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A lo largo de 2024, la economía guatemalteca ha mostrado un desempeño sólido, pero no exento de retos. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real, estimado en un 3.3% para este año, refleja la resiliencia de la economía en un entorno global caracterizado por incertidumbre económica y volatilidad en los mercados internacionales. Sectores como el comercio, la construcción y los servicios financieros continúan liderando el crecimiento, lo que indica una base diversificada que sostiene la actividad económica del país.

Sin embargo, este crecimiento también debe ser analizado en el contexto de las presiones inflacionarias que ha enfrentado Guatemala. La inflación acumulada hasta septiembre se situó en un 4.54%, dentro del rango objetivo del Banco de Guatemala, pero superior a la del año anterior. Este incremento ha sido impulsado principalmente por el aumento de los precios de los alimentos y los combustibles, que ha afectado tanto a los consumidores como a las empresas. A pesar de los esfuerzos del Banco Central para controlar la inflación a través del ajuste en las tasas de interés, los desafíos persisten, en particular en un entorno global donde los precios de las materias primas siguen siendo volátiles.

El Banco de Guatemala ha respondido a estas presiones mediante un ajuste de las tasas de interés, que ahora se sitúan en un promedio ponderado de 18.19% para préstamos en moneda nacional. Este aumento, si bien es efectivo para frenar la inflación, plantea un reto importante para la inversión interna y el consumo, ya que encarece el crédito tanto para los hogares como para las empresas. En moneda extranjera, la tasa de interés es algo más baja, con un promedio de 7.92%, lo que sugiere que el país sigue siendo atractivo para ciertos tipos de inversión extranjera, aunque a un ritmo más moderado.

En cuanto al tipo de cambio, la estabilidad del quetzal frente al dólar, con un promedio de 7.80 quetzales por dólar, ha sido una de las fortalezas de la economía guatemalteca en 2024. Esta estabilidad ha sido respaldada por las robustas reservas internacionales, que a septiembre alcanzaron los 15,300 millones de dólares. Estas reservas no solo proporcionan un colchón ante posibles choques externos, sino que también refuerzan la confianza en la política cambiaria del país.

A pesar de estos indicadores positivos, la Inversión Extranjera Directa (IED) ha mostrado signos de contracción, con un total de 980.7 millones de dólares hasta septiembre de 2024. Este descenso puede atribuirse a varios factores, entre ellos la creciente competencia regional y ciertas percepciones de riesgo político, que afectan la capacidad del país para atraer flujos de capital. Sin embargo, es importante señalar que Guatemala sigue siendo un destino atractivo para inversiones a largo plazo, especialmente en sectores como la agroindustria y las tecnologías de la información.

Las remesas familiares continúan siendo un pilar clave de la economía guatemalteca, con un crecimiento interanual de aproximadamente el 10%, alcanzando los 13,700 millones de dólares. Este flujo de capital no solo sostiene el consumo interno, sino que también refuerza la estabilidad social en un contexto donde muchas familias dependen de estas transferencias para su subsistencia. En este sentido, las remesas no solo son un indicador económico, sino también un reflejo de las conexiones internacionales que influyen directamente en el bienestar de muchos hogares guatemaltecos.

De cara al futuro, se espera que Guatemala mantenga un crecimiento económico moderado, sostenido en gran medida por el consumo interno y el flujo constante de remesas. Sin embargo, la economía sigue enfrentando riesgos, particularmente relacionados con la inflación y el costo del crédito, que podrían frenar la inversión y el crecimiento del sector privado. Las políticas fiscales y monetarias del gobierno y el Banco Central seguirán siendo determinantes para asegurar la estabilidad económica y la confianza de los inversores, tanto locales como internacionales.

En resumen, la economía guatemalteca ha mostrado un desempeño robusto en 2024, con un crecimiento sostenido y una estabilidad cambiaria admirable. No obstante, la inflación, las altas tasas de interés y la reducción de la inversión extranjera directa son factores que deberán ser gestionados cuidadosamente para mantener el ritmo de crecimiento y fomentar un entorno más favorable para la inversión.

