atención al cliente y la calidez es una constante en cada local y la colaboración entre comercios locales y extranjeros, como una sola comunidad, para lograr un crecimiento en la zona, es evidente.

Esta colaboración comunitaria también se ve reflejada en eventos de limpieza, especialmente durante feriados y Semana Santa, cuando la afluencia de visitantes a la playa es mayor. “Hablamos entre toda la comunidad y hacemos una gran limpieza desde Magnific Rock hasta Rancho Santana. Este año la playa estuvo increíblemente limpia, la gente estuvo muy respetuosa de la naturaleza”, dijo Manuel.

Café con leche, una historia de amor a primera vista con Nicaragua

Popoyo, paraíso en NicaraguaEl canadiense Manuel Bonds, copropietario del hotel Café con Leche, cuenta que junto con su hermano Marc, adquirieron un lote en 2014 y comenzaron la construcción, inaugurando la habitación principal en julio de 2015 y recibiendo a sus primeros clientes ese mismo mes.

Desde sus inicios, el negocio experimentó un auge impresionante y a pesar de enfrentar desafíos como la pandemia, la determinación de los Bonds ha sido inquebrantable, confiando en la mejora constante de la situación.  «Siempre estuvimos acá con fe y determinación de no dejar el proyecto, tener el corazón de que se iba a mejorar de nuevo. 2023 fue un año increíble, una estación muy buena. Vamos a ver el 2024, a ver qué dice el futuro, pero creemos que será una muy buena estación», afirmó con optimismo.

Popoyo, paraíso en Nicaragua
Manuel y Marc Bonds en la Terraza de Café con Leche

La conexión de los Bonds con Nicaragua va más allá de su inversión hotelera. Manuel recuerda que su hermano Marc, mientras surfeaba en Panamá, conoció al propietario del hotel y resort Magnific Rock, partir de esa amistad visitó Nicaragua y se enamoró del país. Manuel también estuvo un tiempo en Nicaragua y al poco tiempo de haber regresado a Canadá recibió la propuesta de invertir, de parte de su hermano. Fue así que los ambos decidieron unir fuerzas para invertir en el prometedor lote en Popoyo.

Manuel afirma que, a pesar de viajar extensamente por Latinoamérica, Nicaragua sigue siendo el país más hermoso a sus ojos. “Me gusta Nicaragua por su gente, su cultura, su gastronomía, su naturaleza, las vistas, las olas, todo. Fui a Panamá, México, El Salvador, Guatemala, todos los países de Latinoamérica, y Nicaragua fue el mejor país del mundo, a mis ojos. Yo viaje bastante, pero Nicaragua es el país más lindo”, dice.

Los nicaragüenses son muy agradables, gente que tienen un corazón enorme y que quieren ayudar a toda la gente; a mi me fascina bastante, te saludan desde el otro lado de la calle. Para nosotros, los occidentales, no es común, cada quien anda enfocado en lo suyo, no saludamos a una persona que no conocemos, aquí la gente lo hace y eso me fascina, me encanta demasiado. También es un país al que es fácil viajar, el transporte es fácil, todo es fácil. El país es lindísimo».
Manuel Bonds, Canadiense.

Cafe con Leche ofrece siete habitaciones con baño privado, aire acondicionado y desayuno incluido. Asimismo, cuenta con restaurante, bar, piscina y una bella terraza frente al mar.  Este fresco y bonito lugar tiene muy buena reputación gastronómica y los sábado ofrece asados famosos en la zona y que aglutina a más de 40 personas.  Los precios en este hotel están entre los 75 y 90 dólares la noche.

Este encantador hotel frente al mar no siempre lució así; su transformación ha sido gradual, manifestando los resultados de la dedicación y persistencia de los hermanos Bonds. Las inversiones se han materializado paso a paso, evidenciando la visión a largo plazo y el arduo trabajo que ha moldeado este hermoso rincón.

 

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