Fuente de información Banco de Guatemala 

La inflación de los alimentos se ha convertido en un desafío preocupante en numerosas regiones del mundo, impactando de manera significativa en la economía y el bienestar de las personas. El alto costo de los alimentos afecta directamente el presupuesto de los hogares, especialmente aquellos con menores ingresos, quienes destinan una parte considerable de sus recursos para cubrir sus necesidades básicas. Esta situación puede generar dificultades para acceder a una alimentación adecuada y equilibrada, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y el bienestar de las comunidades.

El contexto mundial, con un conflicto entre Ucrania y Rusia, suscitado justo cuando se estaba saliendo de la pandemia globla, ha generado consecuencias nefastas para el mundo entero y América Latina no es la excepción. Todos ellos batallan con este fenómeno, pero para algunos la situación ha sido más critica que para otros.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Venezuela es el país de América Latina en donde los ciudadanos deben destinar mayor presupuesto a alimentación, ya que registra la inflación más alta en alimentos durante septiembre de 2022, en comparación con el mismo mes del año 2021, alcanzando un 110,4%. En segunda posición se encuentra Argentina con 86,6%.

En cambio, Bolivia, Panamá y Ecuador son los países con la menor inflación anualizada de alimentos para la misma fecha. Bolivia registró un modesto incremento del 2,2%, seguido por Panamá con un 5% y Ecuador con un 7,1%.

Los datos de la FAO indican que el promedio de inflación anualizada de alimentos en la región se situó en un 43,9% en septiembre de 2022, mientras que a nivel global no superó el 23%.

En Centroamérica son los costarricenses quienes deben destinar un mayor gasto a alimentación, ya que Costa Rica lidera la región con un incremento del 21.8%. Le sigue Nicaragua con un 17.1%, Honduras con un 16.2%, El Salvador con un 13.5%, Guatemala con un 13.1% y Panamá con un 5%.

altos costos de los alimentos
Infografía: Statista

América Latina experimentará un ligero crecimiento en sus economías durante este 2023 y seguirá enfrentando el desafío de inflaciones elevadas, según prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último Informe de Perspectivas Económicas Globales, publicado ayer.

El documento indica que se espera que Latinoamérica registre un crecimiento del 1.6% en 2023, cifra significativamente inferior al 4% registrado en 2022. Asimismo, se prevé que la inflación continúe siendo elevada en muchos países de la región, como en Argentina, donde se proyecta una inflación superior al 98%, y en Venezuela, donde se prevé una inflación del 400%.

El informe proyecta que México crecerá 1.8% en 2023 y 1.6% en 2024, mientras que la inflación en ese país será de 6.3% este año y 3.9 % en 2024. Se espera que Chile pierda un punto porcentual del PIB este año y crezca 1.9% en 2024, año en el que tendrá una inflación de 4%.

Para Colombia se prevé un crecimiento del 1% en 2023 y del 1.9% en 2024. La inflación crecerá este año, hasta el 10.9 %, y en 2024 será de 5.2%, según las proyecciones del FMI.

Brasil crecerá sólo un 0.9 % este año y 1.5% el año que viene, mientras que la inflación será de 5% este año y de 4.8 % el próximo año.

Estos datos reflejan los desafíos económicos que aún enfrentan los países de Latinoamérica, sin embargo, la región ha demostrado una gran capacidad de resiliencia ante las adversidades. Directivos de organismos internacionales han destacado la capacidad de los países latinoamericanos para adaptarse a situaciones de incertidumbre y para implementar políticas efectivas en momentos de crisis.

Centroamérica con mayor crecimiento

El informe, presentado por el director de investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, indica que Centroamérica y el Caribe tendrán un mayor crecimiento, alcanzando hasta un 3.8% en 2023 y 2024, mientras que la inflación será de 5.5% este año, y 4% el año próximo.

En Centroamérica se proyecta que este año el país con mayor crecimiento sea Panamá con 5%, seguido de Honduras (3.7%), Guatemala (3.4%), Nicaragua (3.0%), Costa Rica (2.7%) y El Salvador (2.4%). Mientras que el próximo año se espera que Panamá crezca 4% y le sigan Honduras (3.5%), Guatemala (3.5%), Nicaragua (3.3%), Costa Rica (3.2%) y El Salvador (1.9%).

Lee también: Remesas crecen en más del 60% en Nicaragua

Nota corta

Los temas que más preocupan actualmente a los ciudadanos son la inflación y la pobreza. Este es el resultado de una encuesta de Ipsos realizada a alrededor de 19.500 personas en 29 países entre enero y febrero de este año. Así, el 43% de los entrevistados aseguró que la inflación es uno de los principales problemas que enfrenta su país en la actualidad, mientras que la preocupación por la pobreza y la desigualdad social obtuvo el 32% de las menciones.

Además, los participantes en la encuesta mostraron inquietud por temas como la delincuencia y la violencia (27%), el desempleo (27%) y la corrupción (25%). La pandemia de coronavirus, que hace un año aproximadamente se situaba como la mayor preocupación mundial, no aparece entre las ocho principales inquietudes mostradas en el gráfico, sino que ocupa el 12º lugar: el 9% de los encuestados afirmaron seguir preocupados por el tema.

Fuente: Statista

El más reciente Informe sobre el comportamiento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) febrero 2023, publicado por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), la inflación de febrero, medida por la variación mensual del IPC, fue de 1.08 por ciento (0.91 % en febrero 2022). En tanto, la inflación acumulada fue 1.18 por ciento (1.62 % en febrero 2022), y la inflación interanual se situó en 11.10 por ciento (7.75 % en febrero 2022). Por su parte, la inflación subyacente interanual fue de 9.36 por ciento (6.01 % en febrero 2022).

Según los datos del Inide, en la inflación mensual se observó contribuciones positivas en once de las doce divisiones que conforman la canasta del IPC, destacándose los aumentos de precios en las divisiones de: Educación (4.27 %), con un aporte de 0.246 puntos porcentuales (pp.); Alimentos y bebidas no alcohólicas (0.60 %), con una incidencia de 0.225 pp.; y Bebidas alcohólicas y tabaco (13.94 %), con una contribución de 0.201 pp.; que de forma conjunta contribuyeron con 0.672 pp. a la variación del mes. Lo anterior fue atenuado por las disminuciones de precios registradas en la división de Recreación y cultura (-0.16 %), con una incidencia de -0.006 pp, indica el informe.

Al respecto, el reconocido economista nicaragüense, Néstor Avendaño, indica en su Blog que “a lo largo de diez meses consecutivos, que corresponden al período mayo 2022-febrero 2023, la tasa de inflación interanual de precios al consumidor se ha mantenido con dos dígitos porcentuales.

Agrega que “las dos lecturas inflacionarias anualizadas son reaceleraciones leves en relación con las registradas en enero de este año, pero muy por encima de la tasa anualizada de inflación subyacente ‘natural’ del mercado local, que la ubico en el rango de 4.0%, 4.5%. La inflación es muy alta, al reafirmarse en el rango de 10%, 12% y está demostrando ser más rígida de lo esperado”.

De las 12 divisiones de bienes y servicios del IPC, las que experimentaron mayor aumento interanual de sus precios en febrero 2023 fueron Restaurantes y hoteles (16.64%), Bebidas alcohólicas y tabaco (15.80%), Alimentos y bebidas no alcohólicas (15.23%) y Transporte (12.12%).

El análisis publicado en el Blog de Consultores Para el Desarrollo Empresarial (COPADES) indica que para 2023, el Banco Central de Nicaragua (BCN) apunta a una inflación anual ubicada en el rango de 5%, 6%, y proyecta la tasa de crecimiento económico del país en el rango de 3%, 4%.

“La subida anual de precios al consumidor en el mercado local pronosticada por Consultores Para el Desarrollo Empresarial (COPADES) es 5.9%. Cabe señalar que el ‘efecto base’ alto del IPCG de 2022, que reflejó una tasa de inflación anual de 11.6 %, implica que la tasa de inflación interanual comenzará a desacelerar en 2023, pero en febrero persiste y se ha estacionado en un nivel muy cercano a 11%, que fue alcanzado en julio de 2022”, indica.

“COPADES también pronostica que la economía de Nicaragua en 2023 tiende a mostrar un ritmo de crecimiento de 3.1%, aunque desacelerado y por debajo de la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) Potencial, sin el riesgo del restablecimiento de los elevados precios de los alimentos y de los combustibles en el caso de que se prolongue el conflicto geopolítico-militar entre Rusia y Ucrania”, agrega.

En su análisis, el economista manifiesta que “la política monetaria no pudo ‘enfriar’ los precios al consumidor en una economía que se está calentando un poco. A medida que se incrementaba la TRM, las tasas de interés activa de corto plazo y pasiva con plazo de 1 mes del sistema financiero nacional permanecieron estables en sus rangos de volatilidad, no se redujo el crédito al sector privado, los precios al consumidor se aceleraron por la reducción de la oferta mundial de alimentos y combustibles causada por el conflicto geopolítico-militar (sus precios internacionales comenzaron a disminuir a finales de 2022) y el salario nominal promedio mensual del empleo formal ya estaba ‘frío’ porque reflejaba un continuo deterioro de su poder adquisitivo desde junio de 2018. Además, el sector real de la economía nicaragüense no mostraba un exceso de la demanda interna real del sector privado respecto al PIB Real, debido al apropiado control de las autoridades gubernamentales sobre la emisión de dinero y el fortalecimiento de la posición de las reservas internacionales, que ha garantizado la estabilidad del tipo de cambio. Cabe destacar que tanto el crédito del sistema financiero nacional al sector privado como el empleo formal se desplomaron en el país entre 2018 y 2020, impactados por tres crisis no económicas, una nacional de índole política y dos de orden mundial -la pandemia del COVID y el conflicto geopolítico-militar entre Rusia y Ucrania-”.

Fuente: Blog de Néstor Avendaño

El costo de vida ha aumentado considerablemente en los últimos meses. A la subida de los precios de la energía, que alcanzó un punto álgido en agosto de 2022, se ha añadido el notable incremento experimentado por la comida y la bebida a nivel global, especialmente en el caso de los grupos básicos de productos como los cereales o los lácteos. Estos últimos, por ejemplo, eran un 25% más caros en julio de 2022 que durante el mismo mes del año anterior. Y si bien es cierto que los países en vías de desarrollo parecen acusar más este tipo de inflación, con Zimbabue y Venezuela situándose por encima del umbral del 150%, se trata de un problema que no entiende de fronteras. La alta demanda de los bancos de alimentos en naciones del “primer mundo” como Reino Unido son solo una prueba más de que cada vez es mayor el número de familias que tienen dificultades para poner comida encima de la mesa.

El comportamiento de los consumidores

De acuerdo a un reciente estudio, el 65% de los consumidores que acuden a tiendas físicas y alrededor del 55% de los compradores online a nivel mundial reconocen haber sentido el impacto de la subida de los precios en los alimentos. Es más, no es para nada un dato menor el hecho de que una importante proporción de la sociedad mundial afirme tener dificultades financieras debido a los mayores costes de los bienes de primera necesidad en la actualidad, siendo los millennials los que parecen estar sufriendo más las consecuencias de la inflación en este sentido. Ante este panorama, son muchos los que han empezado a usar cupones de descuento o a decantarse por productos más baratos o en oferta para tratar de reducir el gasto. De hecho, este es cambio más común en el comportamiento de compra de los consumidores en todo el mundo, seguido por dejar de adquirir artículos no esenciales o salir menos a cenar.

La razón detrás del aumento de los precios de los alimentos

Pero ¿a qué se debe esta situación? Todo se remonta a 2020. Las medidas de cuarentena obligatorias implantadas mundialmente debido a la pandemia de COVID-19 tuvieron un fuerte impacto en las cadenas de suministro, dando lugar a la tan extendida imagen en aquellos días: supermercados prácticamente vacíos debido a la escasez de productos. Esto derivó en un paulatino aumento del precio de la cesta de la compra a comienzos de ese verano que, en mayor o menor medida, se mantuvo en los meses siguientes. Sin embargo, las cosas empeoraron con la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.

Tanto Rusia como Ucrania son responsables de gran parte del comercio internacional de productos agrícolas esenciales, utilizados para el consumo humano y para la alimentación de animales de granja. Concretamente, ambas naciones se posicionan hoy en día como dos de los máximos exportadores de trigo del mundo, con un volumen de envíos que supera los 30 millones de toneladas métricas en el caso del país presidido por Vladimir Putin. No solo eso, entre los dos estuvieron detrás de más del 75% de las exportaciones de aceite de girasol durante la campaña 2020/2021 y su peso en 2021/2022 se esperaba que fuera todavía mayor según las últimas previsiones.

Pero el conflicto bélico ha afectado a la producción agraria de los implicados, además de tensar las relaciones comerciales entre estos —sobre todo en el caso de la antigua tierra de los zares con los Estados occidentales—. Ello ha desencadenado también un aumento del coste de los combustibles fósiles tras los recortes del país eslavo en el suministro, esenciales a su vez para el correcto funcionamiento del sector agropecuario y la industria alimentaria en general. No en vano, Rusia es el principal proveedor europeo de gas y petróleo y uno de los pesos pesados del panorama global. Su posición en el mercado energético la han tenido que suplir otras naciones como Estados Unidos. Esto se ha traducido en un considerable esfuerzo económico por parte de muchas naciones para comprar energía, más aún si se tiene en cuenta la devaluación experimentada por monedas como el peso argentino o el euro con respecto al dólar estadounidense. ¿El resultado? El desabastecimiento y un reforzamiento del constante encarecimiento de los alimentos. Solo durante el primer trimestre de 2022, los precios se incrementaron en más de un 20%, alcanzando un máximo histórico en marzo. En dicho mes, el índice de precios de alimentos de la FAO –FFPI por su nombre en inglés- alcanzó los 159,7 puntos. Desde entonces, las cifras han bajado levemente, aunque todavía se encuentran por encima de los 135 puntos.

En esta subida también han desempeñado un papel clave las malas cosechas de maíz y otros cultivos, así como los brotes de gripe aviar en Estados Unidos y Francia, que redujeron el suministro mundial de huevos, y las diferentes ramificaciones de las fuertes crisis políticas nacionales en varias regiones del planeta como América Latina.

Estas Navidades estarán marcadas por cierta vuelta a la normalidad tras la pandemia, pero también por el incremento generalizado de los precios, que sin duda afectará a las compras y celebraciones durante este periodo del año.

Según un estudio llevado a cabo en 12 países —entre los que se incluyen España, Chile y Brasil—, de media, el 85% de la población de los países analizados declara sentirse entusiasmada con las celebraciones navideñas e incluso un tercio dice estarlo más que el año pasado. Sin embargo, ese entusiasmo choca con el nivel de estrés que siente la gente frente al actual contexto inflacionista. En promedio, cerca de nueve de cada diez encuestados dice sentirse estresado ante el impacto del aumento de los precios y el 55% lo está más que el año pasado.

España presenta un escenario similar, pues un 54% de los entrevistados declara sentirse más estresado que el año pasado ante las celebraciones de fin de año y Navidad debido al incremento de los precios. El porcentaje es algo inferior en Chile (46%), mientras que Brasil (28%) registra el más bajo de entre las naciones analizadas. En el extremo opuesto se sitúa Rumanía, con el 74% de los encuestados afirmando sentirse más estresado este año debido a la inflación.

Este nivel de estrés definirá sin duda cómo serán estas Navidades, pues, de media global, la mitad de los encuestados prevé que el aumento de los costes tenga un impacto significativo en sus compras navideñas y el 40% afirma lo mismo para sus celebraciones.

Fuente Statista

 

La inflación afecta actualmente al mundo entero, pero en algunos países el problema es más grave que en otros. Es el caso de Argentina, en donde ya se habla de hiperinflación, pues según las previsiones para diciembre, la inflación se aproximan al 100%. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) difundidos recientemente, los precios subieron un 6,3% en octubre con respeto a septiembre; acumulando un 88% interanual y un 76,6% desde enero.  El resultado de octubre supone el fin de la curva descendente que la inflación había iniciado en julio, cuando alcanzó el 7,4%.

Los altos precios se notan especialmente en los costos de vivienda, electricidad, agua y gas, como resultado de la reducción de los subsidios a la energía y el incremento en las tarifas de los servicios públicos que pagan los hogares. Los alimentos se mantuvieron apenas por debajo del promedio del mes, un 6,2%. Por fuera del promedio, el incremento se sintió más en verduras y frutas, con una subida del 9%.

En este contexto, la semana pasada entró en vigor un nuevo listado de precios máximos para más de 1,800 productos, con el propósito de mantenerlos al menos durante cuatro meses, según un acuerdo del gobierno argentino con fabricantes de productos de consumo básico y supermercados.

El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, dijo que el programa no resuelve por sí solo el problema de la inflación, sino que se requiere de una política fiscal “ordenada” y de acumulación de reservas monetarias.

El gobierno de Argentina y el Fondo Monetario Internacional corrigieron al alza la proyección de inflación para 2022, hasta un rango del 90-100 %, y la de 2023, al 55-65 %. Sin embargo, los pronósticos privados más recientes, que recaba mensualmente el Banco Central, señalan que la inflación será este año del 100% y en 2023, del 90%.

Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, en declaraciones a efe, indicó que “Argentina es un caso casi único en el mundo del siglo XXI, con una inflación no solo alta, sino que además persiste por casi dos décadas”.

Indicó que en noviembre y diciembre se esperan tasas de inflación por encima del 6 %, con lo que el año cerraría con una inflación de 105 %.

Como un “huracán económico” que repercutirá en todo el mundo, fue calificado el fenómeno que se podría desatar en un futuro próximo  debido a la inflación y las acciones tomadas por el Gobierno de Estados Unidos y la Reserva Federal (Fed). La alerta del “huracán” la dio Jamie Dimon, CEO de JPMorgan, la voz más influyente de Wall Street, frente a la incertidumbre económica que atraviesa ese país norteamericano, según un informe publicado recientemente .

El especialista prevé que los estadounidenses “verán una política monetaria contractiva que disminuirá la cantidad de liquidez dentro de la economía” y su preocupación se basa en que el Banco de la Reserva Federal y el Gobierno de Joe Biden descontinúen sus programas de estímulo financiero, iniciados durante la pandemia para mantener la economía a flote.

En los últimos dos años “el dinero fluyó libremente con tasas de interés” en Estados Unidos, consecuencia de haberlas mantenido “artificialmente bajas”, lo que provocó que “los precios de los bienes raíces, el mercado de valores y las criptomonedas en los EE. UU. se dispararon más”, detalla el informe.

En este contexto, en el que los precios de las bienes raíces, el mercado de valores y las criptomonedas se encuentran en tendencia alcista, Dimon y otros expertos señalaron que es necesario reducir los costos que conllevan: “Con una nueva mentalidad contra el despilfarro, es probable que vea más empresas de tecnología despidiendo trabajadores y congelando las contrataciones”, advirtió.

Las recomendaciones del especialista de Wall Street

El presidente y director ejecutivo de JPMorgan Chase no se limitó a augurar el desastre económico, brindó sus recomendaciones sobre cómo respaldarse:

  • Asegúrese de estar en un trabajo seguro. Habla con tu supervisor para saber qué está pasando en la empresa y si deberías preocuparte o no. Si hay alguna duda sobre su futuro dentro de la organización, inicie una búsqueda de empleo de inmediato”.
  • «Si eres un trabajador remoto o híbrido, vuelve a la oficina. Es posible que no desee el viaje diario, pero hay algo llamado “sesgo de proximidad”. Si su jefe y los ejecutivos de nivel superior siempre lo ven trabajando duro, es más probable que lo retengan, en comparación con un compañero de trabajo que es solo una pequeña cabeza en una caja de video”.
  • «Es posible que te hayas burlado de los miembros de la Generación Z que se dedican a actividades paralelas o hacen videos en Tik Tok. En los tiempos difíciles en los que se encuentra la gente, es una decisión inteligente diversificar sus fuentes de ingresos. Si depende únicamente de un salario y desaparece cuando lo despiden, hay mucho miedo”.
  • “Busque otros medios para ganar dinero extra para superar los tiempos difíciles. Busque oportunidades en la economía informal, acepte proyectos de otras empresas y busque sitios de trabajo que ofrezcan asignaciones a corto plazo”.
  • “Similar al consejo que el capitalista de riesgo ofreció a sus empresas de cartera, reduzca los gastos, no haga grandes gastos y pague sus tarjetas de crédito y otros préstamos que tienen altas tasas de interés”.
  • Mantener las cosas en perspectiva. Estados Unidos disfrutó de una fiebre del azúcar en los últimos años, con ganancias récord en los mercados bursátiles y criptográficos, así como en bienes raíces. Con la reapertura de la economía, hubo una demanda sobredimensionada de trabajadores y abundaron los puestos de trabajo.

América Latina tiene ante sí, nuevos y desafiantes retos dentro del contexto global actual. “Las economías de la región enfrentan una coyuntura difícil en 2022 en un contexto externo de incertidumbre, inflación y desaceleración de la actividad económica y el comercio”, reflejó el Informe Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) a mediados del año.

Según el informe de la CEPAL, la región enfrenta contextos internos caracterizados por una fuerte desaceleración económica, aumentos de la inflación y una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales, lo que aumentará los niveles de pobreza y pobreza extrema. Así, 7,8 millones de personas se sumarían a los 86,4 millones cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo.

En su más reciente informe Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022, presentado en agosto de este año, la CEPAL destaca que la complejidad del panorama económico de 2022 se extenderá a los años venideros.

Las economías de América Latina y el Caribe comenzaron a experimentar un incremento de la tasa de inflación en 2021, año que cerró con una inflación anual en la región de 6,6%, para aumentar a 8,1% en abril de 2022, según datos del informe Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?.

La CEPAL prevé que la pobreza y la pobreza extrema se elevarán por sobre los niveles estimados para 2021. La incidencia de la pobreza regional alcanzaría un 33,7% (1,6 puntos porcentuales más que el valor proyectado para 2021), mientras que la pobreza extrema alcanzaría un 14,9% (1,1 puntos porcentuales más que en 2021).

Asimismo, proyecta que América del Sur crecerá un 2,6% (en comparación con un 6,9% en 2021), Centroamérica y México un 2,5% (en comparación con un 5,7% en 2021) y el Caribe —la única subregión que crecerá más que en 2021— un 4,7%, sin incluir Guyana (en comparación con un 4,0% en el año anterior).

El Estudio Económico 2022 indica que la inflación sigue en aumento con un promedio regional de 8,4% a junio de 2022, que equivale a más del doble del valor promedio registrado en el período 2005-2019.

En junio de 2022 las economías de América del Sur presentaban en promedio el mayor nivel de inflación (8,8%), seguidas por las economías de Centroamérica y México (7,5%) y las del Caribe de habla inglesa (7,3%), ocasinando que los bancos centrales aumenten sus tasas de política monetaria y reduzcan los agregados monetarios.

Recomendaciones de la CEPAL

La CEPAL recomienda que para responder a la coyuntura y dinamizar un crecimiento sostenible e inclusivo se requerirán políticas fiscales y monetarias procrecimiento y propone

seguir utilizando la política fiscal como elemento central de la política de desarrollo, lo que requiere fortalecer los ingresos públicos para ampliar el espacio fiscal.

Reducir la evasión, reorientar gastos tributarios y fortalecer la progresividad de la estructura tributaria.

Para contener las presiones inflacionarias, fundamentalmente impulsadas por factores de oferta, la política monetaria debe utilizar el más amplio espectro de herramientas disponibles. Esto requiere combinar el uso de la tasa de política monetaria con instrumentos macro prudenciales y cambiarios, a fin de enfrentar la inflación minimizando los efectos negativos sobre el crecimiento y la inversión, recomienda el organismo.

Sostener el bienestar de los sectores más pobres y mantener la seguridad alimentaria como una prioridad. Para ello no se debe restringir el comercio internacional de alimentos y fertilizantes pues hacerlo aceleraría la inflación y dañaría a los más pobres, advierte la CEPAL.

También recomienda considerar acciones como mantener o aumentar los subsidios a alimentos, implementar acuerdos de contención de precios de la canasta básica con productores y cadenas de comercialización, y reducir o eliminar aranceles a la importación de granos y otros productos básicos.

A mediano plazo, son necesarias políticas agrícolas e industriales que fortalezcan el apoyo a la producción agropecuaria, así como aumentar la eficiencia en el uso de fertilizantes, priorizando los biofertilizantes. La política industrial es clave para reducir la dependencia de la importación de fertilizantes en el mediano plazo.

Ante la regionalización de la economía mundial, la región no puede continuar actuando de manera fragmentada. Es necesario aumentar el papel de la articulación regional en las respuestas a la crisis: formular e implementar respuestas de América Latina y el Caribe en su conjunto o de sus bloques de integración”.

Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL, durante la presentación del Informe Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?